Futbolista que marcó una época, campeón del mundo con la
albiceleste en un periodo tan difícil y complicado
para su país como aquella Argentina de 1978. Han transcurrido cuarenta años desde
que ganó aquella copa del rey con el Valencia C.F y Mario Alberto Kempes tiene
en la librería editada por la editorial Sargantana “su” autobiografía.
Un libro sin lugar a dudas muy personal, donde relata sus
comienzos en un ejercicio de memoria retrospectiva digno de elogiar, con sus
sensaciones, sus reflexiones a toro pasado de aquellas épocas y lo que es muy
importante mojándose y dando su opinión sin esconderse.
El jugador argentino relata su vida, su dilatada trayectoria
futbolística, sin pararse en sensacionalismos pero no ahorrándose ningún
comentario ni opinión sobre cada hecho que ha acompañado su vida durante su
vida como futbolista.
Creo que estamos ante un libro muy personal, que sin lugar a
dudas muestra una vida y sobre todo a un hombre que logró grandes triunfos a
nivel deportivo pero que no dejó de ser un tipo normal.
Fue fácil sentarse a conversar con él ya que en ningún
momento trató de regatear ninguna pregunta y fue todo un placer escuchar con la
sencillez y la naturalidad con la que se expresa alguien que ha sido y sigue
siendo todo un icono para muchos amantes del futbol.
Libros en el petate: Final de la Copa del Rey entre Valencia
y Barcelona, cuarenta años que ganó usted dicha copa con el Valencia,
centenario del Valencia. Este libro coincide con todas esas fechas ¿Qué bonito
todo y cuanto que recordar?
Mario Alberto Kempes: Bonito y agradable. Nunca he podido
ver al Valencia en una final estando en la cancha y recordar aquella final de
hace cuarenta años es muy lindo pero hay que recordar que eso es historia y en
esta final el Valencia tiene que
escribir otra historia para que esa historia tan bonita que tiene vaya
creciendo.
L.P: Empieza su libro contando su vida desde chiquito como
usted dice y habla de sus padres haciendo mucho hincapié en cómo le trataban
por lo que entiendo que para usted fue muy importante esa asesoría por parte de
ellos.
M.A.K: Que me tuvieran cortito como decimos allí en
Argentina. Si uno lee el libro puede ver las edades de las que uno habla puede
ver que la juventud la disfruté porque hacía lo que me gustaba no lo que otros jóvenes
hacía como por ejemplo salir de discotecas, tener vacaciones, etc. Yo no pude
disfrutar de todo eso pero se dice “quien te quita lo bailado” porque yo me
dedique desde pequeño a algo que me gustaba y eso en un tiempo en el que no
existían tantas diversiones tecnológicas era puro placer.
L.P: Habla en el libro de los sacrificios que tuvo que
hacer, que no fueron pocos. Habla de esos viajes interminables en autobús en
solitario a corta edad para poder ir a entrenar. ¿En algún momento echo de
menos ser un tipo normal?
M.A.K: Un tipo normal es lo que uno hace cuando lo hace a
gusto. Yo a la semana tenía que hacer en colectivo unos 800 kilómetros para ir
a Córdoba a entrenar y competir, pero lo hacía encantado porque disfrutaba de
jugar.
L.P: Con una edad muy joven vivió viajes en solitario, una
dictadura, polémicas, duras negociaciones. De todo eso habla usted en el libro
y por ello quería preguntarle si el futbolista madura más deprisa.
M.A.K: Yo no creo que madure más deprisa pero sí que es una
vida diferente a todas las demás. Hoy es muy diferente a aquella época porque a
los futbolistas los tratan como a reyes y en aquella época íbamos por ejemplo en autobús y tren a jugar desde Valencia a Bilbao y hoy en una
hora te plantas en una avión en cualquier parte. Si es verdad que yo venía de un país donde estábamos
acostumbrados a viajar en colectivo a todos lados por eso a mí no me resultaba excesivamente duro esos
viajes.
L.P: Pero durante la dictadura no tuvo que ser fácil siendo
tan joven tanta polémica y verse envuelto en medio de todo aquello cuando formó
parte de la selección.
M.A.K: Yo vine a España en el 76 y la dictadura empezó después
por eso no la viví mucho aunque sí la tuve que sufrir durante el mundial.
L.P: Pero si sufrieron presiones para que no jugaran aquel
mundial.
