El pasado jueves tuve sesión doble de escritores. Por una
parte saldé una vieja deuda pendiente de hace unos meses, tomándome un café con
Salvador Navarro para hablar sobre su nueva novela El hombre que ya no soy,
una historia que los lectores están disfrutando mucho y que él gusta catalogar,
tomando prestado el calificativo, de domestic noir.
Un auténtico drama con tintes de novela negra, donde Salvador
plasma sus gustos literarios y su estilo personal para poner sobre el escenario
de una Sevilla de múltiples paisajes un elenco de personajes a los que pondrá a
prueba su lealtad, amor o entereza con diversos avatares en su vidas.
Un Salvador Navarro que defiende y apuesta por su libro
porque siente que es una criatura que representa el estilo propio que quiere
mostrar a los lectores, con la intención que se sientan dentro del universo Navarro y
reconozcan ese ambiente cada vez que lean una novela suya.
Un placer compartir tiempo y espacio con Salvador, una
persona que contagia ilusión por las cosas y sobre todo positividad en que con
trabajo y esfuerzo todo puede salir bien.
Libros en el petate: A pesar de tener tu trabajo, al arte de la escritura le dedicas
mucho tiempo y una labor como si fuese tu único trabajo. Se te ha convertido la
acción de escribir en una necesidad.
Salva Navarro: En una necesidad sí, pero no en una
obligación. Tengo tantas ideas en la cabeza y tantos esquemas por probar y
tantas estructuras en mi mente que realmente cuando llego a casa, mi hobbie es
ponerme mi música, mi taza de té y lanzarme a escribir, a diseñar o crear estructuras. El
arte de la creación es algo que me divierte profundamente, es una necesidad
pero realmente placentera.
L.P: Y de dónde sacas el tiempo para trabajo, viajes,
escribir.
S.N: Yo soy un gran aprovechador del tiempo, creo que a mí
me cunde mucho más el día que para la media de la gente. Me levanto a las cinco
y media de la mañana para ir a trabajar y luego por la tarde me organizo muy
bien el tiempo porque las tardes son muy largas y dan mucho margen para hacer tareas si me
organizo bien. El secreto es que no te pueda la desgana y rellenar bien los
huecos que tengo para hacer tareas.
L.P: Entrando a hablar directamente de tu libro, su sinopsis
realmente dice muy poco de esta historia.
Es hablar poco de ella uno más de los muchos secretos que vamos a
encontrar dentro de El hombre que ya no soy.
S.N: Digamos que la sinopsis abre una sola línea de lo que
es la novela en sí. Es una trama con muchas líneas cruzadas pero parte de esa
Elisa de la portada que aparece de espalda y define un poco la línea que
fractura la vida tranquila de una familia. La sinopsis presenta a ese personaje
pero hay muchos más, son personajes con muchos prismas que llevan a muchas
líneas argumentales y es una forma de provocar al lector.
L.P: No recuerdo de las presentaciones que has hecho de tu
novela o de los videos que he visto en
internet que hayas dicho que desencadenó la chispa que llevó a esta novela.
S.N: Lo mismo que en Huyendo de mí, mi anterior novela,
donde quería ver hasta qué punto una mujer podía aguantar a un trasto de marido
al que quería y que era encantador (no me gusta hacer novelas maniqueas con
personajes extremos, prefiero los que no son ni muy buenos, ni muy malos), aquí
quería hacer lo mismo pero con dos amigos y mi planteamiento inicial era como
buscar una figura perturbadora que pudiera intentar romper la amistad entre dos
hombres que se quieren de verdad. Entonces se me ocurrió meter a Elisa como esa
bomba por medio para ponerlos a prueba y para definir cómo podemos afrontar la amistad de una forma tan
diferente siendo las dos tan reales, tanto la de Fidel hacia Roberto y
viceversa.
"En el fondo todos somos defectuosos y nadie es perfecto, incluso no eres perfecto en tu imperfección"
L.P: Al hilo de lo que comentas, que no has querido hacer
una novela maniquea como en Huyendo de mí, veo que te has salido con la tuya en
esta porque en El hombre que ya no soy hasta el personaje más villano tiene
algún destello de bondad.
S.N: Recuerdo que cuando tú la leíste al principio me decías
que no soportabas a Elisa y en parte me alegraba porque había hecho un
personaje para que cayera mal porque hay gente en esta vida que van con pocos
principios, poca ética y poco de todo. Pero es cierto que hasta en Elisa, la
Chata, y la gente en la novela que viven
en ambientes y barrios con poco futuro y que tienen la vida echada a perder hay
un trasfondo de humanidad porque en el fondo todos la tenemos. En otro aspecto
también saco la parte más frágil de gente más luminosa como puede ser Alfredo o
el propio Fidel porque en el fondo todos somos
defectuosos y nadie es perfecto, incluso no eres perfecto en tu imperfección. Hasta
la gente más mala tiene su corazoncito.
