Con Dan Brown tengo sentimientos encontrados. Por una parte me gusta como rebusca en los enigmas, misterios y demás curiosidades de esta vida terrenal para despertar interés en el lector  y  poner en el candelero de la actualidad temas que permanecían olvidados o en absoluto desconocimiento para la mayoría. En su contra, con la experiencia de sus lecturas, sus localizaciones me han creado cierta desconfianza a la hora de creerme sus descripciones de ciertos  lugares porque por experiencia propia y por otras fuentes ya me he dado cuenta que no siempre son todo lo correctas que debieran. Sus tramas siguen un mismo patrón que ya me empieza a resultar algo repetitivo, y ciertos tópicos, los lleva a tal extremo que son presentados como verdades absolutas y en eso ,un autor del nivel de ventas como él, debería de tener mucho cuidado.


Título: Origen.
Título original: Origin
Autor: Dan Brown.
Traductor: Aleix Montoto, Claudia Conde.
Editorial: Planeta.
Año: 2017.
Género: Thriller, Acción.
Páginas: 637 páginas.
ISBN: 9788408177081




Sinopsis:

Robert Langdon, profesor de simbología e iconografía religiosa de la universidad de Harvard, acude al Museo Guggenheim Bilbao para asistir a un trascendental anuncio que «cambiará la faz de la ciencia para siempre». El anfitrión de la velada es Edmond Kirsch, un joven multimillonario cuyos visionarios inventos tecnológicos y audaces predicciones lo han convertido en una figura de renombre mundial. Kirsch, uno de los alumnos más brillantes de Langdon años atrás, se dispone a revelar un extraordinario descubrimiento que dará respuesta a las dos preguntas que han obsesionado a la humanidad desde el principio de los tiempos. 
Al poco tiempo de comenzar la presentación, meticulosamente orquestada por Edmond Kirsch y la directora del museo Ambra Vidal, estalla el caos para asombro de cientos de invitados y millones de espectadores en todo el mundo. Ante la inminente amenaza de que el valioso hallazgo se pierda para siempre, Langdon y Ambra deben huir desesperadamente a Barcelona e iniciar una carrera contrarreloj para localizar la críptica contraseña que les dará acceso al revolucionario secreto de Kirsch. 

Perseguidos por un atormentado y peligroso enemigo, Langdon y Ambra descubrirán los episodios más oscuros de la Historia y del extremismo religioso. Siguiendo un rastro de pistas compuesto por obras de arte moderno y enigmáticos símbolos, tendrán pocas horas para intentar desvelar la fascinante investigación de Kirsch… y su sobrecogedora revelación sobre el origen y el destino de la humanidad. 

(sinopsis facilitada por la editorial)


                                                               

Impresiones:


Origen es la nueva novela de Dan Brown que nos llevará a seguir una vez más, los pasos del profesor  Robert Langdon por ciudades tan nuestras como Bilbao, Madrid, Barcelona y Sevilla, en un presente tan actual que en algunos momentos la ficción más bien parecen guiños a la realidad.
Una trama de persecución, asesinatos y misterio trepidante al estilo al  que Brown nos tiene acostumbrado y que sin dejar de ser interesante ya empieza a sonarme algo repetitivo los clichés que conforman todas estas novelas (peligro para la humanidad, huida de Robert Langdon y nuevamente acompañado por una mujer y perseguido por el malvado de turno).
En esta ocasión todo parte del filántropo y antiguo alumno de Robert Langdon, Edmond Kirsch, un hombre cuyos avances en tecnología informática, le han puesto a la vanguardia de la actualidad social.  

Será el mismo Edmond Kirsch quien organice un encuentro en el monasterio de Montserrat con los tres principales representantes de las religiones en el planeta, el obispo Valdespino por parte católica, el rabino Yehuda Köves y el Ulema Syed Al-Fadl. Una reunión en la que les comunica que acaba de hallar un descubrimiento que sacudirá los cimientos de la fe en general porque demostraría que todas sus enseñanzas están equivocadas, lo que llevaría a cuestionarse las creencias de millones de personas en el mundo.

Nuevamente un thriller de acción trepidante que se desarrolla en cuestión de horas y aunque podría decir que deja sin aliento no lo diré porque a pesar de tener un comienzo prometedor, con grandes expectativas y adictivo de los que te dejan enganchado al libro, mis buenas sensaciones fueron desinflándose a medida que pasaban los capítulos.