M.A.K: No, nunca se dijo en Argentina en el 78 que no jugáramos
aunque si es cierto que en el 82 se escucharon rumores. De todas maneras
nosotros jugábamos engañados porque en prensa no salía nada de lo que sucedía en
las Malvinas, al contrario según los noticiarios nosotros íbamos ganando la
guerra y cuando llegamos a España y vimos todas esas noticias descubrimos que
la realidad era que íbamos perdiendo por mil a cero. Fíjate que curioso, he sabido
de personas que estuvieron amenazadas de muerte o presas que luego se salvaron
de milagro y cuentan que la única alegría que tuvieron en aquella época fue
saber que Argentina salió campeona del mundo.
L.P: Es un libro donde he podido comprobar que habla de
muchas cosas y sin tapujos de todas ellas. Habla de los incentivos a Polonia en
aquel mundial, opina sobre compañeros y confiesa muchas curiosidades,
demostrando que para este libro no ha tenido pelos en la lengua.
M.A.K: Bueno lo de Polonia fue un incentivo por hacer su
trabajo, yo nunca he estado en contra de pagar por ir hacia delante pero si en
contra de cobrar por dejarse perder.
L.P: En el libro pone claro que es una autobiografía. Se
puede decir lo más personal que se ha escrito sobre Mario Alberto Kempes.
M.A.K: Sí, pero siempre en lo deportivo. No he querido
contar intimidades de las que hacen daño, de las que luego cuando se cuentan
ciertas bromas o chances de algunas concentraciones quien las sufre pasa por
tonto. Nunca me ha gustado que me gasten bromas por eso yo no las hacía y por
unos segundos de risa en general no he querido incluir en este libro algo que
haga a alguien le pueda hacer daño.
L.P: Hablando de esas concentraciones, usted habla de las
diversas experiencias que tuve a lo largo de su carrera y especialmente habla
con cariño de la del 78 más que de la del 82 ¿Cree que con una concentración con
la del 78 en el mundial de España hubieran sido diferente el resultado?
M.A.K: Fue muchísimo mejor. No sé si hubiera cambiado algo
pero en el 78 nosotros estábamos concentrados, aislado de todos y pensábamos en
grupo y sabíamos que de hacer algo grande lo haría el grupo, todos juntos.
L.P: Desde la distancia y una vez con el libro en las librerías
¿piensa que se le ha quedado algo en el tintero?
M.A.K: Yo creo que esta todo, lo he repasado varias veces y
pienso que no he olvidado nada.
L.P: Habla de los enfrentamientos entre su selección y los
países europeos. Habla de las diferencias entre el estilo de futbol europeo y
el sudamericano. ¿Llegó a sentirse jugador de estilo europeo en sus años en
Europa o nunca perdió la esencia?
M.A.K: Yo creo que había una gran diferencia entre el fútbol
del otro lado y el de este lado. Europa era fuerza, potencia y aunque había
buenos jugadores el fútbol de acá era más fuerza. En cambio allá los jugadores
eran más habilidosos pero a medida que los jugadores de allá fuimos cruzando el
charco, se fueron mezclando las cosas. Los que no corríamos allá comenzamos a correr
y los que aquí eran casi picapiedras comenzaron a jugar. Creo que Europa se
adaptó mejor y más rápido al cambio que nosotros porque al brasileiro o
argentino lo hacías correr pero tenía que ser con pelota porque de otra forma
no corría. Yo pienso que lo que siempre falló en nosotros fue la organización
en el campo aunque ahora está todo más parejo.
L.P: En su libro habla de ese interés del Barcelona y de
otros clubs importantes en su etapa de más éxito en España y de repente renueva
con el Valencia. ¿En algún momento piensa Mario Alberto Kempes que se precipitó
al tomar aquella decisión?
M.A.K: No. En mi renovación por el Valencia nadie sabía cómo
iba a salir mi mundial y me la jugué yo renovando con ellos y se la jugó el Valencia.
Puede que en aquella ocasión me precipitará pero la mentalidad que tenía en
aquellos momentos era la de firmar por tres años y regresar a Argentina
pensando que el dinero aquel nos iba a durar para toda la vida. Hoy a la larga
y pensando en cómo se manejan las cosas creo que puede que me precipitara pero
en cuando firme no.
L.P: Volviendo a la selección, habla sin tapujos de aquella
etapa. Creo que es una de las partes más emotivas y bonitas del libro cuando
habla de enfundarse la albiceleste y de todo lo que pasó vistiendo aquella
camiseta. No dudo que lo dio todo por aquella selección por eso quiero
preguntarle si le hubiera gustado entrenar a Argentina en algún mundial.
