El libro que hoy os traigo para reseña es una muestra que por norma general suelo leer de todo y aunque uno siempre tiene sus preferencias, tanto en el cine como en la literatura me encanta la comedia romántica porque creo que son ideales para pasar buenos ratos de una forma desenfada y sus historias no precisan de grandes dosis de concentración. Relajarse y disfrutar.

Hacía tiempo que no pinchaba en hueso y con Cariño, cuanto te odio me he llevado un chasco hasta tal punto que estuve a un tris de abandonar el libro, aunque aguanté el tipo lo suficiente como para lograr llegar a su parte final donde encontré la historia algo más interesante aunque ya era algo tarde.





Título: Cariño, cuánto te odio.
Título original:The Hatting Game
Autora: Sally Thorne.
Traductor: Santi del Rey.
Editorial: Espasa.
Año: 2017
Género: Chick Lit, Romántica.
Páginas; 416 páginas.
ISBN: 9788467050455



Sinopsis:
Lucy Hutton es la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de los títulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequeña editorial con una gran editorial comercial, y Lucy se ve obligada a trabajar con Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial, preocupado únicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay sólo un paso…
(Sinopsis facilitada por la editorial)


                                                         

Impresiones:


La portada sin ser un derroche de virtudes llamó mi atención lo suficiente como para que leyera una sinopsis que prometía horas de diversión.

Lucy Hutton es asistente en Gambin, una editorial preocupada por la calidad de los libros que edita. El opuesto a Lucy es Joshua Templeman que ocupa el mismo puesto pero en Bexley, una editorial más preocupada por las ventas y las estadísticas. Debido a la crisis en el sector, ambas editoriales se fusionan en Bexley & Gambin donde nuestros protagonistas terminan trabajando uno frente al otro.

Ella es una chica siempre dispuesta a ayudar a sus compañeros, divertida y simpática aunque algo inocente. Él en cambio es serio, estricto y siempre tiene una frase lapidaria para amargarle el día a cualquiera. Podría ser una de esas joyas que nadie quiere para sí pero tiene una cualidad, es un hombreton que viste de forma impecable, todo lo que se ponga le sienta de escándalo y además le duele la cara de ser tan guapo.

Lucy odia a Josh pero se derrite cada vez que lo ve entrar por la puerta con su camisa bien planchada y marcando virtudes. Él por su parte parece que vive para sacar de sus casillas a la pobre Lucy, por lo tanto blanco y en botella nos da que entre ellos va a surgir algo.

La historia, contada de principio a fin por la protagonista me ha recordado a esos momentos donde uno dice “no `puedo vivir contigo, ni sin tigo, ni con ti”. Puede que eso es lo que peor haya llevado de la novela, páginas y páginas de Lucy describiendo lo bueno que esta Josh o lo mal que le cae, sin que ocurra nada y con unas ganas enormes de soltarle un grito en plan “por qué no te callas ya hija”. Fue entonces con ese primer sentimiento (luego vendrían muchos más con esa misma idea expresiva) cuando me di cuenta de que la novela se convertía en un monologo de Lucy hablando de Josh donde no ocurría nada salvo lo justo y necesario para que la novela discurriera en busca de su final.

 En medio de todo, una promoción interna en la oficina propicia que ambos compitan para un puesto que supondrá el abandono de la editorial para el perdedor y eso si tengo que reconocer que dio bastante juego.

Llegados a este punto, que estuviera ambientado en una editorial me hacía mantener el interés por la historia más que nada por conocer algo interesante del mundillo pero ni por esas ya que la infomación fue poca  y más allá de algunos repuntes en ciertos momentos que conseguían volver a engancharme a la trama, eché en falta algo más de montaña rusa en una relación algo forzada. Algo más de participación de Josh y tener algo que me hiciera reflexionar sobre la actitud del chico no hubiera estado nada mal.

He visto opiniones de todos los colores y tengo que reconocer que no comparto las críticas positivas,  nunca he podido sentirme identificado con las reflexiones de Lucy, ni con el comportamiento de Josh y en cuanto a los  aspectos que he leído  que no gustan de la historia apoyo muchos de los comentarios que se vierten. Creía que iba a tener algo más de comedia romántica (no le niego varios golpes muy buenos) y menos de cincuentas sombras de Grey light.(puede que con este último me haya pasado pero las escenas de sexo aunque bien descritas me han resultado dispares, momentos de ducha fría en lugar de abandonarse a la lujuria, la pasión y el desenfreno).

Lo he intentado lo juro y aunque al final el libro explica algunos detalles interesantes y la cosa mejora para mi ya era tarde y no me convenció para cambiarle la nota.

Habrá sido este libro el que haya iniciado el declive de mi opinión que las comedias románticas no están vedadas a los hombres. Creo que esto podría original un debate de los buenos que sería interesante desarrollar.


Autora:



Sally Thorne sabemos que vive en Camberra (Australia) pero desconozco si es oriunda de ese país ni
la edad que tiene puesto que poco más se puede conocer de ellas en los lugares más corrientes para buscar información sobre los autores (ni en la propia página de Planeta tiene una pequeña biografía sobre su autora. Esta es la primera novela de la autora que fue editada por Harper Collins fuera de España y comprado sus derechos por Espasa en España.. 






