La mala semilla ha sido una de mis lecturas de este verano aprovechando mi participación en una lectura conjunta. Bonita experiencia como en la mayoría de las ocasiones que me decido a probar suerte en este tipo de eventos y una novela que ha dado buenos momentos a mis periodos de piscina y playa.

Con una trama que reúne ingredientes muy atractivos, encontraremos en ella escenarios y hechos que bien nos pueden recordar a noticias vistas en los telediarios y es que como siempre se dice, a veces la realidad supera a la ficción.




Título: La mala semilla.
Autor: Toni Aparicio.
Editorial: Suma de letras.
Año: 2018.
Género: Thriller, novela negra, policíaca.
Páginas: 422 páginas.
ISBN: 9788491291992.





Sinopsis:
La carrera de la teniente Beatriz Manubens es una de las más prometedoras de la UCO, sin embargo, la muerte accidental de un menor durante un tiroteo hace que se sienta incapaz de volver a empuñar un arma. Completamente abatida regresa a Albacete, su tierra natal, para esconderse del mundo.
Juan Cebreros, brigada de la Guardia Civil en Riópar encuentra el cadáver de una mujer que presenta grandes signos de violencia en el nacimiento del río Mundo. Anabel Ramos, la víctima, se perfila como una completa desconocida para los lugareños. De ella solo se sabe que vivía en una casa rural con Adrián, su hijo, un niño de seis años al que parece haberse tragado la tierra.
La desaparición de Adrián se convierte de inmediato en noticia y es portada de todos los medios de comunicación y todo el mundo coopera para encontrarlo lo antes posible. Consternada, la teniente Manubens descubre que la mujer asesinada fue una de sus mejores amigas de la adolescencia. En una carrera contrarreloj intentará hacer lo posible por encontrar al pequeño con vida, mientras lucha contra sus propios demonios.
Toni Aparicio construye un thriller trepidante, donde el horror no está reñido con la esperanza. La mala semilla es una novela vibrante que golpea y sacude, una muestra de la barbarie humana y a la vez de su capacidad de resiliencia capaz de recuperar la esencia de las buenas personas. (sinopsis facilitada por la editorial)

Impresiones:
El libro tiene un comienzo trepidante, con cierto misterio y una leve presentación de un personaje para  acto seguido se nos plantea el caso de una  chica de la zona de Riópar que ha sido brutalmente asesinada en un paraje forestal.

La investigación será llevada a cabo por miembros de la Guardia Civil y entre ellos encontraremos a nuestra protagonista, la teniente de la UCO, Beatriz Manubens que aunque está de baja por motivos laborales era amiga de  juventud de la víctima y se involucrara en el caso de manera extraoficial. La trama irá de menos a más, con un ritmo ágil pero sin grandes velocidades, poco a poco van ocurriendo muchas situaciones y escenas que van descubriendo que no todo es lo que parece y los distintos personajes que desfilan por la novela tienen muchas historias escondidas en la manga. Ese es uno de los puntos fuertes de la novela, una serie de situaciones puestas por el autor a modo de pistas para que el lector haga sus elucubraciones e intente adivinar quién está detrás de ese brutal asesinato.

Yo lo he intentado en varias ocasiones con distintas hipótesis pero me sorprendí metido en callejones sin salida y en resoluciones en las que me dejé en exceso llevar por mi imaginación. En ese aspecto un diez para el autor porque invita al lector a participar de su relato.

Me ha gustado como ha hilado la relación entre los personajes, del mismo  los hechos, las causas, los motivos y la trama está bien tejida y es de agradecer aunque los que miramos con lupa este tipo de novelas puede que encontremos alguna licencia que no termina de cuadrar siempre queda el “para gusto los colores y lo que tú no terminas de ver, otros lo hacen sin ningún tipo de problemas”.

