Cierro mi participación como jurado en
el Premio Guillermo de Baskervilla 2016 organizado por el blog Libros Prohibidos
con la reseña de Golondrinas muertas en la almohada.
Debo reconocer que cuando leí la
sinopsis de esta novela no llegué a terminarla , demasiados nombres y demasiada
información para asimilar tan de golpe y tener una visión global de lo que me
esperaba. Por ese motivo, comencé a a leerla como se comienzan muchas veces las
obras que más te sorprenden, sin juicios establecidos de ningún tipo y puede
que ahí resida en muchas ocasiones el disfrute de un buen libro.
Título: Golondrinas muertas en la almohada.
Autor: Lucas Albor.
Editorial: Editorial Amarante.
Año: 2016.
Género: Novela negra.
Páginas: 173 páginas.
ISBN: 9788494462795.
Precio: 18 euros.
Sinopsis:
Johnny es un joven buscavidas que forma parte de una red clandestina, dedicada al tráfico de bebés muertos. Max, un agente de policía envuelto en distintas tramas de corrupción. Luz, una vendedora de almendras que se prostituye para mantener a su familia. Héctor, un alcohólico que cierra los bares junto con su amigo Henry Chinaski (alter ego del autor americano Charles Bukowski, muy presente en la obra).
Entretanto, Mercedes llora la muerte de su hijo. El Dr. Fark coordina las acciones represivas de la política local. Sandra sale de la oficina. Suena el teléfono de un alto cargo. María muerde un pedazo de magdalena. Luisa prepara café. Rubén espera la horca. Paulo acelera por la autopista, con un cadáver en el maletero.
“Golondrinas muertas en la almohada” transcurre en la ciudad imaginaria de Tucumán, un lugar en el que la legalidad, la ilegalidad, el poder y la miseria confluyen y se entrecruzan constantemente. Imágenes, acontecimientos y personajes se suceden de manera aparentemente inconexa, pero en su desarrollo irán desvelando las relaciones que mantienen entre sí.
(sinopsis facilitada por la editorial)
Impresiones:
Se trata
de una novela negra, viscosa si pudiera ser palpada en algunos momentos porque
el mundo que describe el autor es pegajoso, de un gris que lo tiñe todo y donde
la luz tiene poca cabida. Podríamos estar hablando de una obra donde Lucas Albor
saca a relucir lo peor de la condición humana, con un estilo que
inevitablemente salpica al lector con una trama principal tan cruda como el
tráfico de bebés aunque no sólo será esto lo que nos llame la atención durante
su lectura. Es lo bueno de la novela tiene tantas circunstancias que
encontraremos el interés en muchos momentos de la obra y por razones distintas.
Serán
necesarias sólo unas pocas páginas y alguna que otra escena que nos dejará
petrificados para sentirnos atraídos por la narración, para ensuciarnos con un
mundo perdido como el que se desarrolla en la ciudad de Tucumán, una ciudad que
recuerda a esas repúblicas bananeras tan estereotipadas en televisión y donde
todo tiene un precio.
Tucumán
es un lugar donde no me gustaría vivir pero del que uno no puede evitar sentir
curiosidad, hundir los dedos en su herida mientras lee desde fuera. Ciudad donde la decadencia se ha convertido en seña
de identidad y la violencia se vuelve común y normal obligando a rendirse a sus
dañinos encantos, deja ver un claro ejemplo de un pasado que vivió
tiempos mejores y donde sus habitantes (a los que conoceremos en un número
importante), son simples en su fondo pero tan complejos como malvados. Crecidos a la sombra de las circunstancias
que marca la propia decadencia patente de la sociedad, son personajes que
llegado el momento nos ponen en la tesitura de juzgarlos de manera inevitable y
uno no sabe si consolar, acoger, odiar o comprender.
Pero
entre tanto gris y tanta suciedad también hay belleza y no puedo sino rendirme
a ella. Belleza en forma de escritura, la del autor con una ópera prima que no
desvela que estemos ante alguien que publica por primera vez y cuya forma de
escribir le augura y ojala sea así un futuro de obras de gran calidad. Un
pequeño tesoro que demuestra el buen hacer del autor al convertir una novela
coral y con personajes dispersos en un trabajo que poco a poco se va cerrando
no falto de gran calidad tanto por su forma como por el modo de hacerlo en tan
breve número de páginas comparadas con el proyecto que inició.