Josh Acosta nació en Santa Cruz de Tenerife aunque desde hace algunos años reside en Madrid. Con 22 años se esta convirtiendo en la nueva figura que siguen miles de fans de la música urbana pop.

La semana pasada estuvo de promoción en Sevilla y pudimos hablar con él y que nos contara algo más sobre su vida y algunas curiosidades sobre su último trabajo y el mundo de la música en el que esta inmerso y que forma parte de su vida.

Encontramos a un chico que respira, sueña y vive para y por la música, un joven con mucho talento y mucha humildad para quien el trabajo duro es sólo el camino que hay que tomar para llegar cumplir sus sueños que es lo que persigue desde hace tiempo.

Sorprende la madurez que gasta con su edad, aunque cuando tienes las cosas claras y sabes que es lo que persigues y la manera en que hay que conseguirlo no puede haber otro discurso y él lo tiene claro como expresarlo.


Su nuevo tema Loco x ti ha superado en poco tiempo el éxito que tuvo el anterior y da muestras de que este chico de momento va cada vez a más.




Libros en el petate: Buenas tardes Josh bienvenido a Sevilla y encantado de conocerte.

Josh Acosta: Muchas gracias e igualmente.

L.P: Para comenzar y hablándonos de ti, podrías decirnos quién es Josh Acosta.

J.A: Josh Acosta podría definirlo como un chaval de ocho años que se empezó a interesar por la música tocando la guitarra y cuando aprendió su primer acorde se enamoró completamente de ella y desde ahí hasta hoy ha estado toda su vida ligado a la música. Un niño que con mucha ilusión  ha querido perseguir su sueño desde siempre.

L.P: Empezaste con ocho años acabas de comentar, una edad muy temprana.

J.A: Si desde pequeño y desde que me empecé fui aprendiendo a tocar la guitarra, el bajo, el piano, la batería y algún que otro instrumento más.

L.P: Dejas tus islas canarias y aterrizas en Madrid. Cómo fue esa experiencia de dar el salto.

J.A: Al principio fue complicada porque uno debe tomar la decisión de dejar su casa, su familia, sus amigos y eso es siempre difícil pero cuando se lo propuse a mi madre me apoyo en todo y dijo para adelante, apoyándome en todo momento, dejando su casa, su trabajo y se vino conmigo. Tras estos años algo complicados ya estoy asentado, tengo mis amigos y me siento como en casa, no me siento como un extraño, al contrario sino super bien acogido.

L.P: Se puede decir que tu madre es uno de los pilares fundamentales en tu carrera.

J.A: Si, es la persona que más me ha apoyado y ha estado ahí desde un principio, creyendo en mi de forma incondicional.

L.P: Estas presentando tu nuevo single Loco x ti. Háblanos de ella y de cómo surge.

J.A: Loco x ti surge un día estando en casa mientras componía y pensaba en el amor entre los jóvenes que se vive de forma intensa como si cada amor fuera el último. Esta canción de lo que habla es de ese amor imposible por motivos de diferencia de edad o por cosas como la distancia, vivido desde el punto de vista de una persona joven como soy yo o cualquiera de mis seguidores que escucha mi música.

L.P: A parte de tocar varios instrumentos también compones. En tus canciones la parte de la composición es tuya o hay alguien que también participa en las letras.

J.A: Generalmente suelo ser sólo yo porque me gusta que las letras salgan de mi puño y letra porque así transmito más lo que quiero expresar. Al fin y al cabo el intérprete soy yo y quien mejor para cantar una canción que ha salido de mí que yo.

L.P: Qué te inspira y que clase de música te gusta componer.

J.A: Suelen ser vivencias autobiográficas personales pero si es verdad que también he escrito canciones que han surgido en mi cabeza como si fuera el guion de una película  y lo plasmo para dar rienda suelta a un sentimiento que quiero transmitir.

L.P: Ha cambiado mucho tu música de aquel chaval que cantaba en los colegios con aquella edad temprana al Josh Acosta de la actualidad.

J.A: Pues si porque empecé cantando canciones de los ochenta con versiones de Guns & Roses, ACDC, Nirvana porque yo siempre he sido muy rockero aunque no me decanto por ningún estilo porque me ha gustado todo tipo de música desde la salsa, al reguetón. Mi estilo actual podría decirse que es una música urbana influenciada por mi familia que de joven emigró a Latinoamérica y quieras que no eso me hace sentirme muy vinculado al sur de américa.
   
L.P: Hablando de aquella parte del globo he visto que tienes bastante tirón por esas tierras.

J.A: Si, estoy muy contento porque he encontrado mucho apoyo en México y Argentina sobre todo y algo en Colombia.

L.P: Cómo ves a Josh Acosta echando la vista atrás porque en muy poco tiempo la vida te ha cambiado mucho.

J.A: Mirando hacia atrás, a Josh Acosta lo definiría como un chico inocente y con mucho que aprende porque quieras o no este mundo es muy complicado que guarda muchas sorpresas y muchos palos pero del que se aprende mucho y que te hace madurar y eso te ayuda a componer mejores canciones y ser más reflexivo con uno mismo.

