Hace unos días tuve el placer de hablar de historia y alguna
parte de ella relacionada con la ciudad de Sevilla con Juan Rey, autor del
libro 1369, novela galardonada con el XX Premio de novela Ciudad de Badajoz.
Un libro que trata sobre la figura de Pedro I, un nombre que
forma parte de la leyenda popular , encasillado según Juan Rey en un
estereotipo y del que uno se da cuenta, cuando se pone a investigar sobre él,
que es un personaje muy complejo y con muchas aristas.
Un libro que trata sobre la figura de Pedro I, un nombre que
forma parte de la leyenda popular, encasillado según Juan Rey en un estereotipo
y del que uno se da cuenta, cuando se pone a investigar sobre él, que es un
personaje muy complejo y con muchas aristas.
De la opinión que la novela histórica es un magnifico vehículo
para acercar a las personas de a pie a
la historia, mucho más que manuales o clases tediosas. Un término el de novela histórica
que cree está siendo devaluado por las novelas que están ambientadas en la historia
frente a las que la recrean fielmente y se sirve de ella para mostrar la época.
Como claros ejemplos de novela histórica hablamos
de títulos como Las memorias de Adriano,
Yo Claudio, El general en su laberinto o por poner algún otro ejemplo, El siglo de las luces.
Un encuentro con un Juan Rey al que le gusta la conversación
y le gusta intercambiar opiniones, con muchos ejemplos y anécdotas de los que
tirar para fortalecer argumentos y con el que fue un verdadero placer hablar de
historia y de Pedro I
La historia de Pedro I de Castilla, desde que siendo muy joven muere su padre y debe ir aprendiendo a reinar, hasta que finalmente es asesinado por su hermanastro Enrique. Es la historia de un agrio aprendizaje, pues aprende a desconfiar y de ahí a ser un hombre sanguinario cuyo leitmotiv es la venganza. Aprende a desconfiar porque toda su familia sanguínea termina engañándolo de una forma u otra, incluso su propia madre llega a lamentar haberlo amamantado; porque todos quieren su parcela de poder, o llevar a cabo sus venganzas personales a cualquier precio. También es la historia de la lucha de dos hermanos por parte de padre por un trono y por una corona, aunque la lucha de Enrique es más la venganza por la muerte de su madre; también es la historia de amor de Pedro I con María de Padilla, a quien le reconoció su condición de reina una vez muerta, reuniendo a las Cortes para darle esta última dignidad.
Libros en el petate: Comienza su libro con una cita de
William Burrouhgs que dice " Un hombre no puede tener peor destino que
estar rodeado de almas traidoras”. Al leer su novela se comprenden muchas cosas
y uno piensa que realmente fue esto lo que condiciono la vida de Pedro I.
Juan Rey: Claro, fue la traición, la deslealtad aunque
también lo condiciono que fue un sujeto abandonado por el padre y la madre,
tocándole vivir una época terriblemente difícil. Pedro intenta continuar la política de
reforzamiento de la monarquía iniciada por su padre frente a la nobleza,
política que luego consiguieron realizar los reyes católicos. El padre de Pedro
muere muy pronto y su hijo hereda el reino con 14 años y él quiere hacer lo
mismo que su padre pero no puede hacerlo, él es víctima un poco de ese ideal de
refuerzo de la monarquía frente a una nobleza levantisca, rebelde, ambiciosa
que finalmente encontrará como aliado al valido
Enrique que fue llamado el de las mercedes por los favores. Un Pedro I víctima de la época...
L.P: Denominado Pedro I el cruel o Pedro I el justiciero
quién cree que le hacía más justicia.
J.R: El apodo del cruel se lo pone Enrique y fue más tarde
Felipe II el que le llamó el justiciero. Una pregunta que me hace todo el mundo
(risas). Los parámetros de crueldad de Pedro eran los mismos que empleaban
todos los reyes de la época por ejemplo Pedro el Ceremonioso que en la historia
de Aragón se le conoce como Pere el del puñalet, lo que nos lleva a hacernos
una idea de por qué del apodo. El concepto de violencia y crueldad de la edad
media son muy distintos a los nuestros hoy en día y el mote de cruel se lo
ponen las crónicas de la época de forma propagandística para bestializar al
contrario y convertirlo en un monstruo y por lo tanto es lícito matarlo. Lo del
justiciero se lo puso mucho después en el tiempo Felipe II pero a mí no me
interesaba si era justo o no, yo quería ver la evolución psicológica del
personaje.