L.P: Hablando de los secretos de un libro de más de
seiscientas páginas. Sus capítulos son muy cortos y en algunos momentos yo he
llegado a pensar que eran como latigazos. Es la clave o el secreto a la hora de
escribir un libro tan voluminoso.
S.N: En parte el libro es de seiscientas páginas porque tiene
capítulos muy cortos, si no los tuviera puede que rondara las cuatrocientas. Debo
reconocer que fue una idea del editor el poner esos títulos con una palabra y
que fueran breves. Yo los tenía cortos pero digamos que no tanto. En los
tiempos que corren la gente y yo el primero somos perezosos para leer y como
llegamos tan agotados a la cama o al sofá, muchas veces estamos leyendo y
realmente miramos cuantas páginas nos queda para terminar el capítulo. Por eso me gusta pensar en los demás,
pensando en mí en lo que se refiere a que literatura me gusta. Prefiero la
literatura clara y directa, no muy barroca ni con mucho dialogo. Yo escribo la
literatura que me gusta leer y de ahí la clave de hacer unos capítulos cortos y
usar un lenguaje directo para que la gente pueda entrar y salir de mi libro con
cierta facilidad y no pierda el hilo.
L.P: Hablamos de personajes. ¿Otra vez Elisa?
S.N: (Risas) Las Elisas en mi vida. A mí me marco mucho una
Elisa de mi juventud, una mujer con tanta personalidad, que nos influyó y marcó
tanto en mi adolescencia que cuando estoy escribiendo un personaje con mucha
enjundia me sale Elisa y me recuerda a ella.
L.P: Hablando de personajes son bastantes los que desfilan
por la novela y aunque muchos lectores hablan de Fidel, yo me quedo con Alfredo.
Con cuál de ellos se queda Salvador Navarro.
S.N: Ufff (suspiro) yo soy un poco el padre de todos. Pensé
mucho en mi siendo mayor escribiendo sobre Alfredo y la relación que él tiene
con Roberto., me recordaba mucho a mi sobrino porque yo no tengo hijos pero
tengo un sobrino al que adoro y que es como si fuera mi hijo. Por eso muchas de
las conversaciones que tenía Alfredo con Roberto, me las imaginaba que las
tenía yo con mi sobrino. Fidel no soy yo
pero Alfredo si podría ser yo porque hay mucho de mí en Alfredo pero no hay
mucho de mí en Fidel. En Fidel hay mucho de lo que me gusta de la gente, Fidel es
esa persona austera en sus ambiciones, en sus hobbies y es algo que yo admiro
mucho porque valoro a la gente simple, que representa la pureza, lo blanco.
L.P: Podría decirse que es esta tu novela más cinematográfica.
S.N: No me hables de cine que aún aguardo con impaciencia
que salga publicada la participación en cartelera de la película basada en mi
libro No te supe perder y lo he pasado tan mal con la grabación de esa película
que ahora mismo no quiero saber nada de cine (risas). Creo que mi lenguaje novelístico
es muy cinematográfico y se predispone mucho porque tienen mucho ritmo, hay
mucho dialogo y los personajes tienen mucha fuerza. Me lo comentó una vez la actriz Marisol Membrillo,
protagonista de No te supe perder, que mis novelas eran regalos para un autor
porque les da mucho margen para exponerse y dar lo mejor de ellos. Así que toda
mi ilusión y atención está puesta ahora mismo en No te supe perder.
“Crezco mucho como persona dando vida a mis personajes”
L.P: Me gusta mucho el drama que tiene esta novela pero yo
que te conozco me sorprende mucho que puedas conseguir ese grado de dramatismo
siendo una persona tan positiva y con un discurso luminoso.
S.N: Yo me considero una persona positiva y lo he repetido
varias veces que me gusta mucho vivir pero también observar el mundo y en él
existe también mucha miseria y puede que
sea un exorcismo el describir esa sociedad. Yo narro historia que no me ocurren
pero que rondan cerca de la ciudad en la que vivo. Tengo una vida acomodada, vivo bien y gozo de buena
salud mental pero sé que hay gente que no está en la misma situación y me gusta
ponerme en su piel, empatizar con ellos y reflejarlos en mis libros. No puede
decir que lo utilice como terapia pero sí que crezco mucho como persona dando
vida a esos personajes.
L.P: Lo que me sorprende de tus libros es de donde sacas
esos tintes de novela negra.
S.N: Soy un gran aficionado por ejemplo a Patricia Highsmith
y Tom Ripley me aparece por todos lados pero no me gusta la novela negra clásica
de policías y detectives buscando un MacGuffin por ahí, reconozco que hay que mantener
la tensión, conseguir que el lector este enganchado y para eso hay que poner
una serie de cebos y trampas. Mis libros
son novelas negras pero sin policías que discurren en un ambiente civil normal.
"Creo en este libro y quiero seguir escribiendo no para ganarme la vida con ello y si porque tengo muchas historias que contar “
L.P: Llevas una trayectoria bastante prolifera como escritor
pero con esta nueva novela te he visto una ilusión como si fuera el primer
libro que publicas. Te pregunto, estas aun aprendiendo cómo funciona este
mundo.
