Me encanta la poesía porque te permite leer sin prisas por
saber el desenlace de una historia, sin el engorro de no soportar a tal o cual
personaje y por la complicidad de dejar un poema sin acabar porque no me guste
y que no pase nada. Pero también me gusta porque cuando pasa al contario y unos
versos me llegan, me maravillan y me hacen sentir que los necesitaré para el
resto de la vida, soy de los que piensan que aunque sea en algo muy pequeño mi
vida a cambiado para mejor.
Eso es lo que me ha pasado con el libro de Ben Clark, un
libro donde la mayoría de los poemas son parte de una recopilación a lo largo
de quince años de experiencia poética y donde ha seleccionado todos los que
hablan sobre el amor para hacer una obra redonda, donde se acerca a un tema tan
primordial y tan necesario para todo el mundo como es el amor. El amor contado
desde diversos puntos de vista, complejos, sencillos o cercanos, pero muchas
veces jugando con el doble sentido y otros directos al grano, sin tapujos y
usando los escenarios más mundanos. En mi opinión ese es el éxito de que me guste
tanto la poesía de este poeta afincado en Málaga, que un poema que te habla
desde un supermercado te puede sobrecoger, y que al leer, uno siente la
necesidad de usar los versos del autor para expresar los sentimientos a los que
no podemos poner palabras.
Creo firmemente que Ben Clark y su libro es una buena razón
para acercarnos a la poesía, disfrutar de ella y presumir de leer algo que nos
va a llegar directo a los sentidos.
"Estamos en un momento en que el contacto físico es
relativamente sencillo y hemos dejado un poco de lado la emoción y la capacidad
de reflexión general sobre el amor".
Libros en el petate: Buenas tardes Ben, comienzas tu nuevo
libro con una cita de Antonio Gala.
Ben Clark: Creo que debe estar en este libro porque a pesar
de ser una cita que tiene bastantes años, está más de actualidad que nunca si
la llevamos al terreno de las aplicaciones móviles como Tinder, Meetic, ect.
Estamos en un momento en que el contacto físico es relativamente sencillo y
hemos dejado un poco de lado la emoción y la capacidad de reflexión general
sobre el amor.
L.P: Ahora que hablas de esto me das pie a que te pregunte
si ha cambiado mucho el amor con las nuevas tecnologías.
B.C: Hay un poema en el libro que se llama “Si me he acercado a ti”, sobre la
cuestión de acercarse a alguien en un bar o en un lugar de ocio. Hemos pasado
por varias fases desde la inicial de llamar al fijo de casa, donde no sabíamos
quién nos iba a coger el teléfono, hasta llegar a nuestros días donde se ha
dejado atrás para mí la fase más interesante que es la que conlleva ese
misterio de saber si vamos a gustar o no. El tema de las aplicaciones es
alucinante porque esta todo pactado con anterioridad y se convierte casi en un
mercado de las relaciones humanas, del sexo y en última instancia del amor que
queda relegado a algo que puede surgir con mucha menos probabilidad, relegando
todo simplemente a un encuentro que
sirve de desahogo o de entretenimiento.
"He intentado crear el libro que al Ben Clark pretérito le
hubiera encantado leer".
L.P: “¿Y por qué no lo hacemos en el suelo?” es una
recopilación de tus poemas de amor ¿qué te ha llevado a este proyecto, algún
motivo especial?
B.C: Buscar una serie de los poemas de amor que más pudieran
conectar con un público joven que no se haya acercado tanto a la poesía. Quería
tocar un tema que en mi adolescencia me interesaba mucho como era el amor,
entendiendo el amor a través de la poesía, usando poemas que puedan estar más
cerca del lector por distintos motivos como usar el humor, la ironía y que a su
vez toquen muchos aspectos diferentes del amor (deseo, celos, arrepentimiento,
amor perdido).
En muchos casos lo que se busca es hacer una especie de
recorrido que podría ser una educación sentimental acelerada y que básicamente
es lo que me hubiera encantado leer cuando tenía 16 o 17 años. He intentado
crear el libro que al Ben Clark pretérito le hubiera encantado leer.
L.P: Yo he conectado con tu libro y no soy tan joven.
B.C: La idea no es que sea exclusivamente para jóvenes
porque los poemas deberían tener esas múltiples lecturas. Cada poema debería
acompañar al lector y permitirle que este entrara en él. La esperanza es que
uno pueda encontrar lectores que acompañen este libro durante mucho tiempo.