La novela entretiene de principio a fin y desde luego cuenta con un gran planteamiento y unos personajes interesantes con mucho que aportar aunque para mi gusto la buena de Beatriz Manubens se los come a todos con su participación y eso que no he terminado de sentir un flechazo por ella. Sin lugar a dudas merece la pena conocer a Beatriz con su pasado, sus demonios, sus miedos y sus reacciones porque en el aspecto psicológico le ha salido muy humana tanto ella como el resto de los personajes. Mucha carga emotiva en una novela busca intencionadamente esos momentos y en la mayoría de las ocasiones seguro que deja poso en la reflexión del lector.
Muy buena novela que sin lugar a dudas hará disfrutar a la gran mayoría de sus lectores y que con algo de suerte lo mismo algún día podemos tener la suerte de ver en alguna serie, que recomendaré ver  sin lugar a dudas.

Autor:


Toni Aparicio (Albacete) y desde muy pequeño se sintió atraido por la literatura, los cómics y el cine. Estudió diseño gráfico y publicidad. Realizó algunos cortos e inclusó escribió y dirigió un largometraje, que consiguió estrenar en Hollywood. El secreto de Elisa Lecrerc fue su estreno como novelista. Buenaventura (Suma 2015)es su segunda novela.
Puedes saber más del autor pinchando aquí 

No puedo evitarlo, es aparecer un perro en la portada o en el título de cualquier libro y se me van los ojos y crecen en mí la necesidad de leer dicha novela. Puede que  a todo lo anterior se le haya sumado que descubriera que la responsable de la publicación de esta novela sea la sevillana editorial Barrett, desconocida para mí hasta el momento, pero como suele decirse, “en casa del herrero cuchillo de palo”. Una vez conocida y tras leer una de sus criaturas creo que he expiado un poco parte del pecado, el resto ya es camino que ha de andarse y seguro que se andará.

Debo reconocer que al principio el camino fue algo confuso, e incluso tibio, mostrando una historia que empecé pronto a comprender no sabía donde me iba a llevar hasta bien avanzada bastantes páginas. No quedaba sino asumir el papel de fiel testigo en una trama que poco a poco fue abriéndose a un mundo perruno al que asociaba ideas, encontrando sentido dentro de la propia locura.



Título: Lo que sueñan los perros.
Autor: Alfonso Castillo.
Editorial: Barrett.
Género: Distopía, ficción, narrativa contemporánea, 
Páginas: 241 páginas.
ISBN: 9788494598289.

Puedes leer sus primeras páginas aquí.



Sinopsis:
¿En qué sueñan los perros? ¿Quizás en parecerse a sus dueños? ¿En tener pulgares y poder hacer fuego? Los habitantes de Lútaca amanecen convertidos en perros, incluido Baltasar Bellaterra, que no acepta su nueva naturaleza y descubre que perder la condición humana no es muy diferente que perder a un ser querido. Sin embargo, gracias a su vecina adolescente, aprenderá a luchar por sobrevivir en su nuevo cuerpo.
La primera novela del gallego Alfonso Castillo, una historia donde la conversión del ser humano en perro es el desencadenante perfecto para tratar el tema de la perdida de un ser querido.
Más de cinco años de trabajo para dar forma a una novela sobre la perdida de la forma humana. Una vuelta a lo esencial contada desde esta nueva sociedad perruna.(sinopsis facilitada por la editorial)


                                                             

Impresiones:


La originalidad en ciertas lecturas es de agradecer porque a veces uno tiene la sensación que lee las mismas historias pero en distintas ciudades, los mismo personajes pero con otros nombres. Por ello uno no puede sino mirar el libro de Alfonso Castillo con ojos tiernos, mirada de agradecimiento y sonrisa cómplice. Lo que sueñan los perros  es de esas novelas que uno siente que te aportan momentos de reflexión que quedarán en la memoria para siempre, aguardando otra época, otra conversación donde participaras tirando de experiencia leída, de historia que recomendar y además sabe que quedará bien ante el público asistente.

Este es un libro curioso, contiene una historia nacida de un sueño del autor y al que tardó cinco años en dar forma, eso es perseguir un sueño hasta convertirlo en realidad y lo demás tonterías. 

