Coincidiendo
con el último fin de semana de la Feria del Libro de Sevilla tuve la
oportunidad de tener una charla con Isaac Rosa sobre el libro, que conjuntamente
con la ilustradora catalana Cristina Bueno han realizado sobre un tema que se
ha convertido en un tema que preocupa en la sociedad actual, el tema de los
desahucios. Un libro desgarrador y que muestra con todo lujo de detalles la situación
de de los desahucios desde distintos puntos de vista. Una obra original, llena
de momentos que sorprenden al lector y que puede ser un documento gráfico de
mucho valor que registre una de las barbaries que ha asolado un país en crisis.
Nuevamente
la cita fue en el Hotel Inglaterra y conocer a Isaac Rosa para mí fue algo
especial. Me sorprendió encontrarme a un hombre que habla con un tono de voz
cálido, firme, de un problema que afecta a una parte muy importante de la
sociedad española hoy en día. Es esa calidez en sus palabras lo que hace que
escuche sus respuestas y opiniones atentamente, es el máximo exponente de
aquella frase que decía “se puede decir más alto pero no más claro”. Me quedo
con su libro como un tesoro, algo que nos advierte de lo que está pasando, que
nadie está exento de que le pueda ocurrir a él. Pero el verdadero valor es el
de ver un escritor que ha creado una obra y que la usa para cambiar las cosas,
una persona comprometida con sus ideas y que lleva su trabajo un paso más allá
con la esperanza de que sirva para ayudar a cambiar a mejor las cosas en este
mundo que a veces es tan insensible con ciertas situaciones.
Una ruptura familiar, un cambio de casa, la adolescencia. Tres situaciones difíciles, y a Alicia le ha tocado vivir todas a la vez. Pero además hay algo extraño en su nueva vivienda: vecinos hostiles, un diario secreto y una visita inesperada.
Alicia emprende una investigación que nos acercará a la tragedia de miles de familias que han perdido su casa. Pero también a la lucha de quienes llevan años resistiendo contra los desahucios.
Aquí vivió es la primera novela gráfica de Isaac Rosa, ilustrada por Cristina Bueno.
La opinión de la crítica:
«Un relato imprescindible, conmovedor, riguroso y valiente, enmarcado en uno de los episodios más importantes de los últimos años en nuestro país: la lucha por el derecho a la vivienda.»
Olga Rodríguez, periodista y escritora (Premio Enfoque de Periodismo 2014)
«Un relato imprescindible, conmovedor, riguroso y valiente, enmarcado en uno de los episodios más importantes de los últimos años en nuestro país: la lucha por el derecho a la vivienda.»
Olga Rodríguez, periodista y escritora (Premio Enfoque de Periodismo 2014)
«Contra la tragedia del desahucio, Aquí vivió nos transmite fuerza para conjurar el fantasma de una pobreza que debilita. No estamos solos.»
Marta Sanz, novelista (Premio Herralde 2015)
Marta Sanz, novelista (Premio Herralde 2015)
«La historia pone cara y voz a los protagonistas de una estafa inmobiliaria, y resulta que no son solo los que desahucian y los desahuciados: es, finalmente, toda la sociedad la que participa. Qué gran tebeo.»
Manel Fontdevila, historietista, autor de La parejita
Manel Fontdevila, historietista, autor de La parejita
Libros en el petate: Es obligado preguntarte cómo surge este proyecto
y por qué este tema en concreto.
Isaac Rosa: Surge por un lado de mi interés en contar algo de los
desahucios desde la ficción, la de escribir una historia que tuviera que ver
con el gran tema que es con mayúsculas en estos años de la crisis, es el tema
que mejor muestra lo que ha pasado en España y lo que sigue pasando. Los
desahucios tienen la capacidad de funcionar como unos observatorios desde donde
se ve todo lo que respecta a la crisis y a lo que la ha rodeado. Cuando uno coge un desahucio cualquiera de una
familia y pone la lupa sobre él y se fija alrededor ve todo (la crisis, el
desempleo, la desigualdad, el empobrecimiento, la política de la vivienda, el
sistema financiero, la corrupción, las protestas ciudadanas, etc), es como una
especie de zona cero de la crisis. Yo tenía ganas de contar una historia como esta y no sabía cómo contarla,
con qué historia, con qué voz y por el camino apareció Nube de Tinta que quería
inaugurar una colección gráfica de comics que tuviera mirada social, que llegara
a un público amplio y al proponerme participar en el primer libro vi la
oportunidad de contar esa historia aquí, usar lo que el comic me permitía para
contar de otra manera lo que sucede.
