Hace unos días comentaba en mi
reseña sobre “Acto de creación” (podéis
leerla aquí) lo gratamente sorprendido que había quedado de este pequeño libro
de poemas. Me encontré unos poemas muy originales, con una temática muy
novedosa, cuyo autor había conseguido transmitirme esas inquietudes que a uno
le agrada sentir cuando lee algo que le hace pensar, reflexionar y tomar un
momento para recapacitar sobre las ideas que tal vez no sea sino de esta forma
cuando tomamos tiempo para recapacitar sobre circunstancias que nos rodean a
diario pero que no vemos que están ahí.
Me surgieron preguntas y cierta
curiosidad sobre todo lo que rodea a este acto de creación que llevó a cabo
Diego y me puse en contacto con él por si podía atender a mis requerimiento.
Casi al momento me contestó que sí y muy amablemente me respondió a mi cuestionario.
De sus palabras se desprende esa coherencia entre lo que escribe y lo que
piensa, se puede ver cómo ve el mundo, le da sentido a sus ideas y su discurso es como su obra, llena de
mensajes que le hacen a uno pensar sobre lo cotidiano, la grandeza de todo y de
la importancia de tal vez el detalle más pequeño que puede procurarnos una gran
felicidad.
Todo un gran descubrimiento, libro
y persona que hay que agradecer a Cuadernos del Laberinto por creer en autores
como Diego Agúndez, por convertir el llegar
a libros desconocidos en todo un descubrimiento para comentar.
Sinopsis:
Sentado en una terraza, Diego Agúndez medía opciones para sus vacaciones de verano cuando sufrió un deslumbramiento. Masivas galaxias, agujeros negros, la luz del sol fueron de repente abriéndose paso entre otros pensamientos más mundanos, y su pequeño propósito de irse a la playa quedó difuminado entre otros viajes de otra enjundia, como el lanzamiento de la sonda espacial «Voyager», la conquista de México o el deber de educar a los hijos.
Este libro es el resultado de tal deslumbramiento. Es un acto de creación distinto a cualquier otro. Es un poema largo y un poema corto. Un pequeño viaje dentro de un gran viaje, la historia de cómo cualquier momento podría desatar la conciencia de nuestro paso por la vida.
Por ACTO DE CREACIÓN deambulan como figurantes Yuri Gagarin, escritores clásicos y jóvenes poetas, una vecina pesada, un físico iraní o un barrendero de barrio. Sonámbulos en sus distintos espacios y momentos, todos ellos son revividos en un big bang controlado, un acto único de lenguaje que sitúa como condición previa del conocimiento a la propia voluntad de imaginarlo; es decir, el poder creador como testigo y refugio de nuestra condición humana.
(sinopsis facilitada por la editorial)
Este libro es el resultado de tal deslumbramiento. Es un acto de creación distinto a cualquier otro. Es un poema largo y un poema corto. Un pequeño viaje dentro de un gran viaje, la historia de cómo cualquier momento podría desatar la conciencia de nuestro paso por la vida.
Por ACTO DE CREACIÓN deambulan como figurantes Yuri Gagarin, escritores clásicos y jóvenes poetas, una vecina pesada, un físico iraní o un barrendero de barrio. Sonámbulos en sus distintos espacios y momentos, todos ellos son revividos en un big bang controlado, un acto único de lenguaje que sitúa como condición previa del conocimiento a la propia voluntad de imaginarlo; es decir, el poder creador como testigo y refugio de nuestra condición humana.
(sinopsis facilitada por la editorial)
Libros en el petate -¿Quién es Diego Agúndez?
Diego Agúndez: Yo, quien ha escrito este libro tan
extrañamente extraño llamado 'Acto de creación', y digo extrañamente porque
cuando lo terminé me resultó difícil de creer que no hubiera poemas parecidos
por aquí y por allá levantados sobre las mismas bases. A lo mejor me equivoco y
sí que los hay. Pero, por tomar el libro como referente, la verdad es que suma
ciertos elementos biográficos que podrían componer mi propio personaje: nacido
en Cáceres, licenciado en variopintas cosas, periodista en el sur de Asia,
ahora trabajando en Bruselas; me gusta pasear por el campo, suelo nadar, tengo
niños, bebo café, publico este libro tras mucho tiempo escribiendo poemas… Me
tengo por un personaje muy mío, dentro de lo fugitiva que puede llegar a ser la
propia identidad.
¿Qué es Acto de creación, por qué
ese nombre?
'Acto de creación' es un título que
emergió cuando el proceso de composición estaba ya bastante avanzado. Para el
que no lo sepa, este es un libro inusual porque está compuesto por una larga
reflexión de unos 500 y pico versos seguido del único poema del libro,
compuesto por cuatro, que es básicamente resultado de la anterior, y, por lo
tanto, un resultado de ese acto de creación. Me pareció que el título reflejaba
de un golpe varias preocupaciones fundamentales del libro: el propio acto libre
de escribir un poema frente al gran interrogante general del universo; nuestra
posición como padres transmisores de saberes en la gran línea de la especie
humana; nuestra imperfecta ambición de avanzar en el conocimiento y abrir
horizontes en la ciencia, en la vida, por todas partes. Creo que ningún otro
título se le ajustaba tan bien al poema, porque de algún modo se reconoce en
sus distintos niveles. O al menos esa era mi pretensión original.
