Comentaba con otros participantes del VI maratón de
microrrelatos de la pasada Feria del Libro de Sevilla, lo difícil que es
conseguir aunar en un libro de relatos un puñado de ellos y que guarden en
cuanto a calidad conjunta una media aceptable. Siempre hay unos que te gustan
más que otros, siempre está el que te sobra
o el que sobresale de manera notable por encima del resto y como
resultado siempre permanece en el recuerdo de aquel libro de relatos donde
venía aquel cuento maravilloso acompañado por otros que ya no recuerdas tanto.
Fue en esa reunión donde tuve la oportunidad de comentar que
recientemente había leído un libro donde me era muy difícil decantarme por un
relato favorito, donde cada historia me gustaba por algo en concreto y fue para
mí un duro golpe comprobar que el libro llegaba a su fin y el placer de su
lectura se terminaba.
A veces, ser sincero y hablar con mucho entusiasmo de algo
en este mundo levanta sospechas, pero ya lo he dejado claro, la satisfacción
máxima de todo lector es sentir nostalgia al devolver un libro a la estantería,
porque desde ese momento ya lo estás echando de menos y eso siempre tiene como resultado que uno hable
como en este caso de La letra pequeña con especial
cariño.
Título: La letra pequeña.
Autor: Andrés Pérez Domínguez.
Editorial: Triskel Ediciones.
Año: 2019.
Género: Relatos.
Páginas: 136 páginas.
ISBN: 9788412033700
Sinopsis:
¿Qué tienen en común una mujer a punto de abandonar a su marido adúltero y la discusión de una pareja durante una escapada romántica? ¿Y un hombre ansioso por que su mujer vuelva con él y dos desconocidos atrapados en un montacargas? Lo mismo que el marido que lleva a cenar a su esposa al restaurante donde quince años atrás le pidió matrimonio o los dos amigos que asisten a la presentación de una novela. Ni más ni menos que el tipo que se ha quedado solo por culpa de su afición al buen comer y el enamoradizo empleado de una floristería. O el abogado cuya vida se derrumba por la llegada al bufete de un inquietante novato y el hombre que emprende un viaje para buscar a su mejor amigo y a su exnovia.
Todos saben que en la vida, como en los contratos, anida una incómoda y a menudo cruel letra pequeña. Aunque lo hayan descubierto demasiado tarde.
Impresiones:
La letra pequeña es una recopilación de diez relatos que
Andrés Pérez Domínguez ha reunido para la ocasión entre sus cuentos galardonados en certámenes
del género y otros que tenía guardados en algún cajón a la espera de ver la luz
y que lo han hecho aprovechando que sus historias tenían cierta relación con
los otros elegidos para este libro.
Todos ellos guardan relación a través de un mismo hilo
conductor que son las relaciones de
pareja, o mejor dicho las miserias que la suma sentimental de dos personas trae consigo como pueden ser la infidelidad,
la soledad, los celos, la desidia en el
día a día y en todo ese amor que se va agrietando cuando no se alimenta o se
cuida mal. Historias con distintos
personajes y diversos escenarios que en algunos momentos bien nos podría
parecer que están relacionados unos y
otros pero que solo son espejismo que un servidor llegó a crear en su cabeza
tras el ejercicio de reflexión al que sometía cada relato.
Esto lo consigue el autor gracias a una pluma que cuida al
detalle cada frase, cada escena, para mantener al lector enganchado a la
lectura a la espera de un final sorpresa que cierra cada relato pero que deja
abierta la imaginación a otros posibles finales más allá del que el autor
presta a su libro. Andrés Pérez Domínguez es de esos escritores que no dan
puntada sin hilo y nos ha regalado una colección de cuentos que destilan
sentimiento, provocan que en algunos momentos se nos encoja el alma y que cada
historia tenga momentos de reflexión intima sobre lo que ha ocurrido en la
trama.
Diez finales que son diez latigazos que harán desestabilizar
la tranquilidad del que lee en la intimidad de un relato que atrapa. Diez
historias que van más allá de lo que unas letras cuentan porque nada está
puesto por casualidad, del mismo modo que no todo será drama. Habrá situaciones
cómicas o mejor dicho tragicomedia, porque hacer llorar no es difícil, pero
hacernos sonreír en mitad del drama es de nota.
Mención especial a los personajes, que los hay para todos
los gustos y de distinta condición moral y social. Auténticos perdedores al
borde de la última brazada que le otorga la vida para mantenerse a flote y que
esperan ese salvavidas que el escritor tiende al lector para que él decida en
el último momento.
Pasen y lean, juzguen y no olviden que los libros que no
dejan indiferente, que provocan que el lector piense, sienta y reflexione son
lo que sin lugar a dudas te hacen disfrutar y unos no puede uno permitirse
dejarlos escapar.
Autor:
Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) tiene una dilatada carrera como escritor, reconocida con numerosos premios entre los que destacan el Ateneo de Sevilla, el Luis Berenguer de novela o el Max Aub de cuentos. Entre otros libros, es autor de las novelas Los dioses cansados (2016), Los perros siempre ladran al anochecer (2015) El silencio de tu nombre (2012), el violinista de Mauthausen (2009), El síndrome de Mowgli (2008), El factor Einstein (2008) y La clave Pinner (2004); las colecciones de cuentos El centro de la tierra (2009) y Estado provicional (2001). Tambén ha sido colaborador de varios medios de comunicación como El correo de Andalucía, Onda Cero y Punto Radio.
La verdad es que ahora mismo no me apetece much meterme en dramas varios del asunto parejil. Prefiero otras lecturas menos pegadas a la realidad. Lo dejo pasar a pesar de todo lo positivo que tiene.
ResponderEliminarYo hace ya un par de años que le perdí el miedo a los relatos y que he comenzado a disfrutarlos. Si además, son de los que consiguen quedarse y hacerte reflexionar...es que merecen la pena
ResponderEliminarUn beso!
Descubrí por Marisa el otro día que este autor también escribía relatos y ya me dejó con ganas. Tu reseña me confirma que lo tengo que leer sí o sí.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hace bastante que no leo relatos, aunque he leído bastantes en el pasado. Estoy contigo en que es mucho más fácil hacer llorar que hacer reír.
ResponderEliminarBesos!