L.P: Donde te ves dentro de veinte años. Te gustaría seguir en un escenario o en otro puesto dentro de la música.

J.A: Lo que tengo claro es que quiero dedicarme a la música. Sea delante de un escenario o detrás como productor. Respondiendo a la pregunta de cómo me vería dentro de veinte años te podría contestar que siendo delante de miles de personas en un estadio  o de diez en el escenario de un bar me da igual pero siempre en un escenario.

L.P: Me he llevado una sorpresa al saber que trabajas con dos personas de la talla musical de Tom Coyne y de Benny Stelee con los que me imagino que uno debe disfrutar mucho pero que a su vez la responsabilidad de trabajar con ellos debe ser grandísima.

J.A: Verdaderamente es una pasada porque en ningún momento pensé que me fuesen a contestar y les gustó mucho mi proyecto y han hecho las mezclas y los arreglos de la producción con mucha ilusión y tratando el proyecto como si fuera el de cualquier otro artista de talla mundial y eso me gustó muchísimo.

L.P: Tu ascenso ha sido algo meteórico porque de buenas a primeras has tenido un montón de
fans en las redes sociales, muchas visitas en tus vídeos. Cómo te manejas en esto de las redes sociales, qué importancia crees que tienes.

J.A: Yo creo que es lo más importante que tiene ahora mismo un artista o cualquier persona que quiera difundir su música en los medios porque es un vehículo que llega a todas partes del mundo y da igual los recursos que tengas.

L.P: Me imagino que siendo tan joven y llevando esta vida será un poco difícil tener cierta disciplina. Crece uno más deprisa llevando este ritmo.

J.A: Ser joven no influye en que sea difícil llevar una disciplina o no. Al fin y al cabo los futbolistas empiezan muy jóvenes y si es lo que verdaderamente te apasiona y quieres hacerlo no te importa dedicarle las horas que sean necesarias. Lo importante es hacer algo que te ilusione  y el resto viene solo.

L.P: Volviendo otra vez a tu single, este salió hace unos meses. Qué recibimiento ha tenido.

J.A: Ha tenido un recibimiento bastante bueno en mi opinión porque la canción Tú no sabes cuanto tuvo 146 mil visitas en un año, con Loco x ti se alcanzó la misma cifra en unas semanas.

L.P: Me imagino que será fruto de ser más conocido por el público.

J.A: Por supuesto y también el recibimiento del single que ha gustado mucho al público y a los medios también a los que agradezco enormemente porque me ha dado un apoyo muy importante.

L.P: Esta canción es algo más movida que la anterior verdad?

J.A: Yo diría que es un poco más urbana que la anterior, tiene un sonido más latino y eso me gusta porque es por ahí por donde voy a ir enfocando mi música a partir de ahora.

L.P: Mi favorita es esta, la veo hasta más pasional incluso.

J.A: Estoy contigo, también me gusta más y también me lo parece.

L.P: Josh hasta aquí mis preguntas y espero que hayas estado a gusto y disfrutes de tu estancia en Sevilla y por supuesto te deseo muchos éxitos.
J.A: Muchas gracias




La reseña de hoy se hace difícil por dos razones. La primera es el temor que tenemos much@s cuando hablamos de un libro, de no expresar bien las sensaciones que nos ha dejado. Olvidar detalles que compartir con los que te leen y con ello no hacerle justicia. No trasmitir el testigo de un sentimiento adquirido con ese libro y que te encantaría que todo el mundo pudiera disfrutar del mismo modo que has hecho tú. La segunda es más personal, se trata de intentar ser lo más objetivo posible sin que me pueda la confianza y la amistad adquirida con Salvador. Creo que la sinceridad de un lector  para un escritor es fundamental y es con ella con la que el autor puede aprender o reflexionar sobre el trabajo realizado.



Título: El hombre que ya no soy.
Autor: Salvador Navarro.
Editorial: Algaida Editores.
Año: 2017.
Genero: narrativa contemporánea.
Páginas: 615 páginas.
ISBN:9788490678473




Sinopsis:
Elisa, sevillana en la cuarentena y con dos carreras universitarias, aunque es de buena familia tiene una vida echada a perder, cree encontrar su salvación en Roberto, un alto ejecutivo de abrazos imponentes. Despojada de toda ética, se entromete en el territorio explosivo de un hombre de éxito en plena catarsis por la muerte violenta de su hermano pequeño; seduce a Fidel, amigo inseparable de su ansiado objeto del deseo, para acceder a él sin entender de las lealtades entre ellos, haciendo de cada paso un intento desesperado por dejar de ser una mujer maldita.
(Sinopsis facilitada por la editorial)



                                                            

Impresiones:


El hombre que ya no soy es la nueva novela del escritor sevillano Salvador Navarro, un autor que conocí con su anterior novela y que ha sabido engancharme a sus libros por su manera tan personal de escribir. Lo dije en su momento con mi anterior reseña. Los mundos que construye Salvador Navarro pueden parecernos en un primer momento difíciles de creer vistos desde nuestra zona de confort, desde una vida rutinaria. Pero Salvador página a página te convence de que son reales con cada capítulo y con su estilo los llena de sentimientos convirtiéndolos en mundos tan cercanos que una vez dentro será difícil salir de ellos.

