Título: Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje.
Autor: Miguel Griot
Editorial: Oxford.
Serie: El árbol de la lectura.
Año: 2008.
Páginas: 272 páginas.
Género: Narrativa contemporánea.
ISBN: 9788467356410
Sinopsis:
Iqbal Masih fue un niño que nació para ser esclavo y creció para desafiar su destino. El héroe que escapó de su trabajo forzado y se convirtió en el símbolo contra la explotación infantil. Acércate a él a través de lo que cuentan quienes lo conocieron. Cada uno tiene una historia con lágrimas, sonrisas, alguna sorpresa y mucho coraje. Juntándolas todas llegarás a saber quién fue Iqbal.
Autor:
Miguel
Griot (Salamanca, 1976) es el seudónimo de Miguel Ángel Alonso Serrano. Estudió
Derecho, Diseño y Desarrollo Multimedia. Ha colaborado en la web del diario El Mundo,
elmundo.es. Su relato El Rey Abría no se llama Guelfi obtuvo
el premio de la Asociación Goya de Santander en 2004. Publicó Cuentos
de Cura Sanita (Timum Mas, 2005) lectura recomendada por la asociación
de Biblioteques Publiques de Girona en 2006. Iqbal Masih, lagrimas, sorpresa y
coraje es su primera novela.
Inpresiones:
Iqbal Masih |
Hay
libros con los que uno lo pasa mal, son duros y te golpean certeramente en la
línea de flotación del equilibrio emocional. En malas épocas huyo de ellos,
porque mi ánimo me lo desaconseja evitando males mayores a mi actitud con la
que afrontar la vida. Podemos decir que en esta ocasión su portada me atrajo desde el primer momento y me
perseguía por los blogs que visitaba y a su vez creo que este libro me buscaba
a mi también, incluso llamó varias veces a la puerta de casa, hasta que de forma casual le abrí y le
he hecho un hueco en las estanterías del salón, verlo allí, me reconforta, me calma y me sirve
de llamada de atención, lo quiero donde pueda verlo a menudo y que me recuerde
lo afortunado que soy.
Con un
estilo de narración muy original todo hay que decirlo, el autor construirá una
historia de Iqbal Masih donde las personas que lo conocieron desde pequeño,
hablaran sobre la vida de nuestro protagonista siempre desde el aspecto que
ellos conocieron y las anécdotas que vivieron con él. Como si de una entrevista
imaginaria se tratase, veremos su nacimiento, el momento de su llegada al
taller de alfombras, sus primeros actos de rebelión, la salida del taller y su transformación
en un niño que asombraba a propios y extraños con sus ideas y su manera de
expresar su opinión.
Lleno
de citas como “las alas no te llevan a ningún sitio sino eres tu quien las mueves”
(página 19), serán como si tuviéramos esas mismas alas, las que a vista de
pájaro, nos llevará de forma vertiginosa por una lectura que se hace ágil,
amena, gracias a sus capítulos cortos, exprimirán lo esencial, la idea con la
que nos tenemos que quedar para tener constancia de lo que el libro quiere
mostrarnos.
Conoceremos
el Paishgee
, en realidad todo gira en torno a eso, un sistema de préstamo por el
cual los padres a cambio de un dinero que usaran en alguna necesidad familiar,
dejaran a sus hijos una cantidad de años como fianza y forma de pagar con su
trabajo ese préstamo. Lo peor es cuando
para poder dar de comer a un hijo tuyo tienes que alquilarlo.
Por
todo ello cuesta trabajo asumir los sentimientos que puede desencadenar una
situación así pero atisbando que incluso se crean sus propios engaños para
vivir de esa manera “mejor trabajar explotados que ir a la
escuela” o “No supo reconocer su posición en la sociedad” convierten a
verdaderas atrocidades en algo tan natural como es haberlo vivido siempre.
Con el
paso de las páginas fui comprendiendo un poco más el título, del mismo modo que
poco a poco vamos conociendo a Iqbal y se hace difícil que a medida que avanzan
los capítulos no sientas admiración por un niño que siendo tan pequeño luchó
por cumplir el sueño de ser libre, intentando cambiar lo que muchos veían como
normal, siendo una autentica injusticia.
“La confianza se
adquiere cuando uno trata a los demás como le gustaría que lo tratarán a él. Y
entonces descubres que ellos empiezan a hacer lo mismo. Entonces ya puedes
confiar”. (Página 145).