L.P: Ellos te dieron la oportunidad pero la temática la pusiste tú.
I.R: Ellos propusieron un tema de aspecto social y en una primera
reunión los desahucios estaban sobre la mesa y coincidimos en que era como el
gran tema y pensé que como el libro tardaría en realizarse, cuando estuviera
acabado tendríamos más libros en el mercado hablando del mismo tema del momento
y a la vuelta de un año y medio nos hemos dado cuenta que no hay más comics ni
novelas con esta temática.
L.P: Yo pensaba que la crisis
cada vez se estaba mostrando más en el argumento de la literatura.
I.R: Yo creo que esa es una percepción de los que estamos un poco en
el mundillo cultural pero que no se corresponde con la realidad. Recuerdo hace
cinco o seis años cuando entrabamos en la zona más difícil de estos años,
cuando golpeó con más fuerza ya se abrió este debate sobre la literatura de la
crisis, la cultura y la crisis y me preguntaban periodistas si veía esa
literatura de la crisis y ese auge y yo era tan optimista que confiaba que
aunque en ese momento no hubiera, los cineastas, los escritores, guionistas,
etc, estuvieran trabajando y que veríamos a la vuelta de unos años sus obras.
Yo hoy en día veo poco, ni mucha novela, ni cine sobre la crisis aunque hay
buen teatro y periodismo que han reflejado este tema. Contestando a tu pregunta
veo poca literatura, no quiere decir que no haya pero se puede contar con los
dedos de una mano para lo que ha supuesto la crisis todos estos años, lo que ha
sido y ha pasado en España durante la última década hay poca obra de creación.
L.P: Cómo ve un escritor de novelas su obra en imágenes.
I.R: Para mí ha sido una experiencia muy buena. Cuando comencé a
pensar y a escribir la historia todo eran problemas y dificultades porque tenía
que adaptar mi escritura a un lenguaje diferente, a unos códigos que no eran
con los que trabajaba habitualmente, pero hubo un momento que es esas
dificultades empecé a verlas como oportunidades, poder contar la historia de
otra manera, usar recursos que habitualmente no tengo. De esta manera en las
primeras versiones de la obra la palabra tenía más peso y todo eso se fue
eliminando porque la idea era contar una historia con imágenes.
L.P: Esa idea me da pie a decir que tu
obra se degusta poco a poco porque contiene frases impactantes, imágenes
que impactan y te obligan a realizar una pausa. De otra manera no podría considerarse
un libro con esta temática verdad.
I.R: Se podía haber contado de muchas maneras porque en todo lo que
tienen que ver con los desahucios hay un filón narrativo. Nosotros hemos cogido
una posible forma de contar la historia pero a partir de ahí si hemos intentado
que el hecho de que sea un comic, usar sus herramientas de la manera más eficaz
posible para que funcione la historia y provocar en el lector aquello que
queríamos.
L.P: La primera imagen del comic me parece impactante, una escena donde
se ve la mirilla de una puerta y en ella un notario, un policía, un cerrajero
aguardando fuera. Has querido transmitir que esto puede pasarnos a cualquiera.
I.R: Nosotros al plantearnos este libro estábamos preocupados por
evitar lo previsible, tener en cuenta las expectativas del lector en este caso
para no cumplirlas, defraudarlas y darle otra cosa. Cuando uno coge una novela
que promete ser la historia de un desahucio ya va pensando en lo que se va a
encontrar y si le das lo que está esperando es inofensivo y no funciona. Por
ello queríamos llegar a los desahucios dando un rodeo y empezar el libro así.
Tiene que ver con eso precisamente, es un arranque falso, con un prologo que es
una pequeña historia que cuesta creerla hasta que te la cuentan, que es la
facilidad con la que se ha desahuciado a gente e n este país. “El principio del
libro está basado en una historia real donde una familia que no estaba en casa
a su vuelta se encuentran que una comisión judicial tenía una orden de proceder
a un desahucio pero la dirección la tenían errónea por lo que a la vuelta de la
familia se encontró que habían entrado en su casa, cambiado la cerradura y los
muebles al entender que la familia había abandonado sus pertenencias se las
había dado al cerrajero para que dispusiera de ellas como mejor le conviniera”.