Escrita en capítulos
cortos, muy cortos en algunos momentos, la acción transcurre a lo largo
un periodo de tiempo de tres días narradas con un efecto cronológico donde se
mostrara el lugar, la fecha y la hora, siendo a través de esos fragmentos
temporales donde irán desfilando toda esa serie de personajes que conforman la
novela. Esto hace que la acción transcurra de forma rápida algo que choca con
el estilo de escritura con un lenguaje que parece detenerse en las escenas,
flotando entre descripciones y ralentizando el tiempo para una vez asimilado
continuar la narración.
Se insiste en los
comentarios de la editorial y del propio autor que su fuente de inspiración es
Bukowski, un autor que conozco pero al que no tengo el gusto de haber leído. A
partir de hoy tengo una asignatura pendiente puesto que leyendo a Lucas Albor y
descubriendo a personajes como Henry Chinaski y a Johnny dan ganas de hacerlo
gracias a una novela escrita para el homenaje y cuando uno escribe sobre lo que
le apasiona eso invita a disfrutarlo.
Esta bien escrita, tiene una historia que no deja indiferente por muchos motrivos y su estilo es de malabarismo con las palabras. Si eres un optimista compulsivo no la leas pero si no eres de esos creo que no puedes pasar de largo.
Esta bien escrita, tiene una historia que no deja indiferente por muchos motrivos y su estilo es de malabarismo con las palabras. Si eres un optimista compulsivo no la leas pero si no eres de esos creo que no puedes pasar de largo.
Autor:
Lucas Albor (Madrid, 1987) Licenciado en Filosofía y Máster en Estudios Avanzados en Filosofía por la UCM, con un estudio sobre el impacto de las relaciones comunitarias en la obra literaria del autor Charles Bukowski. Ha colaborado en los discos "Jóvenes bajo presión" y "Espíritu de nuestro tiempo", del artista Elio Toffana, recitando sendos poemas.Poseé una extensa colección de poesía, habiendo publicado algunos poemas en revistas digitales. Administra el blog de creación propia "A la mala literatura"
Me alegro de que finalmente hayas disfrutado de su lectura. Besos
ResponderEliminarLo dicho, estás descubriendo muchos autores y novelas. Parece cortita en extensión pero contundente.
ResponderEliminarA pesar de tu reseña no me la llevo, tengo el firme propósito propósito de dar salida que a lo que ya tengo
ResponderEliminarBesos
Yo me la apunto, aunque no sepa cuando vaya a leerla, que nunca se sabe cuando puedes cruzarte con una novela. Aunque no creo que sea pronto que tengo bastante pendiente. Eso si lo que cuentas resulta interesante. Besinos.
ResponderEliminarNO tiene mala pinta. No me importaría leerla si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarBesotes!!!
Vaya título tan impactante! No me veo leyéndola, pero me ha gustado conocerla. 1beso!
ResponderEliminarMe la apunto sin dudar.
ResponderEliminarQue bueno haber descubierto nuevos autores y novelas. Un beso ;)
ResponderEliminarLa tengo pendiente de lectura. No veía el momento de leerla porque no sabía lo que me iba a encontrar. Es una novela negra, sí, pero la fui relegando hasta que me encontrara con una reseña que me orientara sobre ella y, después de leer la tuya, tengo claro que merece la pena adentrarse en la ópera prima de este autor. Un abrazo.
ResponderEliminarEn mi opinión Las golondrinas muertas en la almohada tiene los excesos de una de esas novelas con pretensiones, intenta adentrase en un ambiente que no es para nada creíble. Le encuentro bastantes fallos de técnica Hay un repetido laismo que me llama la atención, lo mismo que los adjetivos tan engolados como innecesarios a veces y otros aspectos que la hacen bastante pesada. He llegado al final, pero ha sido porque me fastidia no acabar un libro y hace unos tres meses que lo empecé. En los intervalos he leído otros mejores.
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