Encuentro con Clara Peñalver y su libro Las voces de Carol.

Reunirme con Clara Peñalver  es una bendita costumbre que por fortuna tengo el placer de disfrutar cada vez que publica un libro. En esta ocasión ha sido algo más especial porque dejábamos atrás a Ada, la protagonista de su trilogía y tocaba conversar sobre Carol, su nueva protagonista que nada tiene que ver con su  anterior personaje protagonista y que ha supuesto bajo mi punto de vista en un salto considerable de calidad por parte de la autora en su perspectiva de hacer literatura. 

Me he encontrado con una Carol que pronto se gana las simpatías de lector aunque  según su autora puede que no tenga continuación como papel principal en próximos trabajos,  aunque yo estoy seguro que podría tener  un largo recorrido porque ha sido un gustazo conocer a esta inspectora que ha servido a Clara Peñalver para abrirle la puerta a futuros proyectos que ya van tornándose rumor en su cabeza y seguro que pronto toman forma de historia.

Podéis leer la reseña del libro aquí.

Libros en el petate: La última vez que nos vimos me hablaste de un proyecto complicado y que aún debías ponerlo en pie. Se trataba de esta novela.

Clara Peñalver: Efectivamente era este libro pero como tenía un cierto bloqueo porque no terminaba de cuadrar ciertos aspectos de la novela paré y trabajé en otra cosa mientras aparecían esos detalles (o voces)  que necesitaba en mi novela.  Han sido muchas horas leyendo mucho y acudiendo a terapias grupales de enfermos mentales graves y a raíz de eso ha sido cuando han ido apareciendo esas voces.

   Yo no quería otorgarle a mis personajes bipolaridad, esquizofrenia, quería que el comportamiento del personaje provocase que una persona que sepa sobre salud mental pudiera ponerle una etiqueta pero no darle una etiqueta yo. Eso es lo que más ha costado en la novela, ha sido algo más de tres años, la novela a la que más tiempo he dedicado.

“Con esta novela me he demostrado que dentro de la novela y del thriller puedo hacer cosas diferentes a lo que venía haciendo hasta ahora”

L.P: Me imagino que aunque ha sido un proyecto complejo, estarás muy satisfecha con él.

C.P: Muchísimo porque mi miedo era faltarle el respeto a un grupo de personas que están al otro lado de la sociedad por la peculiaridad de sus enfermedades mentales y para mí es un tema muy importante a nivel personal. Me he sentado a escribir porque tenía la idea y sabía que podía llevarla a cabo y tras el resultado, las sensaciones son de que ha salido como yo quería y ahora solo falta que le guste a la gente.

L.P: Qué ha supuesto dejar a Ada después de tanto tiempo. Yo te reconozco que no he podido evitar hacer comparaciones.

C.P: Puede que me haya supuesto un pequeño descanso en lo que supone estar metida en la misma trama, el mismo escenario, los mismos personajes que en mi mantienen las mismas sensaciones y emociones. Al final eso acaba agotando un poco pero creo que si Ada regresara lo haría con muchos cambios.

Lo que verdaderamente si ha supuesto dejara a Ada es que me he demostrado a mí misma que puedo cambiar de registro y trabajar con técnicas narrativas distintas y con personajes completamente diferentes. Me he demostrado que dentro de la novela y del thriller puedo hacer cosas diferentes a lo que venía haciendo hasta ahora.

L.P: Es una pregunta muy comprometida pero tengo que hacértela. Ada o Carol, con cual de tus personajes te quedas.

C.P: Abril. El personaje con el que más he disfrutado a día de hoy a pesar de estar muerto es Abril Zondervar. Es depositario de muchos de mis miedos a nivel mental y he creado una conexión con ella al estar tres años intentando diseñar una trama en torno a un personaje con trastorno mental que hacen que a día de hoy me quede con Abril. Entre Carol o Ada son tan diferentes. Si hay una diferencia grande entre ellas es que el personaje de Carol este un poco más agotado que el de Ada ya que Ada yo lo cree para un largo recorrido y Carol ha sido como un instrumento para poder hablar de Abril. Tal vez Carol pueda tener alguna proyección posterior pero en un principio ha sido concebida como un personajes que abre y cierra.

