El cañonazo. Fernando Lalana y José Videgaín con ilustraciones de Raúl Salazar.

Matilde Losal, la protagonista de nuestra historia, tiene 12 años y es “una chica normal, con una vida normal. Casi normal. Prácticamente normal”. Y cuando leí esto, nada más empezar, pensé: ¡menuda sorpresa me espera! Porque yo no creo que haya nadie taaan normal.


El Cañonazo cuenta la historia de Matilde, a la que ya os he presentado, y su familia: su abuela Matilda, su padre el hombre bala, su madre Dafne Cantalorí y la pareja de esta, Krasimir el lanzacuchillos, y la gran familia del Colosal Circo Losal. Matilde vive con su padre y su abuela en una caravana en el circo, que está asentado en Torrero, y nunca sale de gira. Matilde piensa que el circo siempre está en el mismo sitio porque tiene éxito, público y pueden descansar las dos semanas de fiestas del Pilar en las que llegan otros circos a la ciudad. Entre ellos, el Circo Atlas, donde trabaja su madre, y con la que pasa en su circo esas dos semanas al año. Y será Krasimir el que le de una pista de por qué su circo nunca sale a otras ciudades y por qué su padre siempre tarda en volver de sus cañonazos. Así, empezará una aventura que le llevará a conocer la verdad de la desaparición de su abuelo Paco, el primer hombre bala de la historia.


Un día, en un espectáculo del exitoso lanzamiento del hombre bala, Matías, que se encargaba de poner la pólvora del cañón, lanzó a Paco tan lejos que nunca volvió. Y desde entonces, el padre de Matilde repite cada semana el lanzamiento para averiguar dónde cayó su padre y traerlo de vuelta. Pero un día, el padre de Matilde tarda en regresar de su cañonazo y ella decide ir a buscarlo para que no desaparezca como su abuelo. Y para saber más de las averiguaciones de la protagonista, tendréis que leer esta maravillosa historia, que nos mostrará los sorprendentes secretos de la “normal” familia Losal. 


El cañonazo despierta la curiosidad de cualquiera desde la primera página, y conforme va avanzando te das cuenta de que no puedes parar de leer. Así que en dos días me lo he terminado y le he pedido a mi familia que lo lea para que disfrute tanto como lo he hecho yo. Es sencillo de leer y muy divertido. Mezcla la aventura y el misterio y hace que vuele la imaginación como vuelan los hombres, y las mujeres, bala. Y cuando leáis el libro sabréis por qué las mujeres de esta historia son tan importantes o más que los hombres que aparecen en ella. Porque, como dice Matías: “como somos idiotas, lo que hacen las mujeres no parece tener importancia y enseguida se olvida”. Y yo no me he olvidado de deciros esto porque mi madre, al leer el libro, me dijo que siempre tuviese presente lo que dice Matías y la importancia del valor de las mujeres en la vida y para que este libro tenga su gran final.




Autoría: 
Fernando Lalana, Jose Videgaín

Nº colección: 3
Edad: De 10 a 14 años
Páginas: 160
ISBN: 9788491425694
Formato: 15 x 23,2 cm
Encuadernación: Tapa dura
Ilustración: Raúl Salazar





Sinopsis:

Una novela con un punto irreverente, pero siempre tierno, que nos habla del amor y el desamor, la juventud y la vejez, la creatividad y la imaginación, los celos, la esperanza, la valentía…

Matilde Losal es una chica normal; o prácticamente normal. Reside en el barrio de Torrero, en Zaragoza, va al instituto, vive con su abuela Matilda y su padre, que es un hombre-bala. Su madre era trapecista y su abuelo, Paco Losal, fue el fundador del Colosal Circo Losal.

Hace años, Paco, primer hombre-bala de la familia, desapareció tras ser disparado por el cañón. La vida normal –o prácticamente normal– de Matilde cambia cuando sospecha que la desaparición de su abuelo quizá no fue un mero accidente. A medida que tira del hilo para entender qué ocurrió aquel día, Matilde descubrirá secretos inauditos sobre el pasado de su familia; y emprenderá un largo y asombroso viaje gracias al impulso… ¡de un cañonazo!
Una historia divertidísima sobre los límites de la imaginación, la familia y la normalidad.

Bajo una apariencia ligera y humorística, El cañonazo es una invitación a mirar el mundo con una solemnidad irónica.

«Yo también voy a ver las funciones de esos circos. Como sé que algún día heredaré el Colosal Circo Losal –con sus muchas deudas– y tendré que tomar importantes decisiones empresariales, quiero aprender cómo funciona este negocio».

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