Título: El camino.
Autor: Miguel Delibes.
Editorial: Destino.
Año: 1950. Edición de 1996.
Páginas: 272 páginas.
Género: Narrativa española.
ISBN: 9788423342303
Sinopsis:
Daniel el Mochuelo intuye a sus once años que su camino está en la aldea, junto a sus amigos, sus gentes y sus pájaros. Pero su padre quiere que vaya a la ciudad a estudiar el Bachillerato. A lo largo de la noche que precede a la partida, Daniel, insomne, con un nudo en la garganta, evocará las correrías con sus amigos -Roq
Autor:
Miguel Delibes Setién (Valladolid, 1920-2010) miembro de la Real Academia española desde 1975 hasta su muerte, ocupando la silla "e". Licenciado en
Comercio, comenzó su carrera como columnista y posterior periodista de El Norte de Castilla, periódico que llegó a
dirigir, para pasar de forma gradual a dedicarse enteramente a la novela.
Gran
conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado
de la caza y del mundo rural, supo plasmar
en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza.
Se
trata de una de las primeras figuras de la literatura española posterior a la guerra civil, por lo cual fue reconocido con multitud de
galardones; pero su influencia va aún más allá, ya que varias de sus obras han
sido adaptadas al teatro o se han llevado al cine.
La
muerte de su mujer en 1974 le marcó profundamente y en 1998 padeció un cáncer de colon,
del que nunca llegó a recuperarse completamente, lo que detuvo casi por
completo su carrera literaria y le llevó a la apatía y prácticamente al
ostracismo hasta su muerte en 2010.
Su obra es extensa y en su
haber cuenta con más de treinta libros, ensayos, obras de teatro, etc pero
valga como muestra los siguientes ejemplos: La sombra del ciprés el alargada,
Diario de un emigrante, Las ratas, El disputado voto del señor Cayo, Los Santos
inocentes,…
Impresiones:
Ciertos
libros parece que llevan en las estanterías de casa incluso antes de que llegáramos,
pueden estar ocupando un lugar preferente entre los demás, visible como faro
que recuerda la cercanía de la costa y que como marinos añoramos un día con
poner pie en sus páginas. Otras veces, las más, se vislumbran como verdaderos
tesoros que resisten al tiempo y van camuflándose con el entorno, formando
parte de él, resistiendo entre novedades y libros más jóvenes, esperando
miradas y caricias de visitantes que un día sepan descubrirlos entre los demás
y les retomen de nuevo al valor que poseen.
El
camino ha sido para mí un reto, un ejercicio de autoconciencia que me ha
obligado a plantearme muchos aspectos de la literatura. Debo reconocer que la
valoración dada por la crítica me ha podido todos estos años y hace unos meses
se dio la oportunidad de enfrentarme a mis viejos fantasmas y corrí a la estantería
para rescatarlo. Cuál fue mi sorpresa cuando
devoraba sus páginas, si, habéis leído bien devoraba porque si algo tiene este
libro es que Delibes escribe con un estilo en el que sus historias fluyen y
casi sin darnos cuenta vamos pasando sus hojas y sus historias van pasando
delante nuestra como si de una película se tratara. Retomando mis anteriores
palabras avanzaba con la lectura pero el sentimiento era de angustia porque me parecía
una historia simple, normal de las que
puedes descubrir en muchos libros y que no me decía nada y yo me obligaba a
encontrar algo que no terminaba de descubrir y mi pregunta era, dónde está la
obra de arte, que había visto la gente que yo no conseguía ver en este libro.
Creo
que he necesitado realizar mi camino particular a lo largo del libro, para con
el avance en la lectura y sumando personajes, vivencias para ir madurando y
comenzar a tener sensaciones, esas que son al fin y al cabo las que las
historias que leemos nos producen y las que hacen que luego tengamos una
opinión sobre ellos. He pensado mucho mi reseña, quería ser sincero y no
catalogar de obra maestra, una lectura para que no me tachen de incomprendido
cuando no pensaba eso. Me ha costado llegar a Delibes, su narración en la que
pasa de todo pero no ocurre nada, sus guiños rurales, sus reiteraciones que a mí
me sacaban de quicio y sus motes machacones una vez y otra vez, me hicieron
plantearme alguna que otra vez tirar la toalla y retomar la lectura en otra
ocasión que tal vez tuviera mente y ojos más predispuestos a disfrutar.
