Hace poco os comentaba que Cuerpos malditos había
sido una de las mejores lecturas delos últimos meses. Una historia dura,
violenta y llena de frustración que a pesar de todo merece la pena leer porque
pienso que con este tipo de lecturas uno crece como persona y te aportan algo
tan importante como la reflexión, la capacidad de comprobar que hay que juzgar
menos y razonar más. Pasé un rato muy
agradable con su autora Lucía Baskaran, hablamos de temas relacionados con el
libro, algunos de los cuales eran puntos de vista o razones por las que había escrito su novela
y que me ayudo a disfrutar mucho más de esa lectura reciente.
¿Viste tu vida pasar por delante de tus ojos antes de morir? ¿Era yo la protagonista de alguna de esas imágenes? ¿Cuál fue tu último pensamiento? ¿Llegaste a quererme alguna vez? ¿Para quién eran esas flores?
Martín murió hace más de un año y Alicia no deja de hacerse esas preguntas, atormentada por el recuerdo de quien fuera su prometido. Apenas tiene veintiocho y ya es viuda, pero en los arcenes de su luto aguardan una nueva pareja, el reencuentro con su mejor amiga y el fantasma de una madre ausente.
Cuerpos malditos es una novela breve y áspera sobre cómo nos transforman las pérdidas. La historia de una mujer que busca rehacer su vida al tiempo que ahonda en el pasado para desenredar los motivos de su infelicidad: una adolescencia marcada por la aparición del deseo, la violencia, la dificultad para reconocer su propio cuerpo y las heridas del primer amor y del primer desengaño.
Lucía Baskaran escribe sobre la asfixia de las familias, el cuerpo y la amistad con la brutal elegancia de quien entiende lo humano.
Martín murió hace más de un año y Alicia no deja de hacerse esas preguntas, atormentada por el recuerdo de quien fuera su prometido. Apenas tiene veintiocho y ya es viuda, pero en los arcenes de su luto aguardan una nueva pareja, el reencuentro con su mejor amiga y el fantasma de una madre ausente.
Cuerpos malditos es una novela breve y áspera sobre cómo nos transforman las pérdidas. La historia de una mujer que busca rehacer su vida al tiempo que ahonda en el pasado para desenredar los motivos de su infelicidad: una adolescencia marcada por la aparición del deseo, la violencia, la dificultad para reconocer su propio cuerpo y las heridas del primer amor y del primer desengaño.
Lucía Baskaran escribe sobre la asfixia de las familias, el cuerpo y la amistad con la brutal elegancia de quien entiende lo humano.
Libros en el petate: En una entrevista te preguntaban en referencia a tu anterior novela
“Partir” si creías que hablar sin tapujos
de sexo y orgasmos femeninos
podía molestar y respondías que mientras siguiera molestando habría que seguir
escribiendo. Leyendo “Cuerpos malditos” yo te pregunto, seguimos sin cambiar o
hay esperanza.
Lucía Baskaran: Rearticularía eso y diría que si no le
molesta a nadie es que muy bien no lo estás haciendo. Cuando escribes algo
siempre te expones a la crítica y por supuesto que no le va a gustar a todo el
mundo y cuando hay algo de género y es una mujer la que escribe por supuesto
que molesta más. Me sorprende que con el tema de la masturbación femenina haya
aún gente que se moleste cuando es un tema que se ha tratado en la literatura,
quizás no en España, pero si en otros lugares y eso me hizo reflexionar y
pensar que si es un tema que fuera de mis círculos no sienta bien es un tema
que aún se debe debatir.
L.P: Creo que es un tema que debería verse como normal y
mientras más hablaba sobre feminismo con autoras como Patricia Escalona, Luna
Miguel o autores como Iván Repila cuya
literatura es necesaria para que uno pueda leer sobre estos temas sin que te
sorprenda y llegue a verse como algo normal. Mientras una escena en un libro
donde un varón se masturba nos pueda llegar a resultar divertida y en otra donde lo haga una mujer nos
escandalice o ruborice creo que algo va mal.
L.B: Desde luego que ahí hay una lectura de género que hacer
y es verdad que hay muy poca información en torno a la sexualidad femenina la
cual aún es objeto de debate público y mientras nos sigan clasificando entre
vírgenes y putas, todo lo que sea expresar el propio deseo sin que intervenga
la mirada masculina sigue generando polémica. Es terrible pero es así.
L.P: Leyendo “Cuerpos malditos” me he sentido identificado
en algunos pasajes con su protagonista Alicia, en algunos momentos de su vida, en lo que piensa, en sus
contradicciones. Eso me ha hecho pensar que de alguna u otra forma Alicia somos
todos.
L.B: Para mi es importante que los personajes tengan
contradicciones ya que si carecen de ellas son solo clichés.
L.P: Te lo preguntaba porque no hace falta ser mujer para
identificarse como Alicia.