Todo se aclaro pero un error administrativo te das cuenta lo fácil que es que
te echen de tu casa. Eso significa que en este país se ha desahuciado con una
ligereza, una alegría y una facilidad rutinaria por el simple hecho de dejar de
pagar tres recibos de la hipiteca y esa facilidad es lo que queríamos reflejar.
L.P: En vuestro libro mencionáis que en España tener un piso en
propiedad parece que es como
una obligación. Quizás ese haya sido el error que nos haya costado tan caro.
una obligación. Quizás ese haya sido el error que nos haya costado tan caro.
I.R: Si uno compara España con otros países europeos parece que aquí
existe una querencia especial al piso en
propiedad. La proporción de pisos en propiedad y en alquiler es completamente
distinta a otros países. Pienso que esto no es porque aquí culturalmente o
antropológicamente tengamos mentalidad de propietario, es porque hemos vivido
durante décadas en un entorno social, económico, político, cultural que nos
empujaba a comprar pisos. No ha habido un mercado dispuesto para el alquiler,
todo conducía a la compra de un piso, las políticas económicas y fiscales, las
ayudas, etc, todo empujaba a comprar porque el alquiler no era una opción o lo
era de forma temporal.
Nosotros lo reflejamos en el libro con esa famosa frase del ministro franquista
Arrese que decía “No queremos una España de proletarios, sino una España de
propietarios” y esto inició una política de vivienda donde el ciudadano con una
hipoteca era más dócil y nos ha traído hasta aquí y nos ha convertido en el
país con el mayor número de propietarios
y a la vuelta de unos años somos el país con más desahuciados y con más
pisos vacios y ocupados.
L.P: Tengo la sensación de que este miedo a perder la vivienda antes
no existía.
I.R: Siempre ha habido desahucios de algún tipo pero tiene que ver con
el momento que esa burbuja inmobiliaria se viene abajo y esa tormenta perfecta
que se produce en la sociedad española de caída del precio de la vivienda,
aumento del desempleo , descenso de la renta de las familias hace que la gente no pueda seguir pagando.
Cuando hablas con afectados que han perdido su casa, la mayoría te cuenta lo
mismo. Lo primero el estupor, pensar que esto nunca les iba a pasar a ellos,
pensar que los desahucios solo les pasaba a
gente en riesgo de exclusión social y no es cierto, la mayoría son
personas que en aquellos años tenían trabajo, que no vivían por encima de sus
posibilidades, sino que vivían de acuerdo a las posibilidades que había
entonces y de pronto perdieron el trabajo y luego la casa.
L.P: Tenemos a Alicia una chica de 13 años que comparte protagonismo
con la crisis, hablabas antes de diversas revisiones. En un principio ella iba
a ser la protagonista.
I.R:Si, si por varias razones, primero porque a la hora de elegir qué
punto de vista, desde donde la íbamos a ver y quien la iba a contar , pensando
en varias posibilidades había la intención de abrir el libro a todo tipo de
público, usar el libro para acercarlo a los institutos, a los profesores que usen
el libro para tratar el tema de los derechos sociales y los desahucios en
clases y fuera una ocasión para trabajar este tipo de temas con chavales y
sirve para conectar muy bien con la historia. Pero más allá de eso, me
interesaba la mirada del adolescente por lo que tiene de ingenuidad, alguien
que ve de lejos el problema de los desahucios, que es la mirada que compartimos
la mayoría que no piensan que les va a tocar a ellos, que es problema de una
minoría. Un adolescente porque tiene algo que como sociedad vamos perdiendo y
es la capacidad de sorprenderse y eso es lo que le pasa a ella, que se
sorprende y se indigna y acaba tomando una serie de decisiones, pero al mismo
tiempo me gustaba la historia de Alicia porque es alguien que también está
pasando su propio momento de crisis, esta desubicada, se siente expulsada de su
vida por los cambios que ha tenido al cambiar de casa, con la separación de sus
padres, ha tenido que cambiar de barrio y ella se siente entre comillas
desahuciada también de la vida que tenia y al final en su propia vivencia vemos
el reflejo de los desahucios y hace como un eco de la historia de la otra chica
que perdió su casa.
L.P: Para mí un momento muy emotivo y de efecto visual importante es
cuando haces cierto paralelismo con Ana Frank.
