Héctor tiene 7 años, pronto cumplirá 8 y aunque algunas veces tiene sus disputas caseras con Daniela, como hermano menor ve en nuestra joven colaboradora un ejemplo a segur en muchas cosas y entre ellas la de disfrutar de la lectura. Por ese motivo a él también le ha picado el gusanillo de comentar para el blog las lecturas de su edad.
La protagonista
de esta historia se llama Maya. Es una niña de 7 años que vive en una casa con
ventanas que dar al mar y la montaña. Una noche que no podía dormir, vio cómo
entre los huecos de su balcón, se veía la luna, y le llamó tanto la atención,
que cada noche al acostarse se entretenía mirándola. Una noche, le pareció oír
una voz de un niño que vivía en un lugar lejano donde la arena era roja y olía
a coco, y que conocía a personas que podían hacer que lo negativo cambiase a
positivo, y lo triste a alegre; otra noche de luna, oyó a una niña que le decía
que era muy ordenada, pero un día decidió jugar con el barro y mancharse, y
también se sintió feliz. Poco a poco, Maya no sólo oía a los niños sino que
entendía sus problemas y alegrías y los compartía con ellos, como cuando un
chico dijo que no le importaba sentir vergüenza, pero que no quería ponerse
colorado, y Maya pensó que a ella le sudaban las manos cuando sentía vergüenza
al salir a la pizarra. Y así, cada noche, Maya oía las historias de otros niños
que, como ella, hablaban con la luna; unas veces esas historias le hacían reír,
otras, entender sentimientos nuevos, y otras, podía reflexionar sobre cosas que
no se le habían ocurrido antes. Y las noches que no había luna, sólo quedaba el
silencio, y todos quedaban a la espera de que la luna volviese a salir para
compartir sus historias.
Me ha gustado
mucho este libro. Es fácil de leer y es entretenido. Al leerlo he descubierto
que todos podemos hablar con la luna y contarle nuestras cosas, y que esas
cosas que le contamos, nos pasan a todos los niños. Otra cosa que me ha gustado
de este libro, han sido las ilustraciones, que son preciosa.
Y a esto, yo,
como mamá de Héctor, añadiría algo que igual él, por su edad, descubrirá cuando
dentro de unos años vuelva a leer este libro, cosa que le recordaré porque
merecerá la pena que logre entender todo el mensaje que lleva implícito. Los
niños a veces no pueden poner nombre a sus sentimientos, pero eso no significa
que no les supongan alegrías y a veces tristezas. Los niños de esta historia
cuentan cómo el amor a los demás es infinito, cómo duele la pérdida de un ser
querido, lo mal que lo pasamos cuando sentimos vergüenza o lo bien que nos hace
sentir el poder contar lo que nos pasa por la cabeza y el corazón a los demás,
aunque sea a través de la luna. Y eso, a veces, sólo pueden hacerlo los niños.
Y nosotros, los mayores, como cuenta El secreto de la luna, deberíamos
aprender de ellos, y valorar que “a veces las cosas parecen ser de una manera,
pero, si les damos tiempo, pueden llegar a sorprendernos”.
A veces las cosas parecen ser de una manera, pero, si les damos tiempo, pueden llegar a sorprendernos. Maya ha descubierto un secreto y quiere compartirlo con todos vosotros. ¿Estáis preparados para viajar a la luna y dar un paseo por el mundo de las emociones?
40 páginas
15,7 x 23 cm
Tapa dura
ISBN: 9788468274126
A partir de 6 años
Qué historia más bonita! Y más especial ha sido la reseña. ¡Grandes colaboradores que tienes en el blog!
ResponderEliminarBesotes!!!
Que tengas un fin de año con mucha Paz y Salud! !!!! 🌲💟💜💕💕💕💕💕💕
ResponderEliminarMuchísimas gracias a los dos! Por compartir, dar visibilidad y haceros vuestro el cuento. Héctor, es un placer saber que "el secreto de la luna" te pueda acompañar en tu ir creciendo!
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