El salto de Trafalgar. Ernesto Rodriguez

Hay novelas que puede que la historia puede que no nos llamen demasiado sus historias, pero cuyo contenido va más allá de lo que cuenta, por como lo cuenta y los usos que emplea para contarlas. Momentos en los que uno se va empapando del por qué y no del cómo y en las que finalmente uno cierra el libro con la sensación de haber leído un libro diferente de los demás y sólo por eso ha merecido la pena.




Título: El salto de Trafalgar.

Autor: Ernesto Rodriguez.

Editorial: 120 pies.

Año: 2015.

Genero: Narrativa Comtemporarea.

Páginas: 179 páginas.

ISBN: 9788494392443.

Formato: Digital.

Precio: 3,99 euros.





Sinopsis:

Trafalgar Martos es un profesor de lengua y literatura de instituto terriblemente deprimido que decide suicidarse. Tras su salto al vacío por el patio de luces de su edificio, se convierte en un viajero del espacio-tiempo que deberá aprender a moverse entre siete multiversos diferentes. En uno de ellos, España es un territorio británico vendido por Franco a Churchill a cambio de un plato de fish and chips. En otro, Catalunya es un estado libre asociado a la Unión Federal de Estados Ibéricos desde 1978. En todos esos mundos alternativos, Trafalgar tratará de conseguir un beso de Gala Caruso, la mujer que le da sentido a su vida.  El salto de Trafalgar es una novela llena de humor e ironía. Y es también un homenaje a Barcelona.

(sinopsis facilitada por la editorial)





Autor:




Ernesto Rodriguez (Barcelona, 1984) es licenciado en filología hispánica y profesor de español. Compagina esta tarea con la de ilustrador y escritor. Su novela Wilfred y la perdición obtuvo en 2009 el premio para jóvenes escritores Valentín García Yebra. Es autor de las novelas gráficas Gael y la red de mentiras (Editorial Difusión) y La memoria invisible (Viaje a Bizancio Ediciones).






Impresiones:



Hay libros, que aunque pasen desapercibidos para el público tienen que existir, por la sencilla razón de que tarde o temprano estoy convencido de que llegarán a las manos adecuadas y sabrán disfrutarlo como se merecen. Contendrán la historia que ese lector en concreto necesitan leer o puede que obren el milagro literario que te hace ver las cosas de otro modo, tras lecturas que hacen replantearte la realidad.

“Héteme aquí  ante estas páginas blancas, mi porvenir tratando de derramar mi vida a fin de continuar viviendo, de darme la vida, de arrancarme a la muerte de cada instante” (Miguel de Unamuno)

Con esta cita del maestro Unamuno da comienzo la historia de Trafalgar Martos, profesor de secundaria con una vida monótona, perdedor  de pequeñas batallas de diario, con tan pocas expectativas en la vida que las únicas que cree son razones para vivir, no es lo suficientemente valiente para luchar por ellas. Por eso un buen día decide coger el camino fácil y terminar con todo arrojándose por el patio de vecinos, con tal mala suerte que las cuerdas de los tendederos de los vecinos irán frenando su caída hasta mitigar el golpe y dejar el siniestro en un traumatismo grave y un billete para la habitación del hospital. Una vez allí Trafalgar será testigo de cómo una y otra vez irá saltando de una realidad a otra en la que en cada una de ellas, su vida cambia y él, es una persona distinta en una vida con trazos de realidades alguna vez imaginadas o deseadas.

De una manera vertiginosa, fresca y con una maestría prodigiosa en su pluma, el autor nos construye un puzle tejido con mucho mérito, porque trenzar una historia como la que plantea sólo es posible darle sentido y verticalidad si usas un lenguaje que atraiga al lector y le tenga masticando frases y momentos únicos para hacerlo participe de una historia única, que debe ser saboreada despacio, leída con pausa pero llevando el ritmo ligero y continuo que unos capítulos breves consiguen que todo mezcle de forma homogénea y siente bien al paladar, una apuesta tan arriesgada de cara a un público general y que algunas veces sólo entiende de esquemas preconcebidos.

Puede ser esto último el motivo único por el que Trafalgar es el personaje principal y aunque podemos describirlo con cierta facilidad, no es un personaje que a lo largo del libro pueda uno sentirlo como un protagonista al uso, más bien es un ente que se escapa de la pluma del autor y que llegado el caso es un maniquí al que ponerle nuestra cara para reflexionar si nuestra vida es como la de Trafalgar y si nosotros del mismo modo, vamos buscando en nuestra conciencia realidades alternativas para ser más feliz, lo que nos lleva a pensar por qué no las vivimos y dejamos de soñarla.

“Puedes decir problema o puedes decir reto, del mismo modo que puedes decir cariño o puedes decir amor, o puedes decir molestia o sinvivir. Las palabras que usas para hablar de tu vida influyen en cómo la ves”

Joyas como esta y otras más repartidas durante el libro hacen que pasear por sus páginas sea toda una sorpresa donde el humor, la ironía, la locura, la actualidad y la filosofía nos esperan a cada vuelta de hoja sin desvelarnos hacía que final nos remite todo, porque si hay algo que el autor deja claro es que lo suyo son momentos y saltos en una trama compleja que se va saboreando sin prestar mucha atención a lo que vendrá.

En resumidas cuentas, una novela que supone una apuesta arriesgada del autor y que merece una oportunidad porque es de esas novelas que tiene tantas lecturas como lectores se atrevan con ella y que por descontado no deja indiferente, pero ojo, aviso a caminantes que se adentren sin brújula y buscadores de lecturas para pasar el rato, pues acabaran perdidos en un bucle tan enrevesado como vidas tiene Trafalgar y que hizo que por momentos yo mismo estuviera perdido y sólo agarrase a la tabla de salvación de una prosa divertida y chispeante en un mundo que me costó ordenar para poder disfrutarlo plenamente y en el que eché de menos más profundidad y menos realidades en escena. Me he sentido con la necesidad de una segunda lectura para poder aprovechar bien lo que Ernesto quiere reflejar y que por momentos se me hizo paja entre tanta aguja.
Digna finalista esta novela de los Premios Guillermo de Baskerville organizada un año más por el blog literario Libros Prohibidos.


9 comentarios:

  1. Primera reseña que leo de este libo y pinta bastante bien. No me importaría leerlo.
    Besotes!!!

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  2. Muy de acuerdo, una vez "adaptado" al ambiente de la novela se disfruta mucho y uno aguarda el siguiente disparate o reflexión de Trafalgar. En esa línea de extremos en teoría antagónicos transita la narración y da gusto dejarse zarandear por ella. Una buena obra, el punto de riesgo técnico que asume, bastante bien ejecutado, hace que merezca la pena.

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  3. Pues este lo voy a dejar pasar...con lo dispersa que tengo la mente, si tú has sentido la necesidad de una segunda lectura, no quiero ni pensar las que necesitaría yo.
    Gracias por tu reseña. Besos

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  4. Me lo llevo apuntadísimo. Gracias por la recomendación, además tiene una portada genial. Saludos :D

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  5. No sé.. La sinopsis no me termina de gustar mucho la verdad.

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  6. Pues me lo apunto, que creo que me puede gustar.
    Gracias por la reseña.
    ¡Nos leemos! :)

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  7. Pues no me importaría leerlo, no lo conocía =)

    Besotes

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  8. Reconozco que no he conseguido disfrutar del todo de este libro pero reconozco también, como bien dices, que tiene elementos de sobra para que otros lectores sí puedan hacerlo. Me alegra saber que has sido uno de ellos.
    Saludos.

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