Encuentro con Ernesto Pérez Vega. Policías. Muerte en la calle.

Ayer os hablaba del libro de Ernesto Pérez Vega (podéis leer su reseña aquí) y hoy os traigo el resultado de nuestra conversación sobre Policías. Muerte en la calle.


Con un discurso coherente, dando su opinión, no callándose nada  y argumentando cada palabra que decía como hace la gente que cree en sus ideas y las defiende con pruebas, números e información de profesionales, Ernesto nos habló de su último libro pero destacando que  habrá más y sobre todo mientras lo que defiende siga sin llevarse a la practica  y haya policías con carencias en la formación que luego tienen que poner en práctica en la calle ante un enfrentamiento armado en los que se juegan la vida. Escritor de libros con un alto números de ventas, conferenciante en su materia, fue un placer conversar con él porque me demostró que para poder juzgar a las personas, primero hay que conocerlas y conocer a Ernesto Pérez fue un verdadero lujo.



Libros en el petate: Decías en cierta ocasión cuando presentabas “En la línea de fuego” que tenías historias para escribir tres libros más. Ya vas por el segundo y yo te pregunto, ¿habrá más y queda aún mucho por contar?

Ernesto Pérez: Hay más que contar y casi todo va en la misma línea porque en este mes en el  que estamos han ocurrido seis casos donde la situación ha derivado en provocar como resultado un peligro tan real para la vida del policía que estaría justificado el uso de su arma.
Este libro precisamente cuenta lo que nadie quiere contar y es que la inmensa mayoría de los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad no están preparados para afrontar situaciones de a vida o muerte que sobrevienen de manera sorpresiva. Nos preparan para una entelequia, para una irrealidad de imposible materialización  en la vida real, ya que nos entrenan de un modo totalmente diferente a como se comporta el ser humano en una situación de a vida o muerte.

L.P: ¿Qué vamos a encontrarnos en esta nueva entrega?

E.P: Recopilo más de veinte testimonios de policías que sobrevivieron disparando hiriendo o matando. Policías que teniendo que hacerlo no lo hicieron. Vamos a encontrar también una serie de artículos míos intercalados entre los capítulos y que guardan alguna relación con la moraleja de cada episodio. Esta es una novedad respecto al anterior libro que solo eran hechos reales. En este libro me he volcado más en querer dar pistas claras y contundentes a quienes lean el libro y tengan responsabilidades de mando y formación para que modifiquen los planes de instrucción y por eso abuso un poco más de resoluciones judiciales que avalan el uso de la fuerza policial. Creo que este libro es un complemento del otro y bajo mi punto de vista mejor escrito.

L.P: Estos libros parten de una necesidad por tu parte ¿Esa necesidad es la que nos has contado en la pregunta anterior o hay algo más?

E.P: Yo desde que era niño ya era un apasionado de la policía y era tirador, es de esa manera en que se conjugaron estas dos situaciones. Como policía mi pasión no era el tiro sino decomisar alijos de droga, detener personas que cometieran actos delictivos, perseguir el delito en el sentido estricto de la palabra y aunque yo en su momento sufrí un enfrentamiento armado al que sobreviví disparando a una persona dos tiros para sobrevivir a quien intentaba matarme, no surge de ahí la necesidad de escribir este libro porque yo ya venía escribiendo artículos que hablaban de estas mismas cuestiones. La idea de escribir esta serie de libros con relatos basados en hechos reales nace de la necesidad de contarle a la gente aquello de lo que no sabe. Tengo la necesidad de divulgar que siente un funcionario de policía en esos tres segundos en los que estas en un tris de vivir o morir y tiene que decidir si dispara o no dispara. Mientras aún no comprendamos jurídicamente  cuando si y cuando no corresponde disparar en un caso de legítima defensa tendré que seguir contando estas cosas.

La portada de este libro está inspirada en el testimonio de un policía que dice que sobrevivió gracias a escuchar una de mis charlas y quien contacto conmigo entre lágrimas para decirme que hoy está vivo gracias a recordar mis palabras cuando un delincuente intento golpearle con un martillo en la cabeza.

Esto demuestra que quien conoce las reacciones fisiológicas propias de un enfrentamiento de este tipo sabe gestionarlas mejor tanto si las cree, las conoce y está convencido de ello y por ese motivo ha entrenado en esas circunstancias, cuando ocurra será un hecho en cierto modo normalizado.

L.P: Pero Ernesto una duda. Se entrena el tiro o convierten el entrenamiento en algo real.