Este libro forma parte de mi lista de mejores lecturas del año 2017 y con esta reseña espero poder dejar claro los motivos que me llevaron a incluir su lectura entre mis favoritas.

La sinopsis de El hombre que ya no soy dice realmente muy poco si tenemos en cuenta el conjunto de la historia. Si contara más nos privaría de la sorpresa, del placer de ir descubriendo capitulo a capitulo como todo está relacionado entre sí, pero no sabremos cómo hasta llegar al punto en que es el autor quien permite que vayamos atando cabos. Recorrer la trama de esta novela es conocer a un puñado de personajes a los que engancharte. No sé cómo lo hace, pero Salvador ha creado un elenco magistral, cargados de matices, de vidas por exprimir en manos de un lector en el transcurrir de cada página.

Resumir es entonces una pérdida de tiempo y no quiero hablar de sinopsis puesto que este libro tiene que sorprenderte. Mejor es adentrarse en ella página a página y descubrir que es un drama, con cierto toque de misterio como el que nos otorgan las novelas negras con culpables aún por descubrir. La droga será el elemento que Salvador Navarro use de llave para introducirnos en el mundo de los bajos fondos de una Sevilla, que como ya hiciera en su anterior novela recorreremos de una punta a otra como si de una road movie local se tratará. Son esos pequeños trayectos de un escenario a otro de la ciudad, sus capítulos cortos, el desarrollo frenético de los hechos y un montón de dudas que despejar lo que hará que el lector vuele por sus páginas a pesar del volumen de la novela.

Corrupción, traiciones, amor, sexo, droga, estafas, asesinatos, venganza son todos temas que forma una larga lista de lo que vamos a encontrarnos y que ponen en pie una historia interesante pero que para mí se sitúa en un segundo plano cuando sus personajes desfilan uno a uno por el escenario y los voy conociendo. El gran mérito de esta novela es encajar una historia con tantos giros entre un elenco de personajes tan profundos y con tantos matices. Sencillamente brutales, con tanta fuerza que cada uno de ellos podría dar para una novela independiente y puede que al final el secreto es que Salvador en la vida real es ingeniero y ha construido su obra de ingeniería partiendo de unas piezas primordiales como son los sentimientos para que funcione como un engrasado motor que propulsa vidas con las que reflexionar y agarrarse durante toda la novele. Es imposible al lector escapar de la reflexión, de la animadversión o la empatía a uno u otro personaje de la novela. Navarro nos otorga el papel de juez porque El hombre que ya no soy no tiene sentido si no juzgamos para bien o para mal las vidas de sus personajes. Porque la vida hoy más que nunca y lo defiendo ante cualquiera se hace en los bares, en esos que desfilan por los escenarios a los que Salvador nos acerca y donde tantas confidencias, mentiras y preguntas indiscretas tienen lugar. Butaca de lujo en la que sabe colocarte para que lo vivas en primera fila y lo puedas sentir como si allí mismo estuvieras.

Tengo que reconocer que me costó cierto trabajo entrar en la historia debido a esa bruma por la que andaba Elisa (su protagonista) al principio y que aunque le seguí los paso no sabía hacia donde me llevaba. Pasadas unas decenas de páginas me di cuenta que la paciencia es una gran virtud y que todo llega para el que sabe esperar. No sé si el autor nos quiere dejar una moraleja entre tanto ir y venir de personajes. Puede que todo este expuesto para que cada uno reflexione lo que más le apetezca o crea ver y que entre tanto ángel caído que habita en suelo terrenal, los silencios que muchos guardan y luchan para que no les exploten dentro de sí en el fondo no son tan diferentes a los que la vida real nos tiene acostumbrados a presenciar.

Me quedo con ese mundo donde las clases altas y acomodadas bajan a los infiernos, mostrándonos que en el fondo no dejan de ser igual de juguetes rotos que cualquiera que padece la misma miseria material. Unas clases más desfavorecidas que en muchos casos demuestran más lealtad de lo que se les presupone y que tendemos a tacharles de muchas cosas antes de comprobar quienes son y qué les ha hecho ser así.

Quiero ser tan leal como Fidel, tender una mano a esa Elisa para que salga del infierno que vive con cada paso que da, quiero enamorarme de Mariola y de esa personalidad suya. Que Alfredo sea mi profesor de filosofía en la barra de los bares y escuchar música en el apartamento de Roberto mientras su madre Paca nos hace puchero de acelgas con todos sus habíos.

Kierkegaard decía que "la vida solo se puede comprender al mirar hacia atrás, pero hay que vivirla mirando hacia adelante” y estoy seguro que esta frase define muy bien la forma de escribir de Salvador Navarro, un escritor que no olvida de donde viene y que con cada novela aprende para mejorar en su siguiente novela.

La vida podría ser muy sencilla como dice uno de los protagonistas del libro pero la realidad es otra bien distinta y Salvador nos pone un ejemplo como puede ser cualquier realidad, llena de personajes cuyas vidas giran bruscamente cuando menos se lo esperan. Cualquier cosas es esta novela menos predecible y en eso radica otro de su puntos interesantes aunque el verdadero interés ya os lo mencione antes.