Te consideras un poeta o alguien que
escribe poesía, versos, sentimientos en un papel.
La palabra 'poeta' me causa un poco de
pudor. Si miramos al número de poemas que he publicado (aparte de los que
cuelgo en mi web), realmente no son más de una quincena -entre revistas y
libros-. Si miramos al número de poemas escritos, quizá en este momento ronden
los 400. Empecé a escribir poesía siendo todavía niño, con un sentido muy
lúdico que he recuperado últimamente. Luego alterné fases de mucha motivación
con otras de total desgana, pero ambas me enseñaron y desde luego, fueron
útiles para sedimentar ideas. 'Acto de creación' ha sido, de alguna manera, el
preámbulo de un estallido creativo, como si se hubiera cumplido el Big bang que
anuncia el libro en su sentido más literario. Es curioso mirar atrás y ver cómo
la cantidad y la calidad son conceptos bastante independientes. Tuve años de
escribir pocos poemas y muy malos, y otros de mucha producción con poemas que
me siguen gustando. Básicamente, en la medida en que me sorprenden las cosas,
escribo poesía, porque la poesía es una cosa que está en la forma de mirar, y
esto hace que cualquier persona, en un momento determinado, pueda comportarse
como un poeta. Solo hace falta intentarlo. En serio.
Tu libro comienza con una
dedicatoria a la libertad. Cuál es la razón de esa dedicatoria.
La dedicatoria es casi el último
elemento que llegó al libro. Casi ni aparece de no ser por la insistencia
(amable) de la editorial, que me recordó que no había ninguna. Este es mi
primer libro publicado y ya había una parte de agradecimientos, así que no
sabía muy bien qué hacer. Esto de las dedicatorias es una auténtica ciencia;
existen incluso antologías recogiendo las más originales, las más polémicas,
desagradables… Pero sí tenía claro que 'Acto de creación', de ser algo, es un
canto a la libertad, porque solo desde la libertad podemos poner en marcha
nuestras propias preguntas sobre el mundo. Resulta que ese mismo día había
leído una entrevista con David Gross, un hombre que ganó el premio Nobel de
2004 de Física por descubrir lo que llaman 'la libertad asintótica'.
Básicamente, es una propiedad de atracción de algunas partículas que resulta
que cuanto están más cerca menos se atraen. Esa tenía que ser: la libertad
asintótica, como pasa con muchos amores. Así que incluí el concepto como una
pequeña broma. Decía Picasso que cada acto de creación es un acto de
destrucción. Yo creo que esto no es del todo así. Para mí, cada acto de
creación es un acto de elección. Y para elegir necesitamos ser libres. Sin
libertad no hay creación.
Acto de creación cuenta con una
característica muy original. En poesía pocas veces se puede hablar que ciencia
y literatura se den la mano. Cómo surge esta propuesta.
Resulta increíble que, por alguna razón
que desconozco, la poesía y la filosofía de nuestro tiempo, o por lo menos en
sus corrientes más señaladas, hayan dado la espalda de este modo a los avances
de la ciencia. La ciencia no es perfecta, finalmente los científicos son
hombres, y el uso de esos avances puede ser muy bueno o muy malo. Pero nuestro
tiempo pasará a la historia como una época de grandes avances tecnológicos en
muchas disciplinas -desde la astrofísica a la ingenieria-. Es muy extraño que
estén tan segmentadas todas estas disciplinas, porque la ciencia, la poesía y
la filosofía nacen todas de un vientre común, que es el cerebro humano. O sea,
tú y yo, sentados por ahí y preguntándonos de repente por qué la tierra es así,
o por qué un río llega al mar, o quiénes somos, o por qué nos enamoramos. La
ciencia brinda unas respuestas; la poesía, otras. De la mezcla de ambas creo
que solo tiene sentido que estemos maravillados, no en un sentido moral, sino
probabilístico, por el hecho milagroso de estar haciéndose preguntas aquí y
ahora. Las influencias mutuas entre poesía, física o filosofía llevan ahí mucho
tiempo y ahí seguirán.
Somos mota de polvo en el universo
y estamos a miles de kilómetros de cualquier lugar de él. En un mundo tan
grande como es l literario qué esperas de él.
Creo que 'Acto de creación' invita a
pararse un momento y salirse de uno mismo para ver las cosas con cierta
perspectiva. Elegí mi propia ciudad, Cáceres, como el lugar donde transcurre el
poema, porque esas son mis coordenadas, pero como autor mi objetivo era que
cualquiera pudiera ponerse en ese lugar que yo propongo y sustituir mis
coordenadas por las suyas. Yo puedo estar pensando en mi parte antigua, pero me
valen igual Barcelona o Sydney o un pueblo esquimal. Lo que intento decir es
que si uno mira el mundo, pues cada uno de nosotros no es más que una hormiga.