Un
libro que si bien es triste, nos resultará paradójico que sea el propio Iqbal
quien con sus ocurrencias y comentarios nos robe alguna que otra sonrisa. Triste
que alguien diga que no sabe lo que significa la palabra felicidad.
“Sólo podemos ser
felices si lo somos todos, solo seremos libres si todos los somos”
Todo
esto me ha llevado a momentos en los que he tenido que cerrar el libro y ponerme
a meditar sobre lo que acababa de leer, no vemos muchas veces lo que hay detrás de
ciertas compras en las cuales con gran satisfacción nos vanagloriamos de
ahorrarnos unos céntimos que tal vez se consiguen gracias a la explotación de
los niños. He sentido impotencia y a la vez alivio, con vergüenza de pensar que
he tenido suerte de no ser yo uno de esos niños que trabajan en esas fabricas.
Al menos espero que ese sufrimiento de
muchos sirva para cambiarnos a otros y que no cerremos los ojos ante cosas así.
Hacen falta más libros como el de Miguel para no olvidar que estas cosas en los
tiempos en los que vivimos aún existen y que Iqbal no sea sólo el sacrificio de
un momento sino que su gesta se prolongue en el tiempo y sirva de senda para que otros la sigan.
Un libro interesante, que refleja la cruda realidad, desde un punto de vista ameno y que sin llevarnos por descripciones sórdidas, sirve para abrirnos los ojos de forma muy natural.
Me llamó mucho la atención de la historia de este niño. Ya la de Malala impresiona pero la de Iqbal es para reflexionar, desde luego. Estoy pendiente de su recepción. Un abrazo, Paco.
ResponderEliminarSuelen gustarme mucho estas historias, ya lo tenía apuntado. A ver si cae. Un beso!
ResponderEliminarUna lectura dura, pero desde luego, tendré que leerla. Una gran reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy de acuerdo contigo. Hay temas que resultan muy duros pero a la vez se hace necesario que alguien los toque. Me han despertado la curiosidad con este libro.
ResponderEliminarEste es uno de los libros que abordan temáticas que me suelen atraer muchísimo pese a la dureza de los hechos descritos. Me lo apunto!
ResponderEliminarBesos.
Tengo este libro pendiente de leer, quiero hacerle hueco el mes que viene. Y sí, aunque es una historia (la de miles de chavales por desgracia) muy dura, hay que conocerla. Besos
ResponderEliminarSiempre me interesan los libros que me hacen reflexionar y meditar. Especialmente si abordan temas a los que, más que cerrarnos los ojos, los cerramos con cierta dejadez.
ResponderEliminarUn abrazo
Me lo apunto ya que no lo conocía. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos.
Este libro no lo conocía hasta que lo vi en un sorteo, sin dudarlo me lo apunté y comprobé que lo tenían en la biblioteca, por lo que seguro que antes o después lo leo. Pero dejaré un poco de tiempo, porque acabo de leer el de Malala y aunque me gustan estas historias, pues como tu pienso que aunque duras es necesario contarlas, ahora sería demasiado. Besos
ResponderEliminarMe atrae y me repele a partes iguales. Por un lado, me apetece un montón conocer la trayectoria del protagonista, solo que conociendo su destino estoy segura que lo pasaré bastante mal, así que no sé qué hacer, porque vistas tus impresiones, imagino que me lo aconsejarás.
ResponderEliminarUn beso.
Este tipo de libros me gustan porque me permiten conocer hechos reales y personas de las que otra forma no habría sabido. Por supuesto, me lo anoto. Un besote!
ResponderEliminarTiene una pinta estupenda, estás lecturas, como bien apuntas, son fantásticas para recordarnos lo afortunados que somos. No obstante, estos temas tan duros me golpean bastante, tendré que buscar el momento emocionalmente adecuado.
ResponderEliminarUn besin
Qué libro tan triste, pero qué necesario. A pesar de todos nuestros problemas, crisis y demás, somos unos privilegiados. 1beso!
ResponderEliminarTe felicito por la reseña y por no cerrar los ojos. Todos pasamos por momentos más o menos anímicos y hay que medirse que no ignorar, claro. Conocía el libro y espero leerlo en algún momento. Tus argumentos me han recordado una lectura reciente (El hambre, de M. Caparros) que aún no he reseñado pero que, como dices, creo que debo dar a conocer por motivos como los que expones.
ResponderEliminarUn besote