L.P: Comentas en este libro que “los poemas buenos no se
agotan nunca”. Quiere decir esto que la poesía parte con ventaja sobre la
novela.
B.C: Parte con ventaja porque cuando un poema está bien
construido nos deja entrar y somos nosotros los que completamos el poema y en
ese sentido somos parte activa dentro del proceso de la experiencia poética. Un
poema si es bueno hace que instantáneamente conectemos con algo que nos hace
sentir que ese poema forma parte de nosotros. Cada lectura de un poema es única
e irrepetible porque en ningún momento de la historia nadie va a darle la misma
lectura que le hemos dado nosotros a ese texto.
L.P: Hay que reconocer que un libro de poemas puede leerse
infinitas veces y la mayoría de las novelas nunca las volvemos a sacar del
lugar en el que reposan en nuestras estanterías.
B.C: Depende del tipo de novelas. De alguna forma la novela
nos invita a volver a recuperar el momento de esa primera lectura y muchas
veces las segundas lecturas son un ejercicio de nostalgia.
L.P: El título del libro “Y por qué no lo hacemos en el
suelo” es también el título de uno de los poemas que componen esta obra. ¿Tiene
alguna connotación especial para haber elegido precisamente este?
B.C: El título tiene su origen en una canción de los Beatles
que se llama ¿Y por qué no lo hacemos en la carretera?, un blues gamberro que
me lleva a querer que la idea del título sea precisamente proponer el principio
de algo. Si vamos a comenzar una cosa vamos a hacerlo partiendo desde el punto
más humilde o sencillo. Quizás al leerlo, la mente puede llevarnos a la idea de
que se refiere al algo con connotaciones sexuales pero no se llega a decir y me
gusta pensar que se refiere a otra cosa. Es un título ambiguo que propone empezar una historia juntos, partiendo desde
el punto más bajo, sin ningún tipo de expectativas o prejuicios.
L.P: A la hora de seleccionar los poemas que componen este
libro ¿Te ha sido difícil escogerlos, has tenido que dejar muchos atrás?
B.C: Por un lado ha sido difícil porque buscaba que el libro
tuviera autonomía y que los poemas de alguna forma te fueran llevando de unos a
otros sin que hubiera saltos demasiado graves. Al final me he encontrado que
tanto los textos nuevos como los poemas hiperbreves se han ido intercalando
perfectamente y ha sido muy satisfactorio ver como el libro iba cogiendo forma
y como a la vez cosas de las que yo dudaba empezaban a tener mucho sentido.
L.P: Ya que nos hablas de esa mezcla de poemas quería
preguntarte si hay reglas para escribir poesía.
B.C: Hay muchas reglas en el sentido de que hay que tener
muchas cosas en cuenta. Algo que siempre digo en mis talleres es el de dejarle
un espacio al lector dentro del poema. No debemos subestimar la capacidad del
lector para sumar al poema. Muy importante en la poesía es que no debe hablar
el poeta sino el poema, este tiene que tener una capacidad de comunicación
independiente y a la vez, que la voz que escuchemos sea la del poema. Los
poemas tienen que tener una voz independiente del poeta.
L.P: Leyendo tus poemas Ben me ha hecho pensar sobre la
siguiente pregunta. ¿Se puede escribir sobre el amor sin haberlo vivido?
B.C: Hay que intentar escribir siempre sobre lo que uno
conoce y en ese sentido la literatura siempre se beneficia de los años. Es
verdad que la poesía en concreto por algún misterio muchas veces se beneficia
que la autora o el autor tengan muy poca experiencia vital. Es decir esa forma
de aproximarse al mundo de una forma joven, un poco osada y un poco nueva que
yo creo que es beneficiosa para la poesía. Pero sin embargo, a la hora de
reflexionar sobre cualquier asunto y pongamos como ejemplos la muerte, el amor
o algo tan vago como el paso del tiempo, yo soy de la opinión de que tenemos
que partir de nuestra propia experiencia sobre todo por el hecho de que no hay
nada más. Hay que intentar hablar de lo que conocemos.
Todos los poemas del libro reflejan en mayor o menor medida
experiencias que son más o menos reales y que responden a cosas que yo he
experimentado y he sentido.
"El
mirar al yo del pasado es algo bastante factible a través de la poesía porque
los poemas son como pequeñas capsulas de emoción en el tiempo que de alguna
forma congelan un instante muy preciso de una forma más o menos perpetua"
L.P: Ahora que haces este recopilatorio y que cada poema
tendrá detrás toda una historia. ¿Cómo ves a ese Ben en muchos casos del pasado
que vivió todas esas historias?