Cuando una novela te deja helado, con el cuerpo cortado a mitad de su trama debido a un suceso, te roba una lágrima, te hace cerrar el puño de rabia o repetir una frase para que se quede grabada por mucho tiempo en tu memoria, se hace digna  merecedora por motivos propios de figurar  entre tus mejores lecturas del año pasado.

Autor: 



Salvador Navarro (Sevilla, 1967). Ingeniero industrial de Renault. En 2002 publió su primera Eres lo único que tengo niña, a la que le siguió Rosa.0, Andrea no está loca, No te supe perder (2011) y Huyendo de mí (2015). Muy influido por la narrativa americana del siglo XX, desarrolla una literatura urbana con fuertes componentes psicológicos.





Estamos en Febrero, hace frío y estamos plena semana donde los enamorados se debaten en cómo ser más originales a la hora de sorprender a su contrari@ en un ambiente que se inunda de corazones por doquier. Yo por mi parte, sin perder de vista el amor prefiero en esta fecha recordar a un padre que ese 14 de Febrero dejaba demasiado pronto el plano material para alojarse permanentemente en la memoria espiritual. Dentro de mi celebración particular, me he topado con un libro que me ha servido de abrigo y refugio entre sus letras, para abrazado a ellas, hacer más placentero el dolor dulce de mis heridas producidas por el recuerdo.



Título: Crónica de ausencias y de la luz y del olvido.
Autor: Ignacio Mª Muñoz.
Editorial: Cuadernos del laberinto.
Año: 2017.
Género: Poesía.
Páginas:  104 páginas.
ISBN: 9788494759598





Sinopsis: 
Un amor profundo y único, la vida enfrentándose a la muerte y el vértigo ante la ausencia conforman los versos de Ignacio Mª Muñoz, que se nos desvela como el poeta de la pasión.
El lector profundizará en estas páginas en el sufrimiento ante la lejanía de la amada y ante la proximidad de un fin siempre manifiesto. Versos teñidos de esperanza que rememoran un pasado ahogado y que ansían la luz de la mirada del amor.
Crónica de ausencias y de la luz y del olvido están dotados de un lenguaje poético sincero y rítmico en donde el cuerpo y el alma quedan aprisionados por la emoción y (todo aquel que ha amado y perdido ) se identificará plenamente con estos versos.
(sinopsis facilitada por la editorial)

                                                              

Impresiones:


Crónica de ausencias y de la luz y del olvido es un libro para abandonarse a él, para disfrutar con cada verso y perderse en el tiempo mientras se saborea cada arañazo al alma que aguardan en muchos de sus rincones y esperan al lector agazapados  entre sus páginas. Sin duda es un libro al que  volver una y otra vez siempre que nuestros sentidos lo pidan a gritos, porque hay veces que el dolor o la melancolía se curan con más dolor y más melancolía.

Dividido en dos partes, en realidad son dos poemarios, la primera Crónica de ausencias donde el autor se transforma en una cuestión continua preguntándose de su existencia sin ese ser amado, de tantos por qué y una única respuesta en forma de ella. La segunda parte, De la luz y del olvido nos habla del fin de la existencia, de lo que nos conduce a la muerte en la que muchas veces se convierte esa ausencia de lo querido que para nosotros se convirtió en vida.

Poemas en su mayoría que nos recuerdan al estilo clásico, de una profundidad y una sensibilidad fuera de toda duda y que a ojos de amantes de los versos sin lugar a dudas dejaran huella. Son el claro ejemplo del uso de la palabra como medida del sentimiento, calibrando el amor y sus consecuencias a cada verso. Un verso fresco en muchas ocasiones cuando el autor busca el símil con la siempre eterna naturaleza que tanto inspira a los atormentados del amor.

Dicen que no se debe recordar los amores perdidos porque nunca se pasa página y no nos deja vivir y seguir adelante, pero en muchas ocasiones la esperanza de lo que pudo ser y no fue, los anhelos de lo que se siente pero no se confirma es otra forma de medir todo lo bueno que fue lo que dejamos atrás o lo que se truncó.

Fragmento:

Se me fue el alma al aire
que volaste con tus besos
y sentí el tacto
de tu ausencia amarga
con el dulce deseo
de llamarte.


En el fondo, por muy triste que en ocasiones sean los versos Ignacio Mª Muñoz no deja de recordarnos que ese mismo sentimiento de final le lleva a recordar que sigue vivo y que  la vida continua, para renacer quizás con más fuerza.

Autor:


Ignacio Mª Muñoz (Bilbao 1959). Vive en Madrid desde hace treinta años. Comenzó su carrera
profesional ejerciendo la abogacia y tras muchos años como directivo de entidades financieras españolas y extranjeras, en la actualidad es socio de una consultora especializada en marketing de marca.
Ha publicado numerosos artículos sobre asuntos relacionados con su profesión y escribe regularmente sobre arte contemporáneo. Además de los dos poemarios qeu constituyen este libro, es autor de las novelas Partido de vuelta y Mañana ya no es fiesta.