E.P: Cada vez más y permíteme que me atribuya un porcentaje pequeño yo y algunos más que como yo nos dedicamos a la divulgación de esta materia tan desconocida dentro de seno de los cuerpos y seguridad. En Sevilla por ejemplo, la Policía Local de Sevilla ha pasado en muy poco tiempo de hacer tiro deportivo a tiro de realidad. Imagínate como es la realidad que el modelo de entrenamiento de la Policía Nacional es el mismo que el de 1988 y el de la  Guardia Civil se ha modernizado hace poco pero solo ha mejorado un método que hoy en día ya era arcaico.

L.P: Hablas del estado de salud de la formación de los cuerpos y fuerzas de seguridad pero Ernesto, toda la culpa no será de los instructores ¿no?

E.P: La culpa es del sistema y de sus intereses y hasta aquí puedo decir.

L.P: Después de que ocurriera el incidente que sufriste, Ernesto Pérez sigue siendo el mismo que antes o ha cambiado en su pensamiento a como pensaba con respecto a este discurso que tienes hoy en día.

E.P: Yo sigo pensando ahora igual que pensaba antes y me entrenaba buscando reaccionar de la forma más efectiva posible si tenía alguna situación violenta, por eso  pienso que yo sobreviví seguramente porque había entrenado tanto para desenfundar y disparar como para mentalizarme de cómo reaccionar ante un hecho así.

L.P: Tras leer los relatos de los compañeros quería preguntarte Ernesto si se hace duro tener las entrevistas con ellos.

E.P: A mí me gratifica, no se me hace duro porque muchos me dicen que ha sido terapéutico charlar conmigo, hablar con alguien que los entendiera y que los comprendiera y eso lo demuestra que incluso algunos me han dicho que no quería que su testimonio formara parte del libro pero si querían que yo escuchara su historia y que yo le diese mi opinión sobre si lo que ellos sentían era normal.

L.P: En este libro haces hincapié para estar preparado para realizar el disparo súbito. Acabamos de hablar que fue esa preparación la que te salvó la vida.

E.P: Claro. Estas situaciones se producen casi siempre de forma inesperada, violenta y a muy corta distancia. Cuando se produce de esta forma o lo haces ya o posiblemente o no lo cuentes o puede dejarte graves secuelas. Los enfrentamientos armados son dinámicos,  violentos y se producen en décimas de segundo y si no lo tienes entrenado lo más normal es que la respuesta de una persona normal sea la que llevamos en nuestro ADN desde el principio de los tiempos, huir.

L.P: Esta claro que Ernesto Pérez con este libro trata de insistir en muchos capítulos y de arrojar luz sobre esa leyenda negra que hay en torno las consecuencias a nivel judicial del hecho de hacer uso del arma reglamentaria contra una agresión armada.

E.P: La leyenda dice que si desenfundas y disparas, hiriendo o matando, vas a ser condenado. Yo respondo rotundamente que no es cierto. En el 99 por cierto de los casos en que España se desenfunda un arma y se hace uso de ella por parte de un policía en legítima defensa, el policía resulta absuelto si llega a juicio pero la mayor parte de las ocasiones no se llega a juicio y el caso es sobreseído o se archiva porque no se ve delito ya que unas veces no hay acusación del ministerio fiscal o este una vez presentadas todas las pruebas retira las acusaciones.

L.P: Hablamos que este no es un libro únicamente para policías porque sirve para sacar de ciertos errores en las creencias de ciertos temas al ciudadano de a pie.

E.P: Me alegra de que me digas eso porque si ya hay cosas de las que hablo que desconocen mandos y policías imagínate el ciudadano. Somos nosotros mismos los que alimentamos las leyendas urbanas para agarrarnos a lo cómodo.

L.P: Ernesto para terminar te diré que yo soy de esas personas que piensan que en la mayoría de las ocasiones debemos ponernos en ciertas situaciones para poder juzgar lo que le ocurre a otros. Crees que se juzgan muy a la ligera la actuación policial. ¿Se os trata mal a nivel periodístico, social?

E.P: Hay de todo, hay gente que te apoya en exceso y sin cabeza y con otros que no te apoya aunque le demuestres que hay una razón para actuar de tal forma en ciertas circunstancias.

L.P: Pues Ernesto espero que conversaciones como esta sirvan para mejorar las condiciones y manera de pensar de muchos. Muchas gracias por tu tiempo.

E.P: Gracias a ti.


2 comentarios:

  1. Hola, Fesaro:
    Una entrevista muy interesante. Me voy a pasar por tu reseña.
    Un beso.

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  2. Me lo paso pipa con Ernesto!! Gran entrevista.

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