L.P: Me ha llamado mucho la atención el título de 1369, el
año que muere Pedro I su protagonista pero su vida da para muchos títulos. Era
el principal o barajó otros.
J.R: No, era uno de los posibles que baraje y me gustó mucho
el número 1369 sobre todo por la progresión que tienen.
L.P: Una pregunta que le suelo realizar a todos aquellos
escritores que se atreven a escribir novela histórica. En su caso ha sido
difícil ponerse en la piel de un personaje de hace casi siete siglos.
J.R: Es difícil y complicado a la vez, No es difícil si vas
al corazón, el hecho de la traición, la amistad, la lealtad es la misma hoy que
hace siete siglos, otra cosa es la cuestión formal, la externa que es muy
distinto pero el hecho de que un amigo te traicione o tu padre te abandone
pienso que es lo mismo y es ahí donde yo intento indagar. A mí lo que me
interesaba era la cuestión psicológica, creo que hay muchos pasajes de
psicología y hay un personaje que no es que me invente sino que lo reconstruyo
que es el de María donde supongo que él encuentra ese sosiego porque termina
amándola, casándose con ella, teniendo hijos al margen de la oficialidad.
L.P: En 1369 da la impresión de que se ha enamorado usted
del personaje por su forma de narrar los hechos sobre todo en la parte final
donde pienso que le ha quedado como muy personal, siendo una narración muy
pasional.
J.R: Mucha gente de mi generación lo único que sabíamos de
Pedro I era la famosa frase de Bertrand du Guesclin cuando están luchando y
Pedro esta encima de Enrique y va a matarlo, llega Bertrand y le da la vuelta y
dice "yo ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor", yo no quería
emplear esa frase porque en las crónicas no aparece ni la frase ni la escena
pero si la trampa y la emboscada y a partir de ahí yo lo que hice fue un
montaje donde los nobles se convierten en perros y esos perros son los que
aparecen en un sueño al principio y la narrarlo parece como si lo estuviera
filmando, una escena muy cruel.
L.P: Una escena final que es imposible no visualizarla.
J.R: Yo tengo una concepción de la literatura visual- Hay
una tendencia a convertir la literatura en dialogo para que después eso sea
llevado al cine. Yo hago con las palabras lo que hace el cine con las imagines,
el cine con imágenes construye historias y yo con las palabras construyo
imágenes, mi literatura es muy visual.
L.P: Este es un libro con una narración en cierto modo muy
poética. Es ese su estilo o porque esta novela así lo precisaba.
J.R: Esta es mi cuarta novela, el problema que yo tenía con
esta es quien iba a contar esta historia y me interesaba que la contase alguien
que tuviese recursos y uso como un narrador omnisciente, una especie de juglar
que a veces se hace presente y entra en la historia. A mí me interesaba este
tipo de recursos porque yo a veces necesitaba introducir escenas, romances o
ideas que requieren de una narración con esa estructura. Hacía falta alguien
que pudiera aparecer en escena de distintas formas y que pudiera usar diversos
tipos de recursos.
L.P: La historia en el fondo es cíclica y del mismo modo que
usted ha utilizado ese recurso, seguro que otros autores pueden usar de fuente
de inspiración esas novelas de misterio o thrillers del siglo XIX que se están
reeditando ahora en el mercado.
J.R: Mira Fernando, hay un famoso ensayo de Pedro Salinas en
el que afirma que "Lo que no es originalidad es plagio”. Todo el mundo se
inspira en lo que ve o lee, otra cosa es lo que hagas con eso en lo que te has
inspirado, copiarlo literalmente o reformarlo. Por ponerte un ejemplo, en este
libro hay una escena en la alcoba de Pedro I que está inspirada en una que
ocurrió en la película La niña de tus ojos.