L.B: Por supuesto. Hay rasgos en los que cualquier hombre se
puede identificar con Alicia porque al final es una mujer que empieza con una
perdida, todos conocemos lo que es una perdida porque es algo inherente al ser humano
que es perder a alguien y no tiene que
ser por una muerte como le ha pasado en este caso a Alicia sino por una
ruptura amorosa. La muerte y el dolor es algo con la que todas y todos
convivimos.
Alicia es una joven que experimenta la sexualidad con su
mejor amiga del colegio. Siente que la opinión pública no la ve con buenos ojos
y por eso cuando la abandona su madre y encuentra a Martín quien se convierte
en su pareja cree haber encontrado el mundo perfecto y estar viviendo la vida
correcta, en una historia que ella misma se cuenta para poder sobrevivir y
construir su personalidad a través de ser la novia de Martín, la que todo el
mundo juzga como la ideal por eso parto de esa premisa y Martín muerte dejando
a Alicia sola y que tenga que
preguntarse que una vez muerto su pareja quién es ella.
L.P: Por eso el título de Cuerpos malditos, por esa
constante lucha por ser la persona que realmente quiere ser.
L.B: Es no solo la vuelta a la niña sino a la mujer salvaje,
a la mujer sin domesticar, a la que aún los mandatos de género no le afectan.
Alicia niña es una chica salvaje aunque termina siendo domesticada.
L.P: Este libro tiene capítulos magníficos y uno
especialmente que me ha gustado mucho es donde hablas de la pasión, de cuando
el deseo ocurre antes de la palabra y es esa palabra algunas veces el enemigo
porque cuando se clasifica el deseo se rompe y entonces pasa a ser algo que
está en el cuerpo a limitarlo, a ponerle nombre. Crees que nos obstinamos en poner etiquetas
a lo que deseamos.
L.B: Sí y no. El tema del deseo me interesa mucho y tiene
que ver mucho con el libro. Cuando decía que las palabras limitan el deseo lo
digo porque en ese momento de la novela, Alicia y Anne están descubriendo la
sexualidad y aun no tienen un juicio moral sobre la sexualidad, ni tienen claro
que está bien o que es punible. Dicho esto, precisamente una de las cosas que
me parecen violentas de las relaciones es que no se habla de las preferencias
sexuales dentro de la pareja porque hay una creencia de que si hablamos de lo
que te gusta a ti o de lo que me gusta a mí, vamos a romper la magia. Para mí
esto es absurdo y creo que la expresión del deseo abierta y entusiasta da mucho
morbo.
L.P: En algunos momentos esta novela puede parecer dura o
real. Parece que si leemos ciertas escenas en un libro tendemos a sorprendernos
por la situación y en cierto modo son hechos que ocurren en la vida real.
¿Endulzamos la vida o la enmascaramos?
L.B: Yo creo que es necesario endulzar la vida. Todos
estamos llenos de máscaras porque de otra manera no podríamos vivir en sociedad
evidentemente. En la vida nos salva el humor. La vida no es fácil para nadie.
Cuerpos malditos tiene mucho que ver con los demonios
interiores en este caso de Alicia, de tener demonios internos y de cómo gestionar
esos demonios hacia mí o hacia las personas que le rodean.
L.P: Hay un momento en el libro donde hablas de habitar un
cuerpo a medias. Podrías explicar el sentido porque yo creo que en esta frase
reside un poco la clave del libro o al menos eso es lo que yo he interpretado
aunque este libro tiene muchas lecturas y no trata solo de un tema.
L.B: Claro. A mí me gusta que cada uno haga la suya. Eso es
lo bonito de la literatura, que cada persona le toca una cosa y hace su lectura
de un libro.
Habitar un cuerpo a medias tiene que ver con la otredad, con
ser mujer y ser lo opuesto al hombre y nunca ser el cuerpo correcto por una
parte y en el otro sentido la constante sensación de la insatisfacción. De no
ser lo suficientemente guapa, lista, preparada. Ahora se habla del síndrome de
la impostura de que si eres mujer tienes ese síntoma de estar constantemente
siendo juzgada por todo lo que haces.
L.P: Es una locura si te digo de que además de para adultos
este libro debería ser leído por adolescentes.
L.B: No. Soy profesora de inglés y te reconozco que ellos
tienen una capacidad de crítica muy importante. Conozco a una profesora que de
hecho lo ha recomendado a sus alumnos para que lean este libro. Hay ejemplos
relacionales en el libro que son muy
interesantes de que lo lean los jóvenes y yo sería muy feliz de que los jóvenes
leyeran mi novela.
L.P: Me ha llamado mucho la atención la figura que en el
libro tienen las madres.
L.B: La maternidad es otro de los temas del libro porque
está muy ligada a la identidad femenina.