Con unos personajes que no son novedosos, el viejo Langdon, que aún tiene cuerda para rato, un Edmond Kirsch como semilla del conflicto, un villano que de nuevo es más villano por una lucha interna entre sus valores o creencias religiosas que por otro motivo y una compañera de Langdon (imán el de este hombre, para siempre huir en compañía femenina) que en ciertos momentos me ha parecido que tenía más carisma que el propio profesor. De fondo y situada en el otro lado del cuadrilátero, manejando los hilos bajo las sombras una nueva secta, que mala suerte tiene nuestro protagonista que se las encuentra una detrás de otra.

Lo mejor de la novela no ha sido en esta ocasión la acción y la trama, yo diría que las reflexiones que Dan Brown provoca en el lector a raíz de la documentación que vierte entre sus páginas. A través de la narración de su historia, el autor presenta un conflicto entre las nuevas generaciones y las anteriores. Las nuevas tecnologías que están desbancando del primer puesto de los intereses humanos a la religión. Un triángulo entre ateísmo-ciencia-religión  que Brown expone magníficamente y sirve en bandeja para que el lector recapacite y medite sobre los tiempos que nos están tocando correr, donde un mal día es quedarte sin batería en el móvil. Lo malo es que todo esto frena la acción trepidante de la novela y la paraliza en muchas ocasiones y la ralentiza tanto que cuando volvemos a ella la lectura se ha enfriado. Lo positivo que uno saca de una novela de Dan Brown es salir de ellas aprendiendo mucha teoría interesante, partes de la historia que no son tan conocidas y detalles que a uno le suben el nivel de cultura general, aunque con matices porque como he mencionado anteriormente. El autor da como verdades absolutas cosas que los demás cuestionamos como por ejemplo que España es monárquica por convicción y yo creo que por costumbrismo. En la España de los años 80 no se metía en un convento a tu hija porque quedara viuda y con un hijo. Disparates que si bien son licencias o datos que maneja el autor no creo que convenzan a mucha gente. Otro pero son las localizaciones pues al igual que me pasó con París, Roma, Sevilla en anteriores novelas, aquí he escuchado voces que critican la falta de realismo descriptivo entre el Guggenheim de Origen y el de la Bilbao real.

Todo tiene un fin y Origen también lo tiene y creo que en ese final la novela repunta algo y con un par de giros a la trama, el autor salva de manera muy decente un misterio que a medida que iba leyendo me preguntaba constantemente como iba a cerrar, pues lo propuesto ha sido una apuesta muy arriesgada y bastante ambiciosa.

Para finalizar me quedo con muchos detalles de este libro pero por desgracia Dan Brown me ha defraudado en los mismo fallos que en anteriores novelas suyas y me he encontrado una documentación que por momentos era demasiado extensa y no acta para ciertos lectores que se sientan a leer para disfrutar sin que les atiborren a información que no dominan.  

Autor:


Dan Bronw (1964, Exester) ha vendido más de 200 millones de ejemplares de su obra en todo el
mundo y sus libros han sido traducidos a 56 idiomas. Sus obras El código Da Vinci, Inferno, El símbolo perdido, Ángeles y demonios, La conspiración y Fortaleza digital ha tenido un éxito aplastante en número de ventas.
Vive en Nueva Inglaterra con su esposa y es licenciado del Amherst College y de la Phillips Exeter Academy, donde fue profesor antes de dedicarse por completo a la escritura.
El pasado jueves tuve sesión doble de escritores. Por una parte saldé una vieja deuda pendiente de hace unos meses, tomándome un café con Salvador Navarro para hablar sobre su nueva novela El hombre que ya no soy, una historia que los lectores están disfrutando mucho y que él gusta catalogar, tomando prestado el calificativo, de domestic noir.

Un auténtico drama con tintes de novela negra, donde Salvador plasma sus gustos literarios y su estilo personal para poner sobre el escenario de una Sevilla de múltiples paisajes un elenco de personajes a los que pondrá a prueba su lealtad, amor o entereza con diversos avatares en su vidas.

Un Salvador Navarro que defiende y apuesta por su libro porque siente que es una criatura que representa el estilo propio que quiere mostrar a los lectores, con la intención  que se sientan dentro del universo Navarro y reconozcan ese ambiente cada vez que lean una novela suya.

