Tengo que pedirte UN FAVOR decía el mensaje así tal cual sin
anestesia, y yo esperándome cualquier cosa pues lo leí (una pizca de busca líos
que gasta un servidor). Me anunciaba que en tres días visitaría Sevilla un
autor para presentar su novela y me preguntaba si podría tener un encuentro con
él para charlar sobre su libro. Lo peor que uno puede hacer es leer a contrarreloj
y sobre todo un libro que no le llene. Os confieso que me sobró medio día de
esos tres y con ganas de echarme a la cara al autor y pedirle otra nueva novela
y con los mismos personajes pero desgraciadamente su presentación se canceló y
a mí me quedó al menos la satisfacción de leer una novela que me ha parecido
genial y descubrir a un escritor al que no quiero perder la pista.
Título: Los malos pensamientos.
Autor: Juan Manuel Llorca.
Editorial: Almuzara.
Año: 2017.
Género: Novela negra, Policíaco, Thriller.
Páginas: 352 páginas.
ISBN: 9788417044480
Precio: 18 euros.
Sinopsis:
Un inspector de policía con ataques de ansiedad, un viejo periodista de vuelta de todo y aficionado al Havana 7 con Coca-Cola, una atractiva anticuaria, un centro de masajes tántricos con final feliz… Todo ello se mezcla en una historia sobre la amistad y la condición humana cuando el ex Director General del Banco del Sagrario, relacionado con la iglesia católica, aparece cosido a puñaladas en una pensión de mala muerte en lo que aparenta ser un asesinato ritual.
La corrupción y la vanidad explicarán sólo una parte del crimen en lo que, en realidad, es la historia de un grupo de hombres y mujeres a los que se les pasa la vida, con sus dosis de soledad, amistad, escepticismo, amor... y pasajes de humor impagables.
Una magnífica narración policíaca a través de un retrato social tan minucioso como hilarante. Género criminal en el que se reconoce tanto la huella chandleriana como la de la tradicional novela «enigma», al más puro estilo Agatha Christie, sin olvidar la herencia patria del mejor Montalbán.
(sinopsis facilitada por la editorial)
Impresiones:
Decía un viejo conocido mío irlandés (más por edad que por el tiempo que lleva
siendo amigo), que nadie puede morirse sin conocer a The Chiieftains y la
verdad es que tiene toda la razón, yo los conozco y escucho desde hace más de
quince años y mi vida siempre ha sido muchos mejor con su música de fondo.
Parafraseando a ese viejo barman de las islas yo podría decir que nadie puede
morirse sin haber leído Los malos pensamientos.
Puede que la efusividad me haya ganado, que el espíritu de
la navidad se haya apoderado de mi teclado o que cuando se elogia a un libro tan
descaradamente parezca que uno va a comisión o tiene una deuda con el autor por
cualquier motivo insano, pero os puedo asegurar que nada de eso me ocurre. Hay
libros que llegan a uno como lector sin hacer ruido, con el anonimato como
carta de presentación y poco a poco le va ganando con cada capítulo, hasta que
llega la hora de cerrar el libro y uno siente cierta pena de que la historia se
haya acabado, de despedirse de los personajes y con cierta nostalgia pensar que
ya no los volverá a ver más.
“Descubrieron el cadáver de buena mañana, que es una hora estupenda,
porque si se da bien tienes todo el día para encontrar al asesino y te vas a
casa con los deberes cumplidos.”
Así comienza Los malos pensamientos, boca
abierta, ojos expectantes, al menos en mi caso a uno le da por tener buenas vibraciones con la
historia pues me parece un inicio diferente, con un lenguaje con cierta
socarronería que particularmente a mí me gusta y si la trama es buena, el
estilo puede aportarle un extra añadido a su disfrute.
Un cuerpo desnudo,
maniatado y salvajemente apuñalado ha sido encontrado en una habitación de una
pensión de mala muerte, en uno de los barrios bajos de la ciudad. El hecho en
sí mismo puede llamar la atención por sus características, pero que el finado
sea Ernesto Martín Villalta ex director general de una entidad bancaria del
país que se había ido a pique recientemente hace pensar al inspector Palacios
que este puede llegar a ser un caso con vista a darle quebraderos de cabeza. En
esta novela hay mucha gente con grandes motivos para matar a Ernesto y
lo que parece en un principio un marrón para Palacios y su brigada irá viendo
luz al final del túnel poco a poco, haciéndose esperar con el transcurso de la
trama como las cosas buenas que a pequeñas dosis se disfrutan mejor.
El misterio está servido y su autor lo expone de manera que
uno se siente cómodo mientras lee porque juega a adivinar quién es el aquí el
culpable y eso siempre gusta aunque
nunca acertemos. Uno avanza poco a poco,
paso a paso conjuntamente con los descubrimientos de la policía y lo mejor de
todo es que no he encontrado en ningún momento un bajón en la novela, todo lo
encontraba interesante, divertido y con ganas de seguir leyendo más. Llegando
al final el giro en la curva y de ahí hasta el final lectura al más puro sprint
ciclista.