Afortunadamente no hizo falta, Delibes ha sabido ganarme a escondidas, sin que
yo me diera cuenta que en un proceso invisible en un primer tramo de su obra
fuera sembrando lo que al final fuera una explosión de sensaciones, como de
repente surgieron en mi numerosas ideas, comencé a recapacitar en qué mundo
vivimos, de que sociedad venimos, como nos afecta, y como decía en aquella
letra de Presuntos Implicados … “y
como hemos cambiado”.
Tarde
un poco, pero al final vi en mi a un Daniel el Mochuelo, siendo la primera
generación de mi familia que tenia estudios universitarios, como en mi entorno infantil la gente no tenía
nombres, sólo motes, y como los primeros camaradas de juegos infantiles eran
personas que no nos podían faltar. La ciudad como un mundo lejano, donde todo
eran palabras mayores y como cada día traía la posibilidad de asombrarnos con
algo nuevo. Miguel Delibres con los mimbres más simples va formando un final de
novela apoteósico donde el sentido de la vida será un poco la razón de ser, y
en la que cada uno podrá sacar las conclusiones que quiera según su forma de
pensar, del mismo modo que sus personajes hacen con el amor, el honor, la
religión, etc.
El
camino es como ese faro que mencionaba antes, una luz que debes dejar que te
guíe, pero como pasa con los cuadros, alejarte un poco para contemplar y disfrutar del
conjunto, ya que de cerca tiene tanto contenido y tanto mensaje que no podrás
verlo hasta que no lo valores en su conjunto.
Adoro esta novela. La leí con 14 años como lectura obligatoria en el instituto y me enamoré de ella y de la obra de Delibes en general. La he releído muchas veces y me sigue encandilando como el primer dia. Besos
ResponderEliminarMagnífica lectura, nosotros las recomendamos a los niños en el ies, me encantan las aventuras del Mochuelo y Daniel, es de esos libros (coincidiendo con el comentario anterior) para releer.
ResponderEliminarEsta novela recuerdo que la tuve que leer en el instituto... Pero la recuerdo como si fuera ayer. Me encantó!!!! Me apasionó y creo que fue, junto con El Jarama las dos únicas novelas que recuerdo gratamente! Gracias por traerme a mi mente tantos estupendos recuerdos! Un beso!
ResponderEliminarLeí "El camino" durante la carrera (hice filología española) y no me llegó. A lo mejor es la hora de releerlo, sobre todo porque ahora conozco mejor la realidad en la que se basa.
ResponderEliminarsaludos
Leí El camino como lectura obligatoria en 1º BUP y me encantó!! La verdad es que tuv mucha suerte ese año (y una profesora con muy buen gusto literario también), porque descubrí grandes obras y autores. Hace tiempo que no leo algo de Delibes.
ResponderEliminarMe ha encantado leer tu reseña, me lo ha recordado y eso siempre es grato. Besos.
Uys, éste libro me da una pereza... No sé, siempre lo he visto en casa, con una pinta de serio y profundo que me tira para atrás, porque creo que no lo voy a entender. Por lo que dices es un libro que te deja con un poso muy bueno, pero de momento, lo descarto. 1beso!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reseña, aunque de momento no me atrevo y eso que esta por casa de mi madre, besotes
ResponderEliminarUna de mis novelas favoritas. Disfruté la primera vez que la leí, y la segunda, y la tercera... Qué grande Delibes!
ResponderEliminarBesotes!!!
Delibes me gusta mucho, pero hace tiempo que lo tengo un poco olvidado. Quizás es el momento de volver a releer El Camino. Estupenda reseña. Gracias.
ResponderEliminarYo lo leí en la universidad y lo cierto es que no hallé a la obra maestra. Es verdad que quizá no tenía la madurez necesaria para enfrentarme a este camino, no sé cómo sería si lo releyera hoy en día, pero me ha picado la curiosidad.