"Escribir es un vicio al que no pienso renunciar".

Con esta frase termina nuestra entrevista a Laura Higuera, una Cartagenera que estudió Historia, aunque por el camino flirteo con la carrera de medicina para terminar viviendo en una ciudad como Madrid de la que se confiesa enamorada y regentando un restaurante junto a su marido en la capital. 

Su primera novela, El ángel negro es un thriller negro, negrísimo como las pinturas de Goya con dos líneas temporales. Una actual en el Madrid del 2016 donde un hombre es asesinado brutalmente en el Museo del Prado  y otra en la Venecia de 1873, donde retrocederemos para conocer cómo se fraguaron las pinturas del maestro aragonés y conocer parte de su leyenda más oscura en torno a su obra.

Ambas historias estarán relacionadas con un fino hilo conductor, casi imperceptible para el lector que vivirá dos historias independientes hasta que en un giro final como era lógico en un trepidante final podrá relacionar ambos relatos.  






"El Ángel Negro tiene mucho de thriller y mucho de novela negra" Laura Higuera


Libros en el petate: ¿Por qué Goya, qué tiene el maestro? 


Laura Higuera: Goya es un genio absoluto, uno de los mayores referentes del panorama artístico universal. Quizás esté entre los tres o cuatro nombres indispensables del mundo de la pintura de todos los tiempos. Le tocó vivir en una España muy complicada y además su mundo interior era muy particular: ambos hechos acabaron por forjar su carácter, una personalidad pasional y oscura. Por ello, el maño supo plasmar como nadie los desastres de la guerra, y también los de la vida. Además, es el precursor del Romanticismo.

L.P: Qué hizo que Laura Higuera llegara a una historia como El ángel negro.


L.H:  Una novela es la suma de muchas cosas, de multitud de momentos, de diálogos, de imágenes que uno va guardando en su cabeza para luego darles forma. Si tuviera que marcar un inicio, sería el de los diez años. Aunque mi familia y yo no vivíamos en Madrid, veníamos con cierta frecuencia a la capital. Mi abuelo en tres o cuatro ocasiones me llevó al Museo del Prado. Yo era demasiado pequeña para entender de pintura, pero sí me gustaba aquél mundo de colores y formas. Me envolvía. Un día de agosto, justo en la sala de las Pinturas Negras y precisamente delante del cuadro Saturno devorando a su hijo, una señora cayó al suelo desmayada. Yo no pensé en aquel momento que fuera por ser pleno verano, no identifiqué el suceso con un golpe de calor sino con el hecho de que ver cómo un Dios practica el canibalismo con su prole le había resultado tan estremecedor y tan siniestro a aquella mujer que había caído rendida, literalmente, ante todo el dolor que esa escena encierra.

L.P: La historia y la medicina son dos carreras que usted conoce muy bien. Están presentes en su libro por pasión o sólo por aprovechar la coyuntura del conocimiento.

L.H: Uno siempre tiene que valerse de lo que sabe, y por supuesto aprender de lo que no sabe, a la hora de escribir una novela como El Ángel Negro, tan ligada, por ejemplo, a la España de los últimos coletazos del siglo XIX. Es cierto que el haber estudiado Historia me ayudó a tener más clara la coyuntura tan especial que atravesaba el país, no sólo en aquel entonces sino también décadas antes, cuando Goya plasmó sus Pinturas Negras sobre los propios muros de la Quinta del Sordo, la casona donde vivía. Con respecto a la Medicina, he usado ciertos conocimientos, pero también es verdad que había cosas que no tenía del todo claras. Uno siempre acaba tirando de bibliotecas y archivos para estas cosas. Pero sí, sin duda el estudiar ambas carreras me ha servido de apoyo a la hora de escribir.

L.P: Venecia y Madrid son dos ciudades que aparecen en el libro y retratadas de una forma que podría decirse que hasta se pueden oler. Son obsesión o pasión.

L.H: Yo creo que la obsesión y la pasión son dos cosas muy parecidas. Por ejemplo y ya que estamos hablando de Goya, su pasión por la vida le llevó a su obsesión por ella. Mi caso no es tan acusado, no obstante. Madrid es mi ciudad fetiche, además de ser el sitio en el que llevo viviendo diez años. Creo que por eso he sabido describirla muy bien, tanto el Madrid del presente como en el de hace siglo y medio. Además, la gran labor documental realizada me ha ayudado mucho. Con respecto a Venecia es curioso, todo el mundo que ha leído la novela y ha estado allí me comenta que la describo a la perfección, cuando lo cierto es que sólo la he visitado una vez. Venecia, al igual que ocurre con Madrid, me apasiona, aunque de modo bien distinto. Digamos que es una pasión más romántica que otra cosa.

L.P: Su novela es un thriller o novela negra. Teniendo en cuenta que este género es muy amplio cómo definiría su obra.

L.H: El Ángel Negro tiene mucho de thriller y mucho de novela negra. Muerte, arte, enigmas, un pasado no del todo olvidado, venganza, historia y sobre todo, pasión, son los ingredientes fundamentales a partir de los que se nutre. Poniéndole todos los nombres y apellidos, diría que es un híbrido de novela negra y de thriller histórico asociado indisolublemente al concepto de arte.