Un placer compartir tiempo y espacio con Salvador, una persona que contagia ilusión por las cosas y sobre todo positividad en que con trabajo y esfuerzo todo puede salir bien.



Libros en el petate: A pesar de tener  tu trabajo, al arte de la escritura le dedicas mucho tiempo y una labor como si fuese tu único trabajo. Se te ha convertido la acción de escribir en una necesidad.

Salva Navarro: En una necesidad sí, pero no en una obligación. Tengo tantas ideas en la cabeza y tantos esquemas por probar y tantas estructuras en mi mente que realmente cuando llego a casa, mi hobbie es ponerme mi música, mi taza de té y lanzarme  a escribir, a diseñar o crear estructuras. El arte de la creación es algo que me divierte profundamente, es una necesidad pero realmente placentera.

L.P: Y de dónde sacas el tiempo para trabajo, viajes, escribir.

S.N: Yo soy un gran aprovechador del tiempo, creo que a mí me cunde mucho más el día que para la media de la gente. Me levanto a las cinco y media de la mañana para ir a trabajar y luego por la tarde me organizo muy bien el tiempo porque las tardes son muy largas y  dan mucho margen para hacer tareas si me organizo bien. El secreto es que no te pueda la desgana y rellenar bien los huecos que tengo para hacer  tareas.

L.P: Entrando a hablar directamente de tu libro, su sinopsis realmente dice muy poco de esta historia.  Es hablar poco de ella uno más de los muchos secretos que vamos a encontrar dentro de El hombre que ya no soy.

S.N: Digamos que la sinopsis abre una sola línea de lo que es la novela en sí. Es una trama con muchas líneas cruzadas pero parte de esa Elisa de la portada que aparece de espalda y define un poco la línea que fractura la vida tranquila de una familia. La sinopsis presenta a ese personaje pero hay muchos más, son personajes con muchos prismas que llevan a muchas líneas argumentales y es una forma de provocar al lector.

L.P: No recuerdo de las presentaciones que has hecho de tu novela  o de los videos que he visto en internet que hayas dicho que desencadenó la chispa que llevó a esta novela.

S.N: Lo mismo que en Huyendo de mí, mi anterior novela, donde quería ver hasta qué punto una mujer podía aguantar a un trasto de marido al que quería y que era encantador (no me gusta hacer novelas maniqueas con personajes extremos, prefiero los que no son ni muy buenos, ni muy malos), aquí quería hacer lo mismo pero con dos amigos y mi planteamiento inicial era como buscar una figura perturbadora que pudiera intentar romper la amistad entre dos hombres que se quieren de verdad. Entonces se me ocurrió meter a Elisa como esa bomba por medio para ponerlos a prueba y para definir cómo  podemos afrontar la amistad de una forma tan diferente siendo las dos tan reales, tanto la de Fidel hacia Roberto y viceversa.

"En el fondo todos somos defectuosos y nadie es perfecto, incluso no eres perfecto en tu imperfección"

L.P: Al hilo de lo que comentas, que no has querido hacer una novela maniquea como en Huyendo de mí, veo que te has salido con la tuya en esta porque en El hombre que ya no soy hasta el personaje más villano tiene algún destello de bondad.

S.N: Recuerdo que cuando tú la leíste al principio me decías que no soportabas a Elisa y en parte me alegraba porque había hecho un personaje para que cayera mal porque hay gente en esta vida que van con pocos principios, poca ética y poco de todo. Pero es cierto que hasta en Elisa, la Chata, y  la gente en la novela que viven en ambientes y barrios con poco futuro y que tienen la vida echada a perder hay un trasfondo de humanidad porque en el fondo todos la tenemos. En otro aspecto también saco la parte más frágil de gente más luminosa como puede ser Alfredo o el propio Fidel porque en el fondo todos somos defectuosos y nadie es perfecto, incluso no eres perfecto en tu imperfección. Hasta la gente más mala tiene su corazoncito.

L.P: Hablando de los secretos de un libro de más de seiscientas páginas. Sus capítulos son muy cortos y en algunos momentos yo he llegado a pensar que eran como latigazos. Es la clave o el secreto a la hora de escribir un libro tan voluminoso.