Pero si miras el mundo en el tiempo, cada uno de nosotros es una hormiga
relámpago. Dicho de otro modo: lisa y llanamente, un milagro. O un accidente.
Tiene tu obra un mensaje al ser
humano para que no pierda el tiempo ni se preocupe por nimiedades.
Corresponde a cada uno decidir cuáles
sean las cosas importantes y cuales las nimiedades. Ocupamos un lugar muy
particular e insustituible. Lo que somos cada uno de nosotros no se repetirá
nunca. Deberíamos tenerlo en cuenta a la hora de pensar en nuestros pasos y
también en nuestras huellas, porque de una concepción así, del hecho de ser
técnicamente insustituibles, se deriva una enorme responsabilidad, tanto en
materia de avances tecnológicos como de decisiones políticas o en el respeto al
medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Los desafíos son enormes
y cada uno debiera poner de su parte.
La familia tiene un lugar especial
en la obra.
La familia entronca con lo que decía
sobre Cáceres. Se trataba de integrar mis propias coordenadas en la reflexión
general. En este caso, porque, como se dice en el poema, 'todos somos hijos y
nietos de alguien', y a la vez somos breves eslabones en la larga cadena de la
estirpe. Pero no solo en la obra: es que la familia es el primer escalón que
tenemos todos al relacionarnos con el mundo. A la vez, la verdad es que la
presencia familiar es un recurso literario, en el mismo plano que el resto de
los personajes reales o imaginados que van pasando por el libro.
Hay cierta obsesión con Gagarin o
me equivoco.
La figura de Gagarin es muy atractiva
por muchas razones, entre ellas la de aglutinar muchas de las ambiciones
humanas. Ser el primer hombre que llegó al espacio lo pone, en mi opinión, en
la misma escala que los grandes navegantes, como Erik el Rojo o Magallanes,
descubridores o científicos. Yo nací con la luna ya pisada, pero es que la
primera imagen del planeta Tierra no tiene más de 60 o 70 años. Es decir, que
el 99 por ciento de los humanos ni siquiera llegaron a saber cómo de hermoso
era su propio planeta visto desde fuera. Gagarin es el primer hombre que vio la
tierra desde fuera. No puedo saber qué sintió, pero sí sé que la mirada poética
comparte este mismo viaje, de salirse de uno mismo, y de las cosas, y verlas de
otra manera que el 99 por ciento de la gente no vio. Gagarin, en suma, es una
figura poética y así es como lo trato. Pero es que su frase antes de despegar
me conquistó definitivamente: es Gagarin diciéndole a la torre de control, 'sí,
si, todo histórico y tal, pero a la vuelta quiero comer salchichas'. Igual que
ocurre hoy en cualquier recital de poesía (ok, esto es broma).
Lo de editarlo en bilingüe me ha
parecido genial. Se te ocurrió a ti, a la editorial. Cómo surgió esa
posibilidad
El libro está escrito originalmente en castellano, y esa es la lengua de referencia. La traducción fue realizada a partir de una versión casi final. Yo creo que vivimos unos tiempos en los cuales, para bien o para mal, la separación entre las distintas lenguas y mundos es cada vez menor. Una de las consecuencias es que la poesía debería poder leerse en cuantos más idiomas, mejor. En mi caso, la traducción al inglés está justificada en que parte de mi entorno solo habla esa lengua, así que si quiero que me lean más me vale saber adaptarme. Además, al escribir 'Acto de creación' durante un tiempo rondó la posibilidad de su publicación primero en el extranjero, hasta que los Cuadernos del Laberinto me ofrecieron esta posibilidad de publicar. Les dije que la traducción al inglés estaba disponible y les pareció una buena idea. Creo que no molesta nada: la edición está cuidada. Mi tío me ha dicho que pudo practicar inglés, comparando los dos textos. Me alegro mucho. Hasta para eso sirve la poesía, qué gran suerte la nuestra.
Me ha llamado la atención que este
libro se creó gracias a la colaboración de Conrado Carretero y unos mensajes de
móvil intercambiados con él.
Ah, el gran Conrado. Aunque propugno ese
diálogo entre ciencia y poesía, la verdad es que en el libro manejo conceptos
por aquí y por allá en los que seguro que habría patinado de no ser por la
ayuda desinteresada de este amigo mío, así que lo menos que podía hacer era
mantener un agradecimiento a sus conocimientos de astrofísica. Imagínate que
estás a las tantas de la mañana y te despiertas con un mensaje desequilibrado
sobre las cuatro fuerzas de la naturaleza y la escritura según la física
atómica y los segundos posteriores al Big Bang. Lo normal sería dormir y
mandarlo a la porra. Pues bien: él respondía. Cosas de la pasión por la ciencia
y la pasión por la poesía, ¿acaso no nace todo de lo mismo?
Gracias por la entrevista, no conocía al autor
ResponderEliminarBesos
Muchísimas gracias por esta estupenda entrevista!
ResponderEliminarBesotes!!!
Me ha gustado la entrevista y el libro me parece curioso, pero no creo que sea para mí. 1beso!
ResponderEliminarLa entrevista me parece interesantísima, el libro no termino de tenerlo claro...
ResponderEliminarBesos