B.C: Yo intento siempre no tener una actitud demasiado
crítica con lo técnico y es algo que reflejo en uno de los poemas que se titula
“El aprendiz” donde alguien encuentra unos poemas de su primera etapa como
escritor y reflexiona sobre lo bueno que es ahora comparado con su yo de antes,
pero en el fondo se descubre envidiando esa capacidad de entrega y de amor.
Creo que perdemos con los años la ilusión por las cosas cuando vamos
comprendiendo quienes somos y lo que somos capaces de ser y no esperar
milagros.
El mirar al yo del pasado es algo bastante factible a través
de la poesía porque los poemas son como pequeñas capsulas de emoción en el
tiempo que de alguna forma congelan un instante muy preciso de una forma más o
menos perpetua. La visión del amor de
ese yo de hace quince años era una visión más entregada y pensando que por
encima del amor no había nada.
L.P: Uno de los poemas que más me han gustado es “El
silencio” que demuestra que el amor no siempre tiene como resultado un final
feliz pero que se puede aprender mucho de los fracasos.
B.C: Este poema describe lo que yo creo que pasa la mayor
parte de las veces entre las personas, que el problema no viene de las grandes
discusiones o conflictos sino precisamente con los silencios. Es un poema que
me gusta mucho y que me resulta triste porque después de haberlo escrito, hasta
donde yo sé, una y otra vez la hipótesis es cierta.
L.P: Una idea que creo que se repite en tus poemas y de la
que saco la siguiente conclusión. Está prohibido sufrir por amor. ¿Me equivoco?
B.C: No, estas en lo cierto. Está prohibido sufrir de amor
porque de alguna forma hay que intentar que el amor sirva para obtener algún
tipo de crecimiento. Es muy fácil decirlo cuando uno está pasando por un
momento feliz, decirle a alguien que no sufra por amor, sin embargo cuando uno
lo está pasando mal por temas amorosos lo único que quiere es sufrir y de
alguna forma se convierte en un duelo necesario, pero yo creo con mucha fuerza en
la inutilidad del sufrimiento y si bien todos pasamos por ese proceso pienso
que es muy poco productivo sufrir por amor y que hay que invertir esa energía
en otros trabajos, en otros proyectos o historias.
Estoy seguro que tras decirte esto, el día que yo sufra por
amor, descuida que sufriré mucho (risas)
L.P: Al menos aprovecha ese día y saca de esa experiencia
material para más poemas.
B.C: A ver qué pasa ese día (risas)
L.P: Actividades como el #coronaverso o el poema viral, ¿hacen que nos lleven a reinventar la poesía
constantemente para que no muera?
B.C: Creo que no porque si algo tiene la poesía es que solo
ha dependido a lo largo de los siglos de una cosa que no podía faltar y que son
los lectores. Creo en la idea de que podrá no haber poetas peros siempre habrá
poesía habría que darle la vuelta y
decir que solo habrá poesía siempre que haya lectores. Todo lo demás como adaptar los poemas al
mundo digital o a las redes sociales son cosas que de alguna forma dialogan con
la poesía y que ayudan a que algunas personas descubran la poesía por primera
vez.
"Creo que en algún lugar hay un poema para cada persona, un
poema que habla de algo que solo ha vivido esa persona, un poema que cuando sea
encontrado por alguien lo va a acompañar toda la vida. Por eso es casi
imposible decir que no te gusta la poesía".
L.P: Creo que al final hay más lectores de poesía de los que
pensamos.
B.C: A la gente le podrá gustar o no gustar la poesía pero
creo que en algún lugar hay un poema para cada persona, un poema que habla de
algo que solo ha vivido esa persona, un poema que cuando sea encontrado por
alguien lo va a acompañar toda la vida. Por eso es casi imposible decir que no
te gusta la poesía.
L.P: Pues al que le ha gustado tu libro y le ha parecido una
auténtica maravilla es a mí y espero que tengas toda la suerte que te mereces
con él.
B.C: Muchas gracias Fernando, ha sido un placer esta charla.
Pues no conocía a este poeta. Tomo buena nota de su libro, que me ha dejado esta entrevista con ganas de disfrutar de sus versos.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias por la entrevista. Creo que sabes que la poesía no es mi fuerte...
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