L.P: En su novela encontramos a un Pedro I siendo niño y ya
entonces a mí me conquista como personaje, aun teniendo una visión anterior de
un rey cruel decapitando nobles a mansalva. Da la sensación de que la historia
no ha sido justa con Pedro I.
J.R: No, faltan estudios serios y rigurosos sobre Pedro, era
un rey que despertó mucho interés y durante su vida aparecen los romances como
forma de propaganda sobre él, unos romances que se les denominó Romances
Petristas, los a favor y los contrarios al rey. Las comedias le daban mucha
importancia a este rey y había muchas sobre su vida. Los románticos quedaron
subyugados ante su figura porque Pedro I representaba para ellos el héroe, el
rebelde que se enfrenta a todo el mundo, el ideal romántico. Una de las
cuestiones por las que Pedro I fue criticado por favorecer a los judíos, a la
gente menuda y en realidad él lo que hizo fue seguir los pasos de su padre
intento crear una corte burocrática al margen de la nobleza para poder
fundamentar legalmente el reinado y potencias las artes liberales de
comerciantes y pequeños artesanos. Fíjate que incluso Voltaire escribió una
comedia sobre Pedro I en base a esto último, en el siglo XVIII utilizando su
imagen para fomentar la burguesía frente a la aristocracia ociosa en aquella
revolución francesa.
L.P: En Sevilla creo que no se le da la importancia que tuvo
su figura en la historia de la ciudad.
J.R: Aquí las leyendas sobre todo, como la de María Coronel
que fue falsa. Ahora acaba de aparecer Cabildo Pedro i, una asociación para
recuperar y ennoblecer la memoria de Pedro I. Te hablaba de María Coronel y
puedo decirte que he comprobado que no hay cronista de la época que nombre la
historia sobre ella que se cuenta.
L.P: Estamos ante la primera guerra civil española y por
ella desfilan un sin fin de nombres y personajes. A mí me ha sorprendido la
figura de Enrique de Trastamara. Puede decirme usted alguno que le haya
sorprendido.
J.R: Eso de la guerra civil me lo dicen mucho (risas). A mí
me ha sorprendido mucho Juan de Alburquerque un personaje del que no sabía nada
de él hasta que leyendo me di cuenta de que fue una figura fundamental, el típico valido de la edad
media que intentaba controlarlo todo y frente a él se alza Pedro porque su
padre no tuvo valido y aprovechándose de la amistad con su madre fue el valido
de Pedro I hasta que el rey se rebela. Hay personajes a los que yo les tengo
mucho cariño, Don Fadrique por ejemplo, un personaje muy tierno al que al final
mata.
L.P: Viendo sus respuestas no puedo pasar sin preguntarle
que siente uno cuando a pocos minutos va a presentar su libro en un escenario
como el Alcázar de Sevilla, cuyos pasajes sobre su construcción me han parecido
de una gran belleza.
J.R. Una construcción que mandó construir Pedro. Yo tenía
que enfrentarme a la construcción del Alcázar y no quería hacer una descripción
de él. Me interesaba sobre todo plasmar como esos métodos de construcción
vienen de la cultura griega adaptados a través de los árabes y gracias a ellos
introducidos en Europa.
L.P: No le entretengo más que no quiero robarles más tiempo
a los asistentes a la presentación.
J.R: Muchas gracias Fernando, ha sido un placer esta charla.
Una entrevista estupenda. No lo conocía.
ResponderEliminarGracias por la entrevista, no conocía ni al autor ni el libro
ResponderEliminarBesos
Una entrevista interesante. Un beso ,)
ResponderEliminarQué bueno Fernando! Lástima que me lo perdí...
ResponderEliminarUna muy buena entrevista. NO conocía al autor, así que gracias por esta presentación.
ResponderEliminarBesotes!!!
Empecé a leer "1369" con desgano ya que acababa de terminar una estupenda novela histórica; poco a poco me fue atrapando, tanto la narrativa, la historia del rey y sus circunstancias. Acabo de terminarla y no quería que se acabara. Me parece muy buena obra.
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