El sistema quiere que seamos madres a la fuerza y yo con esta historia quería
que esa mala madre que nos encontramos en Cristina al principio del libro
tuviera al final una voz para decir que ella tenía una serie de motivos para
hacer lo que hizo y que además de ser madre es muchas cosas más. Quería con
este ejemplo que se deje de demonizar a las madres por no ser lo
suficientemente buena madre o entregada. En Cuerpos malditos aparecen distintas
madres para mostrar que no todas las madres tienen que ser el mismo tipo.
L.P: Una lectura que se me ha hecho muy fluida pero en
algunos momentos me ha dado la sensación de que más que narrar analizabas.
L.B: No tanto analizar, lo que yo si tenía claro es hacer de
espejo, mostrar una realidad mediante la ficción.
L.P: Me llama mucho la atención la lucha entre cuerpo y
mente que sufren los personajes en tu novela.
L.B: Ese es otro de los temas del libro, la lucha del cuerpo
contra la mente. Le damos mucha importancia a lo que pensamos, somos seres híper
racionales que intentamos extinguir nuestros deseos y estos no tienen que ser
solo sexuales sino por ejemplo querer vivir. Es en esos deseos de vida donde
Alicia esta extinguida porque ella se ha empeñado en ser la novia de Martin, en
querer tener hijos aunque realmente en su interior no lo quiere.
L.P: Se hablaba de la auto ficción más que de la
autobiografía con tu anterior novela. En Cuerpos malditos tenías los temas
pensados o te has inspirado en la realidad.
“Mis libros surgen de preguntas para las que no tengo
respuesta”
L.B: La base de esta historia es una historia que me contó
un amigo mío y que le pasó a unos conocidos suyos. Chico y chica se conocen en
la adolescencia, se enamoran como locos y al llegar a la veintena ya tienen
planes de bodas y de tener hijos. De buenas a primera el chico muere y ella se
casa con su cuñado y quiere tener un hijo porque está convencida de que así va
a traer al muerto a la vida. Fue una historia que me impactó tanto que pensé en
cual había sido el proceso mental de esta mujer para llegar a esa conclusión y
de ahí nace este libro. Normalmente mis libros nacen de una pregunta que me
hago y de la que no tengo respuesta. Tengo que reconocer que no he sido fiel a
la historia porque la he utilizado como vehículo para llevar a la ficción los
temas que más me interesaban como la amistad entre mujeres, la familia como
nido de violencia, la construcción de la
identidad femenina y de como la mirada masculina atraviesa esa identidad.
Cuando estaba escribiendo este libro conocí a una rabina, una de las tres
únicas rabinas de Francia y le conste la historia que te he contado de estos
chicos y me dijo que esta historia aparecía en la biblia y que además era una
ley.
L.P: Eso sucede de igual manera en el Corán. Cuando un marido fallecía, su
hermano tenía que casarse con su cuñada.
L.B: En el País Vasco hasta hace unos cientos de años si yo
como mujer me casaba con un hombre que tenía el mayorazgo, si el moría te
quedabas junto al hermano y nadie te preguntaba nada. Es esta cosa patriarcal
de entender la casa y la mujer como propiedad para hacer que la familia
tradicional funcione y continúe su legado. Entonces yo pensé como sería una versión
contemporánea de todo esto.
L.P: Decías hace unos momentos que “mis libros surgen de
preguntas a las cuales no tienes respuestas”. Podría ser un bonito titular.
L.B: Yo creo que la gente que nos dedicamos a escribir ficción somos gente curiosa. Yo soy
una persona muy curiosa y cuando no tengo respuesta yo sé que está en algún
lado y es cuando empieza mi búsqueda. Si tuviera que escribir sabiendo el final
de una historia creo que no podría, que me aburriría. Yo necesito ir un poco a
ciegas y ver donde me lleva la historia.
L.P: Lucía leyendo tu novela y si tengo que pensar en una
palabra a mí se me viene a la cabeza “frustración”. Si la tuvieras que definir que
palabra usarías o que te parece la mía.
L.B: Yo si cierro los ojos y tengo que definirla la primera
que me viene a la cabeza es “violencia”. Creo que es una novela violenta pero
no física sino violencia soterrada
L.P: Lucía ha sido un verdadero placer charlar contigo y más tras haber leído tu libro.
L.B: Muchas gracias a ti por este rato tan agradable.
Hola, Fesaro:
ResponderEliminarMuyinteresante la entrevista que le haces a Lucía Baskaran. No he leído ninguno de sus libros, pero tomo nota de los títulos. Las respuestas de Lucía me revelan a una mujer jove, con las ideas claras, decidida... Desde luego tras haberla conocido a través de lo que responde a tus preguntas, muchas ganas de leerla me han entrado.
Un fuerte abrazo
Muy interesante la entrevista Fesaro. La novela "Cuerpos malditos" me atrae mucho.
ResponderEliminarUn beso
Tomo nota del libro porque me ha resultado muy interesante.
ResponderEliminarMe quedo con tus buenas reseñas.
No conocía nada de esta escritora y me ha resultado muy interesante la transcripción de su entrevista.
Gracias, con tu permiso pasaré por aquí más veces.