L.P: Completamente de acuerdo contigo porque a medida que leía me iba dando cuenta que Abril era la protagonista principal de la novela a pesar de que estuviera muerta y que todo gira en torno a ella a pesar de que no participa de forma activa en la trama.

C.P: Exacto, incluso sirve de reflejo para la que parece la personaje principal que es Carol. Carol se mira en el espejo de Abril para ver que similitudes hay entre ambas.

L.P: A lo largo de la novela me he dado cuenta que Carol tiene muchos diálogos interiores consigo misma.

C.P: De ahí su título, “Las voces de Carol” porque todos tenemos mil voces en la cabeza pero solo utilizamos una. Todo el mundo habla solo en alguna ocasión ya sea en casa o en la calle o en el trabajo y todos tenemos varias líneas de pensamiento a la vez que mantiene una conversación lineal con alguien. La idea era esa, tratar las voces de Carol a través de las voces de la escritora muerta.

L.P: Un aspecto donde incluso creo que te has superado es describiendo los procesos policiacos. Esos momentos en el instituto anatómico forense han sido escenas que me han resultado fantásticas. Por los agradecimientos veo que has hecho nuevos amigos dentro del cuerpo policía. Eso te ha supuesto alguna caída de mitos con respecto a su trabajo.

C.P: En absoluto. Lo que he descubierto es la realidad de la criminalística del trabajo diario  policial o de un forense y que  impone límites brutales a sus funciones y hay que buscar atajos de ficción para novelar pero en otras ocasiones la realidad es tan increíblemente cierta que cuesta trabajo creerla y como lectora algunas cosas que me han contado no me las creería en una novela policiaca. Todo eso me ha fascinado y el trabajo que realiza la comisaría Provincial  de Málaga en concreto, a nivel científico te deja sin respiración. El nivel de resolución de casos delictivos a todos los niveles es brutal.

L.P: Y algo que en las películas o series aparezca de una manera y en la realidad sea otra.

C.P: Como dice Carbonero que es un personaje muy cercano a la realidad, lo único que muchas veces es diferente en la realidad a las series es el tiempo en el que se obtienen los resultados que en la vida diaria es más prolongado que en la ficción.

L.P: Me ha llamado la atención por mi desconocimiento sobre el tema “los escuchadores de voces”, un elemento importante en la novela y que entiendo que es un grupo que existe por los datos que das. Cómo llegas a ellos.

C.P: En el transcurso de la creación de la novela yo no los conocía. Yo en casa tenía un montón de libros sobre la esquizofrenia, trastorno psicóticos, depresivo y toda información que buscaba a través de los psiquiatras. Fue por medio de SAPAME, una asociación para enfermos mentales de Granada que escucho hablar de esos “escuchadores de voces” y mi marido que es psicólogo también me habla de ellos y como soy un ratoncillo de biblioteca busqué toda la bibliografía que hay al respecto.  La charla a la que asiste Abril en la novela está basada en una charla real de una escuchadora de voces llamada  Eleanor Longden, y esta persona me lleva a los creadores del movimiento de escuchadores de voces que fueron Sandra Escher y Marius Romme que tras unos estudios que dieron ciertos resultados fundaron un movimiento que está extendido por todo el mundo. Son grupos donde normalmente las personas que escuchan voces pueden acudir y allí aprender a como relacionarse con ellas, a quítales el estigma  y a recuperar el control de sus vidas gracias al trabajo a nivel psicológico y mental.

L.P: No has perdido tu estilo narrativo a pesar de que este sea un nuevo proyecto. En tu novela reconozco cosas típicas de Clara Peñalver como que  la protagonista recorre la ciudad, aparece una moto aunque en esta ocasión aparece menos música.

C.P: Si porque como la música depende más del personaje que de mí, en esta novela hay solo una banda sonora que es la que yo he repetido en bucle para poder escribir la novela pero no aparece ahí porque no  la escucha Carol la escucho yo.

L.P: De todas maneras a mi Carol no la veo escuchando música.

C.P: Es que Carol no es un personaje musical por lo cual en esta ocasión la música yo la escogí para tener el tempo de la novela. He escuchado en bucle Blade Runner 2049 desde que me senté a escribirla hasta que terminé.

L.P: Yo noto que algo ha cambiado con esta novela. Estás de acuerdo, veo escenas más detallistas, otro tipo de situaciones que recreas con los personajes que tienen diálogos más mordientes.  