ResponderEliminarUna muy bonita reseña, enhorabuena.
Besos.
Me alegro que pese a tus reticencias iniciales, finalmente te haya gustado mucho. No diré eso de "te lo dije" :P
ResponderEliminarLo leí hace muchos años, siendo muy joven y la verdad es que me pasó como a Mara, me gustó, pero no encontré lo que parece que es.
ResponderEliminarBesos.
Qué casualidad estoy con él ahora mismo, casi acabándolo. Un saludo
ResponderEliminarIgual que a la mayoría de los que han comentado, a mi también me tocó afrontar su lectura en los tiempos del instituto. En esa época, quizás porque uno se revelaba contra todo lo impuesto, el pobre Delibes pasó por mi vida con más pena que gloria. Lo volví a leer años más tarde, con un espíritu menos convulso, hubo una reconciliación sincera entre los dos, ese era el momento, no otro. Uno no lee el “mismo libro ” con diecisiete años que con treinta y cuatro, por poner un caso. A Delibes hay que leerle con calma y, en la medida de lo posible, con la mente descontaminada de alguno de los males de nuestro tiempo, por ejemplo la inmediatez en todo. Pretendemos que la obra se adapte a nuestra manera de ser y estar, aquí y ahora. Pero lo bonito es aceptar la "invitación" del libro, meterte en él, ser tú el que te adaptes a su propuesta. En cualquier caso, cuando no te gusta un libro, se cierran sus páginas y a correr a por otro. Saludos.
ResponderEliminarHago tus palabras mías Paco, aunque por llevarte la contraria a mi me impusieron en el instituto a Borges, Benedetti y los hice mios jejeje.
EliminarLos libros llegan cuando tienen que llegar, no antes ni después. A veces las lecturas obligatorias coinciden con nuestro momento, pero la mayoría de las veces... no.
ResponderEliminarDelibes es un imprescindible, y este libro en concreto también. Me ha gustado la forma en que Delibes se ha hecho contigo, qué bien que lo hayas sabido apreciar.
Un abrazo
Hola me alegro que hayas disfrutado tanto con la historia, yo lo he hecho con tu reseña, es cierto que hay historias que deben encontrar su momento, y algunas simplemente pueden que no sean para determinados lectores. Espero que tu siguiente libro olvidado te resulte tan gratificante como este.
ResponderEliminarSe lo leyó mi chica el año pasado o el otro y le resultó soporífero. Celebro que a ti te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
No lo he leído todavía, y tengo que hacerlo, que también me fio de Marina y sé que es un libro muy especial para ella. Un besote!
ResponderEliminarLo leí cuando era estudiante y, la verdad, tengo ganas de releerlo pues las relecturas que hago de las historias que caté en la adolescencia son siempre toda una sorpresa.
ResponderEliminarA veces resulta complicado sumergirse en novelas que vienen precedidas de mucho renombre, pero la paciencia Y el tesón lector suele regalarnos finalmente una bonita experiencia.
Un besin
Es una auténtica maravilla. Yo lo disfruté en época estudiantil y me encantó. Ya te he dicho que aún recuerdo escenas con total nitidez. Besos.
ResponderEliminarMagnífica novela, Fesaro. Don Miguel es uno de mis autores fetiche y sus libros son una gozada para el lector. Me encanta el personaje de Daniel El Mochuelo. Un abrazo, Paco.
ResponderEliminarAdoro este libro, es muy especial... tengo muy buenos recuerdos de él. Un saludo.
ResponderEliminarUna reseña fantástica, a mi me gustaría leer Los santos inocentes, lo tengo hace mucho a la espera, Delibes es un grande.
ResponderEliminarBesos
Lo leí hace unos años y me encantó, me marcó. Quiero leer Los santos inocentes pero quiero encontrarle su momento
ResponderEliminarBesos
Recuerdo que leí esta novela en el 2002, como parte de una asignatura de la carrera. Me encantó la historia. Tengo claro que en algún momento volveré a reencontrarme con el Mochuelo. ¡Un saludo!
ResponderEliminarMe encanta Delibes =)
ResponderEliminarBesotes