L.P: Algunos de sus personajes representan todo un catálogo de caprichos y buen vivir. Son deseos ocultos de la autora.

L.H: Todos tenemos deseos ocultos, ¡no iba a ser yo la excepción! Pero por suerte, la inmensa mayoría de mis deseos están ampliamente satisfechos. Ada Adler es un poco esnob, por ejemplo. Le encanta eso del buen vivir (o lo que ella entiende por buen vivir, que son cosas muy distintas). Alessandra Abad también es de ese tipo de mujeres que sería mucho más feliz con una copa de buen champagne que con un vino barato. Sin embargo, mi personaje favorito, Bernardo Vera, se siente maravillosamente bien con un bocadillo de calamares o unas anchoas y una cerveza, siempre que la compañía sea la adecuada. Yo soy muy visceral, como Vera.

L.P: Justifica la venganza, el odio.

L.H: La novela gira en torno al deseo de venganza, a la sensación de que si una cuenta queda saldada el alivio va a ser mayúsculo. El odio es una consecuencia inherente de todo eso. De hecho, creo que uno se odia muchas veces a sí mismo por querer vengarse, y que, en vez de asumir ese “auto-odio” lo vuelca en una tercera persona. Todos tenemos nuestras propias batallas, y en El Ángel Negro aparecen magnificadas a modo de núcleo argumental.

L.P: No cree usted en las buenas personas o es que en su libro no cabían.

L.H: Jajaja, es muy buena pregunta. Yo soy más bien bastante inocente (o bastante práctica, vaya usted a saber), y creo que todavía no he conocido a una mala persona. Salvo excepciones opino que no hay malos sino malditos (ya lo comentaba Savater en uno de sus libros), es decir, personas a las que les ha tocado actuar de determinada forma por unas circunstancias muy concretas: su maldad es producto de su pasado. Eso por supuesto no resta culpa, pero sí añade cierta melancolía. Ahora que lo pienso, a lo mejor el hecho de no conocer a gente mala me lleva a interesarme por la maldad.

L.P:  Cada capítulo comienza con una cita. Representan sus gustos en cuanto a literatura o venían bien para el capítulo.

L.H: Ambas cosas. Haciendo examen mental de las citas que he ido poniendo en la novela, me doy cuenta de que hay autores que parafraseo, como Thomas Mann o incluso como Ian Fleming, sin los cuales me sería más complicado haber adquirido cierto bagaje literario. También me gusta el cine de Álex de la Iglesia, al que también cito. Así que, contestando a su pregunta, las citas del inicio de cada capítulo son el resultado de ambas cosas: el placer de me proporciona leer condensado en frases de algunos de los “grandes”, y el hecho de que cada una de ellas habla muy bien sobre el capítulo que introduce.

L.P: Tengo que reconocer que los giros que la da trama me han sorprendido. Estaba ya todo premeditado o surgió mientras escribía.

L.H: Estaba todo premeditado, si bien es cierto que existen algunos detalles que se van añadiendo a posteriori, a demanda, digamos, del propio discurso narrativo. Sabía muy bien lo que quería contar y además sabía cómo hacerlo, y para ello resultaban indispensables dos cosas: la primera, la labor documental, que para el caso de esta novela tuvo que ser ingente; y la segunda, tener un esquema mental perfectamente hilvanado de todos los sucesos que tienen lugar a lo largo de El Ángel Negro, que son muchos. Si no tienes absolutamente claro lo que quieres contar, eso acaba notándose en algún punto, o varios, de la trama.

L.P: Primera novela y espero que habrá más. Cómo ha sido ese primer contacto con el mundo de la publicación o ya lo conocía.

L.H: No: ésta ha sido mi primera vez. Y la toma de contacto ha resultado muy interesante. Dese cuenta de que cualquier novela cuando es engendrada nace únicamente como una idea, a veces muy vaga, que va gestándose en la cabeza de uno. Ni siquiera se es consciente en muchas ocasiones de que el “embrión” vaya a transformarse en historia, ya no digamos en un libro editado por una gran firma como es Ediciones B. El proceso idea-enriquecimiento de la misma-labor documental y el instante en el que te animas a poner la primera palabra sobre el documento en blanco, es absolutamente apasionante. Igual de apasionante que el que te publiquen. De repente los personajes que eran “tuyos” se convierten en seres compartidos. Sin duda, habrá más novelas firmadas por Laura Higuera, y además estoy en ello. Escribir es un vicio al que no pienso renunciar.

L.P: Laura un placer conocerla y aprender tanto de Goya gracias a su novela.

L.H: Muchas gracias y encantada.

La caricia de la bestia fue un libro que me sedujo desde el primer momento por distintas razones. Un sinopsis atractiva y no por que en ella apareciera la palabra zombi que aunque no me disgusta, no fue la razón principal. Tenía fe en la historia y creo que tras su lectura no me han defraudado las expectativas puestas  en ella. Otra de las razones era su localización, una zona la de Grazalema bien conocida por mí por alojarme  en varias ocasiones en ese pueblo  y recorrido sus parajes cada vez que la ocasión lo ha propiciado. No me negareis que leer una novela ambientada en un lugar que conoces bien  no es atractivo. La tercera razón y puede que la tuviera más peso eran la de sus personajes. Atisbaba que podía ser una pareja explosiva y que la figura de la inspectora era todo un aliciente digno de conocer. 





