Coburn. Pablo García Naranjo.

Hoy toca novela negra,  pero no misterio y una trama que nos lleva por un laberinto de pistas y posibilidades, esta vez es de frases que suenan a sentencia y tiros que hacen blanco y te regalan un billete al otro barrio como dirían sus personajes. Digno homenaje a las novelas que podíamos encontrar en casa de nuestros abuelos.

Título: Coburn

Autor: Pablo García Naranjo.

Editorial: Tyrannossaurus Books

Año: 2015

Género: Novela negra

Páginas: 222 páginas
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ISBN: 978-84-944254-3-1

Precio: 10,95 euros



Sinopsis: 

Coburn es un asesino a sueldo. Un nombre en una agenda, una pistola con un precio en un mundo donde nadie hace preguntas. No tiene más amo que el dinero y un código que le ha permitido llegar a los cincuenta vivo.

Traicionado por un jefe del hampa neoyorkino, debe huir con quince mil dólares, una promesa y la foto de una chica desaparecida en el bolsillo.

Dennis Buchinski es un policía corrupto de Los Ángeles sumergido en el negocio de las snuff movies. Cuenta el dinero manchado en sangre y semen con la esperanza de salir de la ciudad y olvidar sus pecados.

(sinopsis facilitada por la editorial)

Autor: 

Pablo García Naranjo (Sabadell, 1979) ha publicado relatos en diversas antologías con las editoriales Tyrannosaurus Books, Kelonia y La Pastilla Roja ediciones. Laguna Negra fue su primera novela y desde entonces ha seguido publicando, entre sus textos más recientes destaca la novela de ciencia ficción distópica El hombre spam que escribió bajo el psudónimo de Talbot Torrance.

Impresiones:

Por segundo año consecutivo formo parte del jurado del Premio Guillermo de Baskerville que organiza la web literaria  LibrosProhibidos en su ya segunda edición. Un premio que surge de la idea de dar a conocer esos libros que en un principio están alejados del mundo de las grandes editoriales o de los medios de publicidad importantes con autores noveles o que se auto publiquen o publiquen con editoriales independientes.

Dentro de los finalistas para este 2015, una de las novelas elegidas por un grupo de personas encargadas de la selección de los finalistas se encontraba Coburn cuya portada nada más verla me imagino que os habrá llamado la atención tanto como a mí porque lo primero que pensé cuando la vi es que se trataba de rescatar un clásico de las novelas de antaño, esas que uno podía encontrar en casa de sus abuelos o colgando de la ventanita de los kiosco callejeros al precio de entre 5 y 20 pesetas.

Corbun es el estereotipo de personaje que estamos acostumbrados a ver en muchas películas e historias, un hombre en una edad donde ya la juventud es un mero recuerdo lejano y donde los años le recuerdan a uno todos los días que ya está viejo para la vida que lleva. Una vida de pistolero a sueldo donde el dedo en el gatillo nunca debe temblar y este debe ser más rápido que el de la persona a silenciar. Un protagonista que nace de las sombras y el anonimato que conlleva su trabajo y al que a medida que vamos conociendo terminaremos por reconocer de otras historias algunas veces vistas y disfrutadas.

De cazador  cazado podría titularse  el último trabajo que aceptó nuestro protagonista, un encargo bien hecho, pura rutina para un tipo como él acostumbrado a limpiar lo que otros no quieren que les salpique. Pero el señor Dimas en un afán por no dejar demasiados cabos sueltos también quiere hacer desaparecer al recadero por lo que Coburn tendrá que abandonar New York a toda prisa no sin antes llenarse los bolsillos con un encargo casual que le hará tomar con destino de su fuga la ciudad de los Ángeles.

La editorial nos vende su producto como un homenaje al género negro de los años 60-70 y en este detalle encontramos que muchas de las situaciones, la trama o los personajes nos suenen a lo largo de la novela reiteradamente. No hablamos de copia de género porque hasta para copiar hay que tener estilo, simplemente entiendo que Pablo ha querido crear su propia historia y su propio personaje a imagen y semejanza de un género que tiene una legión de incondicionales y que van detrás unas escenas y una acción que hacen las delicias e estos cuando el sonido de las balas forma una melodía con el ruido de los casquillos al chocar contra el suelo. Para mí, siempre los he tenido como los western del siglo XX.

Un personaje principal del que comenzamos a hablar y varios secundarios. De nuestro protagonista ya hemos hablado, un hombre silencioso, que cumple su trabajo, cobra y descansa pero que llegado al límite entre su conciencia y el sufrimiento ajeno de inocentes le afloran las típicas señales que le acercan al lado humano y que hacen que el lector le coja cierto cariño. El resto de personajes policías corruptos, gente que se hace rica de la noche a la mañana gracias al sufrimiento y la explotación de los más débiles, y matones, muchos matones con trajes caros y bulto de pistola a la altura de la sobaquera.

Qué vamos a encontrarnos en esta historia, nada nuevo que no hayamos visto ya pero con un lenguaje directo, lleno de voces en off de personajes grises, atormentados en un mundo y una vida gris  que hace la narración ágil, trepidante y que sabe darle la dosis perfecta de descripción a las escenas para que el lector pueda imaginarse la novela entera y disfrute de cada momento, y digo disfrutar porque si no te gustan los tiros directos al pecho, los de gracia con silenciador, los tipos duros que huelen a pólvora y con lenguaje no muy amable no te bajes, no pares en este motel y sigue tu camino porque aunque la historia es predecible hasta casi el final, uno no puede sino disfrutar de una acción bien narrada cuya  la historia y los momentos para la reflexión quedan para  después de que volvamos a respirar tras contener el aliento en cada escena.

"La venganza tiene la misma poesía que un navajazo en el corazón" (Coburn)

Su historia cala pronto ya que desde el comienzo la acción esta servida, los momentos de tensión y de tiroteos son en gran parte creíbles, he ido disfrutando de más a un poco más aún hasta el final que me ha resultado un gran final para una historia cuyo final se intuía pero que no por ello deja de sorprendernos porque su autor tiene estilo hasta para concluir su novela. No importa como empiezan o terminan las cosas en esta novela sino lo que nos hace sentir el autor a lo largo de ella.