Presentación El pintor de almas de Ildefonso Falcones

Hace unos días tenía lugar en la Fundación Cajasol de la ciudad de Sevilla, la presentación de la nueva novela de Ildefonso Falcones, El pintor de almas. Como maestro de ceremonias tuvimos la suerte de contar con Paco Robles, que se encargó de tener un dialogo constante con el autor convirtiendo el evento en una amena conversación sobre los aspectos más interesantes del libro.

Presumía el autor sevillano de que había tenido el privilegio y el placer de presentar en Sevilla  las tres novelas anteriores del autor catalán y bromeando sobre el hecho comentaba que "algo que ocurre en Sevilla más de tres veces suele convertirse en tradición".

Ildefonso Falcones se ha convertido en uno de los grandes novelistas de nuestra época gracias a libros como La catedral del mar que ya es un clásico entre las lecturas del público. Su nueva novela El pintor de almas, un libro con una dedicatoria muy especial y que va dedicado a todas aquellas personas que padecen el el cáncer ya sea directa o inderectamente. Un hecho muy significativo porque el autor ha escrito esta novela mientras padecía esta enfermedad.

“Escritor de raza como dice el tópico, escritor de sangre, escritor vocacional, escritor que no concibe el mundo si no puede escribirlo  y esos mil alfileres clavados en las yemas de tus dedos, se han convertido en más de seiscientas páginas de una magnifica novela que retrata lo más difícil de retratar, que es una época y además una ciudad por fuera y por dentro como es la Barcelona de principios del siglo XX, la Barcelona de la semana trágica, de las revoluciones, del esplendor del modernismo”.   “Un libro que retrata una Barcelona magníficamente descrita y que no pierde nunca el pulso narrativo y que goza de contar con magníficos personajes que no se van a olvidar fácilmente porque son personajes que viven anclados en la condición humana, no siendo personajes planos y si muy humanos que viven las contradicciones de su época”. Fueron las palabras que el presentador pronunció sobre El pintor de almas.

A la pregunta de por qué esta época y esos momentos, el autor respondió que “Barcelona es la ciudad del mundo que más patrimonio modernista tiene y sin embargo todas las novelas que hablan de la época o pasan por encima se centran mucho en Gaudi dejando de lado otras cuestiones o personajes y  yo echaba en falta una visión en conjunto de todos los arquitectos  que crearon la Barcelona modernista. Es a partir de ese modernismo en general cuando te das cuenta de que hay un caldo de cultivo para intentar componer una gran historia”.

Seguidamente Paco Robles explicó al público presente que estábamos ante una novela que no es solo de amor a pesar de que este sea un elemento que está presente a lo largo de toda la novela. Es una novela social donde el autor refleja a la perfección hundiéndose en la sociedad para explicar que hay en ella a lo que Falcones respondió “que para que el autor traslade al lector a una determinada época que no conoce, tiene que mostrarle todo aquello  que resulte tan interesante como para que el lector se instale en ella.

“Este libro no está terminado como obra artística completamente hasta que el lector con su imaginación termine de componerla. Si al lector no le das un fundamento como para que imagine aquello de lo que estás hablando no llegará a esa empatía que es necesaria con el autor”.

Continuó la presentación con la charla entre Paco Robles y Falcones hablando de las condiciones laborales de la época, de la salud, la comida y de un tema como el abandono de los niños, un asunto que junto con el activismo de la mujer en un mundo donde esta tenía muy poco protagonismo, eran una de las dos cosas que más le había sorprendido al autor a los largo de la búsqueda de documentación para la novela.

Se habló de los personajes que componen la novela: Dalmau, Enma, Don Manuel, Truchero, Doña Josefa, Montserrat, un grupo muy variopinto a través de los cuales el autor retrata las peculiaridades de la sociedad.

Terminó el acto con varias preguntas y curiosidades que el público pudo hacerle al autor y donde irremediablemente surgió el tema del independentismo y algunas puntualizaciones sobre la época como la comida, la lengua catalana, etc.