Estructurado en cinco partes que coinciden cada fase del duelo (negación, depresión, ira, negociación, aceptación) al sufrir la humanidad una transformación donde cambian su condición humana por la de perro. En este caso seguiremos las andanzas de un grupo de personas que habitan un pueblo ficticio del norte de España llamado  Lútcaca que bien podría ser gallego. En esta población encontraremos a Baltasar Bellaterra trabajador de la conservera de la localidad, compuesto y sin novia que en un principio es el que más se niega a asumir en que se ha convertido. Su vecina Bea que luchará con todas sus fuerzas por volver a encontrarse con su madre Carla, la cual desconoce su paradero pero cuya transformación a la condición de canido le pilló en una isla cercana. Digna de mención la historia de Caracán, un indigente con una triste historia a sus espaldas convertido en una persona ermitaña al que solo le gusta la compañía de su fiel perra Cuca.

Dice el autor que es “un libro escrito en presente, el único tiempo verbal en el que saben vivir los perros. Ellos, al revés que los humanos, nunca le ladrarían al futuro ni al pasado”.  Perros auténticos aparecerán pocos a lo largo del libro pero sin lugar a dudas la diferencia con los humanos es muy significativa.

Con un comienzo que sabe a rabia e hiel y que deja cierto regusto amargo por la situaciones vividas, costará un poco situarnos en un escenario y lo que realmente vamos a encontrarnos  en él, pero eso es en cierta medida uno de los puntos fuertes del libro. La incertidumbre del comportamiento animal y humano donde  puedes esperar cualquier cosas de ellos aunque se suponga que hay ciertas diferencias entre ambos. Un mundo con los humanos convertidos en perros al que llegaremos a base de dentelladas en forma de críticas sociales como siempre que se pone en tela de juicio el comportamiento humano en situaciones críticas.  Por ese motivo, no faltaran muchas situaciones que sin darnos cuenta se nos presentaran delante de los ojos y que sin poder remediarlo nos pidan un juicio de valor y una reflexión y eso siempre es de agradecer en un libro, que nos haga pensar, emitir juicios de valor con cierta argumentación a los hechos que se nos presenta.

“Cada uno es lo que es cuando ocurren las cosas que te marcan, y no hay más. O más bien, precisamente porque esas cosas te marcan, tienes mayor conciencia de lo que eres y, en consecuencia, de aquello que hubieses querido cambiar. Por supuesto, ahora es  tarde para cambiar nada” (página63)

Uno no puede evitar pensar en Golding William, Cormac Mc Carthy, en Sarmago cuando lee el libro de Alfonso Castillo, no porque sean parecidos, aquí no está permitida las comparaciones, ya he dicho que me ha parecido una novela muy original, pero es inevitable porque al fin y al cabo sea le lugar que sea, el hombre es el encargado siempre de destruirse a sí mismo.

“Si te quedas parado y tu tiempo te adelanta, depresión. Si pretendes adelantarte tú a lo que va a venir, ansiedad”  (página 206)

Creo que es injusto relegar esta novela únicamente a relacionar que perder la condición humana no es muy diferente que perder a un ser querido, este libro es mucho más, son pinceladas de teorías que vienen a desbancar viejas ideas preconcebidas que creemos dentro de la racionalidad. Un libro cargado de grandes momentos que te hacen replantearte cuestiones preconcebidas, de reflexionar desde una vida nueva. Volver a empezar siendo otro ser.

“Creo que si te apetece verlas, la vida puede estar llena de señales. El significado que se les otorgue depende también de uno mismo. Todos son correctos e incorrectos a la vez” (página 240)


Este libro está lleno de señales, de nuevos comienzos, de perdidas, de superaciones y de auténticas lecciones de la vida, a veces desarrolladas con ciertas licencias literarias del autor pero a las que no hay que hacer caso, hay que mirar más allá para ver el verdadero sentido de la historia.

Sin lugar a dudas una pequeña joya de las que uno descubre por atreverse a buscar entre los títulos de editoriales pequeñas.

Autor:

Alfonso Castillo Fernández (A Pobra do Cañamiral, 1985) estudió periodismo y guión cinematográfico en Santiago de Compostela, Barcelona, Praga y La Habana. trabajó en series de televisión como guionista y editor. Ha tenido otros empleos como redactor de guías turísticas, vendimiador, monitor de vela y peón de arqueología, que le ha permitido escribir su primera novela.