I.R: Quiero dejar claro que no hay ninguna intención de hacer
comparación alguna entre víctimas del nazismo y desahuciados algo que sería
absurdo pero si queríamos buscar referentes culturales cercanos que hablasen de
situaciones de encierro o de miedo. Surgió de forma causal, yo estaba buscando
información para otra cosa que estaba haciendo y cogí el libreo de Ana Frank y
de repente veía que esos pasajes sacados de contexto sin cambiarles nada
sonaban exactamente igual que lo que yo estaba contando y sonaba igual que las
historias que me había contado personas que habían perdido su casa y habían vuelto
a entrar en ellas a escondidas para seguir viviendo en ellas.
L.P: Hablabas antes de acercar el libro a los colegios y esta sería
una buena forma de hacer que tengan un contacto con la vida de Ana Frank.
I.R: Claro, el libro va dirigido a todo tipo de público pero tiene
unos guiños dedicado a los más jóvenes. Lo que me gusta mucho de este libro es
que es la primera obra que escribo que pueden leer mis hijas, mi hija tiene
doce años y ha leído Aquí vivió y es lo primero que lee mío.
Pero por otra parte también lo ha leído mi madre y me gusta que cada una pueda
tener su propio nivel y pueda tener una lectura distinta de su contenido. Por eso cuando vamos a institutos nos
interesa saber que saca cada uno en concreto de su lectura del libro sobre todo
los más jóvenes, los de trece, catorce años a los que le preocupa mucho que
pasa con los padres de Alicia cosa que a los lectores adultos no les preocupa
demasiado.
L.P: Hemos hablado de la crisis pero este no es el único tema que se
trata en el libro y hay uno que me llama mucho la atención que es el de los
mayores. Hay una frase en el libro que dice “Antes la gente nacía en casa y moría
en casa”. Vivimos en una evolución o por
el contrario se nos está escapando de las manos.
I.R: Tiene que ver con lo que pasa con las casas. A mi me interesaba
mucho la casa en el libro, su protagonismo, la casa como personaje o las
distintas casas que salen en el libro (la de la abuela como museo de recuerdos,
esa casa que prácticamente todos hemos conocido. Esta también la de los
desahuciados, la anterior donde vivía Alicia, distintas casas que tienen en
común lo que supone el hogar para nosotros que siempre es más que el espacio
físico, más que un techo y cuatro paredes. Es el lugar donde construimos
nuestras vidas y acumulamos nuestra memoria, y cómo ha cambiado eso respecto a
las casas de antes donde la gente nacía, moría, pasaban generaciones y se
conservaba la memoria de la familia. Por el contrario, ahora es un cambio
permanente y la precariedad de nuestras vidas que viene por el lado laboral
acaba llegando a las casas. Vidas precarias en casas precarias que no tienen
continuidad y donde vamos dejando atrás lo que fuimos y fantasmas por el
camino, no los de terror sino nuestras huellas de lo que fuimos.
L.P: Este libro tiene mucha reflexión, tanta que salvo los malos de
siempre, uno no puede evitar al final pensar quienes son realmente los malos y
si al final el fin justifica los medios.
I.R: No se si lo conseguimos
con el libro, una de las cosas que hay que señalar cuando se habla de
desahucios es que estos tienen responsables porque algunas veces se tiende a
pensar como si un desastre natural se tratase que esto ocurre sólo y aquí hay
unos responsables aunque luego siempre hay distintos niveles de
responsabilidad. Nosotros sólo nos asomamos a esa zona de grises donde están los
policías, los directores de bancos, esas figuras que están en medio del tema
hipotecario y de desahucios pero aunque siempre hay que mirar caso por caso y
discutir si la gente colabora u obedece ordenes, realmente hay que mirar mucho
más arriba para ver responsables. Los responsables de la política de vivienda de
este país durante décadas y los que no han hecho lo que debería de haber hecho
para evitar todo esto.
L.P: En una Feria del Libro de Sevilla, el escritor Montero González
invitaba en una charla en cierto modo a la rebeldía. En este libro me da la
sensación de que tratas el tema de esa gente que no se queda parada.
I.R: Yo creo que más que un libro sobre desahucios, quiero que sea un
libro sobre la lucha contra los desahucios que eso es lo que queríamos compartir.
Escribiendo este libro he aprendido mucho y quería compartir ese aprendizaje
con los lectores. Para mí ha sido fundamental estar con las plataformas, con
las asambleas, ir a sus reuniones, hablar con afectados y conocer la
experiencia de estos grupos. Yo suelo decir que si los desahucios es lo peor
que nos ha pasado en mucho tiempo, la lucha contra los desahucios es de lo
mejor que ha podido pasar en la sociedad y hay que conocer verdaderamente esa
experiencia de gente que ha pasado por una de las peores situaciones que uno
puede pasar en la vida como es perder su casa, quedarte sin nada y contraer una
deuda que te deja completamente desamparado y que es capaz de recuperarse, de
organizarse y hacer lo que han hecho estas plataformas y me parece admirable.