Título: La caricia de la bestia.
Autora: Cristina C.Pombo.
Editorial: Espasa.
Año: 2017.
Género: Novela negra, thriller, misterio.
Páginas: 437.
ISBN: 9788467050424




Sinopsis:
En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.

La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria  y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.

Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que  atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro.

(sinopsis facilitada por la editorial)


                                                                  

Impresiones:


Dos adolescentes se adentran en el bosque aprovechando la soledad del paraje para dar rienda suelta a sus deseos más íntimos. De pronto alguien les ataca de una forma tan violenta que el terror se apodera de ellos. Hay algo muy extraño en ese ataque y en los sucesivos que ocurrirán en otros puntos de este enclave  montañoso del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. La encargada de investigar estos sucesos será la inspectora Laura Tébar y el subinspector Merino. Dos compañeros muy distintos entre sí que harán de guías a través de las pistas, las hipótesis y alguna que otra teoría extravagante por una historia a ratos original y a ratos interesante que en su conjunto me ha gustado bastante porque la trama me ha tenido a la expectativa desde principio hasta el final, un final cerrado y con todo bien atado. Un thriller a la española con ciertos toques de acción, que mantiene al lector sospechando de todo y de todos.

En un espacio temporal actual, la autora nos traslada a la sierra de Cádiz, concretamente a una zona de los pueblos blancos donde los paisajes son de auténtica postal y los pueblos pequeños y con mucho encanto. Puede que el escenario este algo desaprovechado y me hubiera gustado  algunas referencias más a lugares interesantes de la zona pero es opinión personal puesto que se agradece que para una historia  como esta, se acuerden de que el sur también existe.

La caricia de la bestia es un thriller moderno donde las nuevas tecnologías tendrán un papel importante al igual que otros temas de bastante interés como el machismo dentro de ciertos sectores de la sociedad, la corrupción, el amor y la soledad. Todo eso ira salpicando la novela a medida que vamos leyendo una trama que resulta misteriosa de principio a fin y que será con el discurrir de sus capítulos, cuando iremos arrojando luz para dar solución a dichos misterios.

Los personajes son una pieza clave dentro de la novela porque en varias ocasiones estos se comerán la historia y el caso quedará en un segundo plano para que centremos todo nuestro interés tanto en la inspectora Laura Tébar como en su recién estrenado compañero Merino.

Dos personajes potentes, con una tensión entre ellos que resulta algo infantil en algunos momentos pero que en otros será adictiva. Creo que como pareja me han resultado muy buena, de nivel, aunque se podría pulir ciertos clichés entre ellos que en ciertas ocasiones me han resultado repetitivos y demasiado recurrentes. Laura es una mujer que ya ha dejado atrás los cincuenta años, peleada con el mundo y de profesión borde por afición pero con mucho sufrimiento guardado dentro y que supura por todas las fisuras que la vida le provoca. Merino es un joven que está aprendiendo el oficio, abierto a conocer a la gente y a incluir en su trabajo algo de lo que el nuevo siglo nos ha traído. Poco a poco y con cuentagotas los iremos conociendo aunque para ello la autora nos irá mostrando fragmentos de sus vidas que nos ayudaran a comprender un poco más quienes son y el motivo de su carácter. Esta parte me ha gustado mucho porque mi opinión conforme iba conociendo más datos de ellos iba cambiando.

A pesar de ciertos peros que he encontrado en la novela y que son a gustos del lector el comienzo trepidante y el constante face to face entre los dos personajes ha hecho que siguiera la historia con interés, disfrutando poco a poco de cómo iban dando forma a las pistas para llegar a descubrir que estaba pasando y quienes estaban detrás de todo esto.


En su contra y algo que me ha podido en todo el libro ha sido los fallos en documentación y los gazapos sobre el trabajo policial. Después de leer la novela completa aún no sé si nuestros personajes son Policías Locales, Guardia Civil o Policías Nacionales porque si son lo primero realizan acciones de investigación que no les compete, si son policías nacionales no entiendo que hacen en un pueblo donde no tienen jurisdicción y Guardias civiles no pueden ser porque aunque se comportan como tal en un medio rural su graduación no les pertenece. Me ha hecho ilusión que en el libro aparezca el helicóptero del GREA (Grupo de Rescate y Emergencias de Andalucía) pero desgraciadamente no tenemos helicóptero desde el 2012 porque la Junta de Andalucía no podía hacer frente al coste de su mantenimiento. Todos estos pequeños detalles han hecho que no pudiera concentrarme en la historia como se merece.

Autora:


Cristina C.Pombo (Ourense, 1977) estudió música, dilología y arte dramatíco, completando su
formación con un máster en Creatividad y Guion Audiovisual. Ha trabajado como copy, directora artística, profesora, traductora y guionista de televisión. Colabora con sus artículos en medios como La Región o Pikara Magazine. En la actualidad compagina la docencia de letras y música con la escritura de novelas.