Pero esto no es una simple historia policíaca, aquí se habla
de la corrupción, de la sociedad que vive al límite dentro de la crisis, de la
banca, la iglesia en su lado más hipócrita, la alta sociedad, la prostitución
de lujo, el periodismo de investigación y la soledad, la gran tapada esta
última pero que a mí me ha encantado como refleja el autor el tema en la obra y
como usa a los personajes para mostrarla:
Palacios, un policía con los defectos suficientes para hacerlo muy humano. Oliver un viejo periodista curtido en mil batallas al borde de la jubilación y que es el mejor compañero que uno puede tener en su trinchera, Salinas un subordinado que puede aspirar a todo si sus pies de barro se lo permiten, Jímenez, policía de la vieja escuela y así otros tantos y cada uno nos dará una lección de vida.
Palacios, un policía con los defectos suficientes para hacerlo muy humano. Oliver un viejo periodista curtido en mil batallas al borde de la jubilación y que es el mejor compañero que uno puede tener en su trinchera, Salinas un subordinado que puede aspirar a todo si sus pies de barro se lo permiten, Jímenez, policía de la vieja escuela y así otros tantos y cada uno nos dará una lección de vida.
“Había visto pasar por delante de su casa el entierro de muchas de sus
aspiraciones y lo había hecho sin pena, como quien es espectador de su propia
vida. Se agarraba a las viejas certezas, a los principios más básicos, los que
de verdad configuran al hombre: la honradez, la amistad, la justicia..., en
fin, todas esas chorradas que distinguen a las buenas de las malas personas”.
Claro ejemplo esta novela de como el humor ácido y la
seriedad pueden ir de la mano. He compartido momentos hilarantes con
reflexiones profundas y momentazos de llevar a escena y repetirla hasta la
saciedad en la pantalla. El resultado de esta mezcla da sus frutos y al final
aunque desconfiamos de todos los sospechosos, uno le coge cariño a los policías,
a los que parecen malos y se queda cierto sentimiento de esperanza en volverlos
a ver en nuevas aventuras porque el estilo de Juan Manuel Llorca es como esas gotas que van cayendo poco a poco en un vaso y cuando te das cuenta esta lleno y te alegras por de ello.
Podría seguir hablando de este libro que no será la mejor
novela del año pero que tiene tantas cosas por las que merece la pena leer que
destriparía su contenido y sus personajes en varios folios. Pero no voy a ser
tan cabrón y os dejo la oportunidad de poder descubrirla, de disfrutar de sus
momentos de intimidad y conocer con que arte, seriedad y de qué forma tan sutil
trata el autor el tema de la ansiedad, un tema tan presente en la sociedad y
que me ha encantado la forma en que está representada aquí. No vendo humo,
expreso sentimientos y este libro es un instrumento para desconectar de los problemas y pasar un rato genial.desconectar de los
problemas y pasar un rato genial.
Autor:
Juanma Llorca nace en Madrid en 1966, pero se cría en Toledo hasta que se desplaza a la capital a cursar estudios de filología hispánica en la Universidad Complutense. Ha trabajado en el campo del marketing, la comunicación y la programación cultural y actualmente reside en los Estados Unidos. "Los Malos Pensamientos" es su primera novela
Pues a mí me has dejado con ganas locas de leerlo, yo no me resisto nunca a una reseña tan efusiva, con comisión o sin ella, jajajaja.
ResponderEliminarBesos.
No lo conocía y desde luego,me has dejado con unas ganas locas de leerlo.
ResponderEliminarBesos
Una opinión muy sincera. Interesante propuesta, me lo anoto y, entiendo la mala suerte de la cancelación, pero quédate con que te ha gustado mucho leerlo. Seguro que aparece el momento de conocer a l escritor.
ResponderEliminarBesos.
Pues tampoco lo conocía y pinta muy bien. Le echaré un ojo.
ResponderEliminarUn beso ;)
Tomo nota del título después de que me hayas dejado con la miel en los labios. Besos
ResponderEliminarMala suerte lo de la cancelación, pero mira, has disfrutado mucho con esta lectura. Y se nota. Se nota tanto que como lo vea en la librería, se viene conmigo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Toma ya! Cuando se habla así de un libro no puede ser impostado, se nota que te ha encantado. A mí me encanta cuando en las novelas negras nos añaden ese toque de humor, me parece que hacen una combinación perfecta y puede dar un muy buen resultado.
ResponderEliminarAsí que tomo nota de tu interesante recomendación, y me quedo con las ganas de saber más sobre cómo trata el tema de la ansiedad ;)
Besitos
Vaya con la cancelación. Bueno, has descubierto un buen título y lo has compartido. No lo cocnocía, así que tomo nota, claro. Un besote!
ResponderEliminarMe gusta lo que cuentas! Le echaré un vistazo
ResponderEliminarBesos
Me alegra un montón que te haya gustado mi novela y me ponen especialmente contento tus comentarios sobre el tratamiento de la soledad y de la ansiedad en el texto. Eres un lector muy perspicaz.
ResponderEliminarY que te lo hayas pasado bien leyendo es el mejor de los halagos.
Un abrazo