El otro día presentando el libro en un instituto de Sevilla les decía a los
chavales “Os voy a engañar un poco para que os leáis el libro y os diré que
este es un comic de súper héroes, no de los que estáis acostumbrados a ver en
la Marvel pero si son de los que están entre nosotros porque se dedican a lo
que hacen los súper héroes a rescatar personas, a ayudar a los inocentes,
luchar contra los malos y a hacer justicia”. Para mí las plataformas de
afectados se han dedicado todos estos años a realizar el trabajo que no han
estado haciendo las administraciones publicas en la temática de vivienda. Se
han dedicado a parar desahucios que no los estaba haciendo nadie, a darle casa
a la gente que se quedaba sin ella, recuperando pisos del banco malo y a
negociar con los bancos unas condiciones razonables, cosas que no han hecho
ningún gobernante, consiguiendo los pocos cambios legislativos que ha habido.
E l libro es una invitación para que la gente se acerque a escuchar en
una asamblea todo lo que tienen que decirnos, la experiencia de esos colectivos
y si se consigue eso yo me daría por satisfecho.
L.P: No hay medios por parte de la administración que intente dar soluciones a un problema que está
ahí.
I.R: Eso está cambiando poco a poco ahora con las últimas elecciones
municipales con los cambios de ayuntamiento, pero a empezado a pasar por la
presión de las plataformas ciudadanas. Lo peor de todo es que cuando uno se
acerca al tema de los desahucios y comprueba que en el fondo estos son evitables,
se puede acabar con ellos. No se resuelven los problemas de viviendas pero con
la firma de un decreto se pueden parar que la gente se quede en la calle y eso
no es de ahora, eso se ha podido hacer años atrás y se hubieran ahorrado muchos
sufrimientos pero en este tema no ha habido voluntad política.
L.P: Finalizo con una moraleja porque este libro tiene varias. Nada
empieza de cero, todo se construye sobre el pasado, hay que aprender a convivir
con ello.
I.R: Hay que asumir el pasado con todas sus consecuencias, ser
respetuoso con ese pasado. Cuando uno se va a un piso de nueva construcción no
lo ve pero cuando cambia de casa, una casa donde ha vivido antes otras
personas, allí hay una historia.
L.P: Muchas gracias Isaac, encantado de tratar un tema tan interesante
y tan duro contigo.
I.R: Gracias a ti.
Leí "La habitación oscura" para la Tertulia de El Club de los 1001 Lectores. Me agradó y la propuse como lectura para otra Tertulia más modesta, la de mis amigos. Su literatura da mucho para comentar.
ResponderEliminarNo sabía de esta novela gráfica.
Un abrazo y gracias por darnos a conocer algo más a este autor
No es un género que toque mucho, pero la temática de esta novela gráfica me atrae, y entre Marisa y tú me estáis tentando encima. Creo que voy a darle una oportunidad.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias por la entrevista aunque yo no suelo leer novela gráfica
ResponderEliminarBesos
Tiene una pinta estupenda, vuestra conversación abre el apetito lector,
ResponderEliminarsaludos
Estupenda e interesante conversación. La verdad que no sabía de esta novela, y me llama mucho la atención. Muchas gracias por darla a conocer, siempre es un placer leer tus entrevistas.
ResponderEliminarEs un autor que me da curiosidad. Una amiga librera me habló muy bien de "La habitación oscura", bueno, de su obra en general pero especialmente de ese libro. Y esta novela gráfica también me interesa, así que ya sacaré tiempo ...
ResponderEliminarbsos!
Pese a encantarme la entrevista e interesarme el tema, creo que no es mi momento para esta novela gráfica. Un besote!
ResponderEliminarNo es el tipo e novela que leo habitualmente, pero gracias por la entrevista.
ResponderEliminarUn beso ;)
Muy interesante la entrevista, se nota que su autor se ha implicado al máximo. Yo de momento la dejo pasar que estoy hasta arriba.
ResponderEliminarBesitos y gracias por darnos a conocer más a su autor
Gracias por la entrevista. Ya te comentaba que no soy de novela gráfica.
ResponderEliminarBesos
Aprendí mucho hablando del tema con él. Me pareció un encuentro muy interesante. Besos
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