S.N: Sigo aprendiendo y espero continuar aprendiendo y no
perder nunca esa chispa. Soy una persona muy responsable, que empecé con veintitrés
años y he ido creciendo como escritor cada vez en una editorial mejor y ahora
que estoy con Algaida debo ser agradecido a una empresa como ella que confié e
invierta en mí, realizando todo ese
trabajo ese despliegue de medios a la
hora de editar mi libro. Por todo ello, tengo que responder con mi agradecimiento y esforzarme al máximo devolviéndoles con trabajo esa apuesta que han hecho por El
hombre que ya no soy. Creo en este libro y quiero seguir escribiendo no para
ganarme la vida con ello y si porque tengo muchas historias que contar. Me
siento en deuda con quien ha confiado en mí y en todas esas personas que me
mandan mensajes desde distintos puntos de España mostrándome su entusiasmo por
haberse leído mi novela y eso me llena tanto que espero no perder esa inocencia
de permanecer cerca de un lector o no hacer caso a una crítica sea buena o mala
pero por el simple hecho de leerse mi libro a mí eso me emociona.
L.P: Me ha sorprendido mucho de El hombre que ya no soy la fuerza a partes iguales que poseen los
personajes y la trama, tan potentes los dos que al final no sabe uno si está
enganchado al libro por los personajes o
por la trama. Te ha costado mucho trabajo crearlos, porque pienso que cada uno
tiene tanta fuerza de forma individual que se podría hacer una novela distinta
para cada uno de ellos.
S.N: En mis comienzos fui a muchas escuelas de escritura y
yo me salto todas las normas que aprendí porque allí te vienen a decir que
tienes que crear un héroe con el que tiene que empatizar el lector y ese tiene
que llevar el peso de la novela y que sus secundarios tienen que estar
simplemente trazados pero no con muchos detalles porque difuminan la historia y
pueden distraer al lector y yo nada de eso. Yo sé que tengo un estilo y es muy
personal y cada vez más gente afortunadamente lo reconoce en mis libros y yo
eso no lo quiero perder. Admito a veces con dolor las críticas y aunque me
pueda dejar influenciar por ellas corrigiéndome
no quiero perder mi sello. He terminado mi siguiente novela y también es una
cantidad enorme de personajes, con muchas líneas cruzadas y aunque no tiene
nada que ver en el ritmo y el tono creo que sigue llevando mi estilo. Coger una
novela de John Irving o de Murakami y sentir que estas dentro de un ambiente
típico de ellos es fabuloso. Te puede gustar más o menos pero es su mundo y
sabes que estas en un escenario creado por ellos.
L.P: Creo sinceramente que lo consigues porque al principio
con esta novela me recordaba tanto a la anterior que me sentí confundido pero a
medida que avanzaba en su lectura me di cuenta que no era la historia ni los
personajes, era la huella que dejas en tus novelas lo que me resultaba
familiar.
S.N: Me alegra escucharte decir eso.
L.P: Bueno Salva, esa era la última y como siempre ha sido
un placer conversar contigo.
S.N: Ya era hora que tuviéramos
este encuentro.
He leído buenísimas opiniones de la novela y apetece mucho leerla. Sobre el autor, me ha gustado leer sobre el proceso creativo de la novela y me ha dado mucha envidia eso de que le cunda tanto el día, con las horas que me faltan a mí, jajaja.
ResponderEliminarBesos.
Qué guay ;) Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarTal y como contaba en el blog, me animé con Huyendo de mí. Para la próxima excursión a la biblioteca, El hombre que ya no soy. A ver si se me recupera el cerdito o reconstruye la hucha, porque llevo unos meses casi rozando la ruina con tanta comprita literaria.
BEsos.
Su última novela cada vez me apetece más leerla. Me ha gustado mucho esta entrevista y conocer más al autor y saber más de esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Al final voy a tener que leer esta novela, cada vez me apetece más. Gracias por la entrevista.
ResponderEliminarBesos.
Muy buena entrevista, Fernando. La verdad es que como ya le he dicho al autor en una ocasión, me voy a tener que poner en modo "Salvador Navarro" para exprimir el tiempo. Jolín, me quejo yo de levantarme a las seis y media y este tiene cuerda para escribir y todo por las tardes. Bromas aparte, es muy buena historia. A mí me ha ganado como lectora y espero seguir explorando en lo que ha escrito, pero lo libros se me multiplican. Entre los nuevos y los que repesco de los que me gustan...jajaja.
ResponderEliminarBesos
Siempre es un placer leer y escuchar todo lo que tiene que decir Salvador. Me parece una persona inspiradora en muchos sentidos que van más allá de su faceta de escritor. Un besote!
ResponderEliminarSalvador debe dormir poco porque si se levanta a las 5 y media y luego lo vemos disfrutando de cenas en lugares maravillosos... Ya le preguntaré. Buena entrevista.
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