C.P: Yo pienso que sí y en cuanto a escenas más mordientes piensa que si a un pasado tan dramático como el de Carol y Abril yo les pongo más crudeza alrededor de la que ya tienen no consigo el ritmo  el ritmo ágil y lo que pretendía era una novela con un ritmo ágil en la que no hubiera acción. Si te fijas todas la escenas de acción las corto y las cuento a posteriori y esa es una forma de contar el ritmo de una forma diferente a como lo hacía con Ada que era todo más lineal.

L.P: En esta novela implicas más al lector en la trama. Esto es intencionado.

C.P: Tienes la sensación que en esta novela el lector se implica más que en las de Ada.

L.P: Estoy convencido.

C.P: Pues me alegra mucho que me lo digas porque mi mayor miedo cuando me puse a narrar Las voces de Carol al salirme de la primera persona y pasar a la tercera esta puede ser muy distante. Creo que esa cercanía son las que hacen que el lector sienta junto con Carol todo lo que está pasando.

L.P: En este mundo de la novela negra que se abre tanto en abanico. Cómo definirías esta novela.

C.P: Es una novela de suspense, es la típica que llaman thirller psicológico en la que gota a gota se va construyendo la escena.

“Escribo lo que me apetece y lo que me divierte y luego al resultado le ponemos una etiqueta”

L.P: Yo te confieso que a mí me ha gustado mucho, creo que tiene elementos que pueden recordarnos a ciertos clichés pero elegidos de forma muy acertada y por otra parte introduces elementos muy originales que hasta ahora no se habían visto mucho en la mayoría de las novelas de este género.

C.P: Si hay algo que me define es que yo no soy de cánones  y no me estudio las reglas de algo para poder crear siguiendo unas reglas. Escribo lo que me apetece y lo que me divierte y luego al resultado le ponemos una etiqueta. Evidentemente yo sabía que iba a ser un thriller porque mi sensación antes de sentarme era de thriller.

L.P: Tendremos más Carol.

C.P: No lo creo aunque si gusta tanto que me piden más podría llegar a pensármelo. Lo que si me apetece es seguir en Málaga pero aprovechando ese abanico tan brutal que me han abierto a través de descubrir cómo trabajan los diversos departamentos desde la judicial y homicidios y secuestros  a la científica, pasando por el anatómico forense. Ahora mismo tengo una gama tan amplia de posibles personajes que pueden llevar una trama  de estas características desde su terreno que no me quiero casar con Carol y prefiero explorar otros personajes.

L.P: La muerte sigue siendo compañera de tus novelas. ¿Es terapéutico?

C.P: La muerte y la moto (risas). La muerte me acompaña siempre que escribo  no lo puedo evitar. Hace ya muchos años que me enfrenté por primera vez a mis pensamientos en torno a la muerte y a día de hoy tengo una relación tan natural con ella y tan por explorar que me gusta abundar en la temática sobre ella y sobre todo plantearme como la muerte afecta a distintos perfiles de personas.

L.P: Clara como siempre un placer y con la muerte como tema ponemos fin a esta charla aunque por mi seguiríamos hablando de tu libro.

C.P: El placer es mio y me han encantado tus opiniones sobre la novela, suponen mucho para mí.

 El caso de Abril Zondervan conmociona a la opinión pública: la escritora de éxito internacional ha aparecido muerta, aparentemente sin signos de violencia, en su casa de Málaga. ¿Quién puede haberla asesinado, si es que realmente se trata de un homicidio?

La inspectora Carol Medina es la encargada de la investigación. Se toma demasiado en serio su trabajo y suele salirse del camino marcado. Quienes la conocen bien saben que su obsesiva labor policial es también una manera de no tener que enfrentarse a su caótica vida privada.

Cuando Carol descubre que Abril, diagnosticada de esquizofrenia, llevaba años sin medicarse, tiene que adentrarse en la fascinante cabeza de la víctima. La novelista era una «escuchadora de voces» que había aprendido a convertir la complejidad de su mente en un material literario de primera clase.

En una ciudad de Málaga que bajo su apariencia luminosa esconde un lado oscuro, Carol irá avanzando en la investigación de un caso lleno de aristas, giros y sorpresas, a lo largo de un thriller que arrastra al lector sin darle respiro hasta el inesperado desenlace de las últimas páginas.