M.A.K: Jugar un mundial no te capacita para ser buen
entrenador. Hay muchos entrenadores que no han jugado un mundial y lo han
ganado como entrenadores. Yo no sé si estaba capacitado para dirigir al
combinado nacional pero tengo que reconocer que mi paso por algunos países en
los que no salí bien parado como entrenador y tener que estar haciendo la
valija para ir de un país a otro entrenando hizo que cuando me llegó la oferta
de la televisión cambiara los banquillos por el plató de televisión. Siempre
dejé la puerta abierta por si llegaba alguna llamada de algún equipo pero tengo
que reconocer que el tema selección nunca se me cruzó por la cabeza.
L.P: Hay frase que comenta en el libro que dice que “se
sufre más fuera que dentro de la cancha” refiriéndose a esos momentos en los
que no pudo jugar por alguna lesión o alguna tarjeta-. ¿Se reafirma en esa
frase?
M.A.K: Cuando estas dentro de la cancha todo depende de uno
mismo y del conjunto. Cuando estas fuera ya sea como entrenador o como jugador,
dependes de lo que hagan los demás, por eso nunca he sido, como entrenador, de llenarles
la cabeza a los jugadores con órdenes y de estar dándole indicaciones constantemente.
Si eres bueno y sabes lo que debes hacer con tres o cuatro cosas ya vas bien.
L.P: Sufrirá Kempes mucho viendo la final del
Valencia-Barcelona
M.A.K: No soy mucho de sufrir. Si yo supiera que el Valencia
no va a ganar esa final no hubiera venido y le tengo la confianza del 50% y
cuando empiece el partido veremos de qué lado de la balanza cae ese otro 50.
L.P: Estoy seguro de que Mario Alberto Kempes se ha sentido
querido lo largo de su carrera deportiva ¿Hoy en día sigue notando ese cariño?
M.A.K: Más que antes porque antes porque dentro de la cancha
puedes ser bueno, malo o regular y te van a aceptar como jugador. El problema es
cuando sales fuera y vas vestido de calle y eso es lo que siempre he intentado
siempre saludar a todo el mundo y ser algo familiar aunque algunas veces me
haya equivocado y no lo haya hecho bien. El jugador de fútbol no es intocable,
lo hacen intocable los empresarios o incluso ellos mismos. Si la gente se
acostumbra a que eres un tipo normal no te van a molestar pero si no te ven
nunca y te consideran intocable la gente te mitifica e intentará acercarse más
a ti.
L.P: Dice usted que es parco en palabras pero en el libro demuestra
que un asado, un vino y una reunión le encantaba.
M.A.K: Y me encanta. En Argentina es típico juntarte los sábados
antes de un partido y comerte un asado. Es algo normal.
L.P: Me encanta esa anécdota de cuando jugaba en el
Hércules, de los asados después de los
entrenamientos en el mismo Rico Pérez.
M.A.K: Exacto, en cualquier momento y sin planificar.
Terminaba un entrenamiento y comentábamos de hacer un asadito y allá que iba
uno por la carne, otro prendía el fuego y otros ponían la mesa y el vino. Esas
cosas no se planifican sino que nacen espontáneamente.
L.P: Esa y muchas otras curiosidades que cuenta en el libro
que el fútbol ha evolucionado una barbaridad.
M.A.K: Ahora se cuida mucho a los futbolistas. Cuando uno está
dentro de la cancha por mucho que se cuide puede tener un día tonto y que el rival te pase por encima y a quien le
vas a echar la culpa por ello a que no comiste lo que no debías. Hay que vivir
la vida y hacer cosas normales. A los jugadores hay que cuidarlos pero no
sacarlos de su hábitat natural.
L.P: El libro está lleno de curiosidades sobre su persona y
salvo una anécdota sobre el bigote ocurrida durante el mundial de Argentina 78
yo quería preguntarle si ha sido muy supersticioso Mario Alberto Kempes en su
vida como futbolista.
M.A.K: No al contario, aquella anécdota del mundial fue más
por flojo que por supersticioso. No lo he sido nunca, creo que la suerte es de
quien la busca.
L.P: Pues Mario Alberto muchas gracias por todo y desde
luego ha sido todo un placer leer este libro y poder charlar contigo sobre él.
M.A.K: Un placer.
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