S.N: En parte el libro es de seiscientas páginas porque tiene capítulos muy cortos, si no los tuviera puede que rondara las cuatrocientas. Debo reconocer que fue una idea del editor el poner esos títulos con una palabra y que fueran breves. Yo los tenía cortos pero digamos que no tanto. En los tiempos que corren la gente y yo el primero somos perezosos para leer y como llegamos tan agotados a la cama o al sofá, muchas veces estamos leyendo y realmente miramos cuantas páginas nos queda para terminar el capítulo.  Por eso me gusta pensar en los demás, pensando en mí en lo que se refiere a que literatura me gusta. Prefiero la literatura clara y directa, no muy barroca ni con mucho dialogo. Yo escribo la literatura que me gusta leer y de ahí la clave de hacer unos capítulos cortos y usar un lenguaje directo para que la gente pueda entrar y salir de mi libro con cierta facilidad y no pierda el hilo.

L.P: Hablamos de personajes. ¿Otra vez Elisa?

S.N: (Risas) Las Elisas en mi vida. A mí me marco mucho una Elisa de mi juventud, una mujer con tanta personalidad, que nos influyó y marcó tanto en mi adolescencia que cuando estoy escribiendo un personaje con mucha enjundia me sale Elisa y me recuerda a ella.

L.P: Hablando de personajes son bastantes los que desfilan por la novela y aunque muchos lectores hablan de Fidel, yo me quedo con Alfredo. Con cuál de ellos se queda Salvador Navarro.

S.N: Ufff (suspiro) yo soy un poco el padre de todos. Pensé mucho en mi siendo mayor escribiendo sobre Alfredo y la relación que él tiene con Roberto., me recordaba mucho a mi sobrino porque yo no tengo hijos pero tengo un sobrino al que adoro y que es como si fuera mi hijo. Por eso muchas de las conversaciones que tenía Alfredo con Roberto, me las imaginaba que las tenía yo con mi sobrino.  Fidel no soy yo pero Alfredo si podría ser yo porque hay mucho de mí en Alfredo pero no hay mucho de mí en Fidel. En Fidel hay mucho de lo que me gusta de la gente, Fidel es esa persona austera en sus ambiciones, en sus hobbies y es algo que yo admiro mucho porque valoro a la gente simple, que representa la pureza, lo blanco.

L.P: Podría decirse que es esta tu novela más cinematográfica.

S.N: No me hables de cine que aún aguardo con impaciencia que salga publicada la participación en cartelera de la película basada en mi libro No te supe perder y lo he pasado tan mal con la grabación de esa película que ahora mismo no quiero saber nada de cine (risas). Creo que mi lenguaje novelístico es muy cinematográfico y se predispone mucho porque tienen mucho ritmo, hay mucho dialogo y los personajes tienen mucha fuerza. Me lo comentó  una vez la actriz Marisol Membrillo, protagonista de No te supe perder, que mis novelas eran regalos para un autor porque les da mucho margen para exponerse y dar lo mejor de ellos. Así que toda mi ilusión y atención está puesta ahora mismo en No te supe perder.

“Crezco mucho como persona dando vida a mis personajes”

L.P: Me gusta mucho el drama que tiene esta novela pero yo que te conozco me sorprende mucho que puedas conseguir ese grado de dramatismo siendo una persona tan positiva y con un discurso luminoso.

S.N: Yo me considero una persona positiva y lo he repetido varias veces que me gusta mucho vivir pero también observar el mundo y en él existe también  mucha miseria y puede que sea un exorcismo el describir esa sociedad. Yo narro historia que no me ocurren pero que rondan cerca de la ciudad en la que vivo.  Tengo  una vida acomodada, vivo bien y gozo de buena salud mental pero sé que hay gente que no está en la misma situación y me gusta ponerme en su piel, empatizar con ellos y reflejarlos en mis libros. No puede decir que lo utilice como terapia pero sí que crezco mucho como persona dando vida a  esos personajes.

L.P: Lo que me sorprende de tus libros es de donde sacas esos tintes de novela negra.

S.N: Soy un gran aficionado por ejemplo a Patricia Highsmith y Tom Ripley me aparece por todos lados pero no me gusta la novela negra clásica de policías y detectives buscando un MacGuffin por ahí, reconozco que hay que mantener la tensión, conseguir que el lector este enganchado y para eso hay que poner una serie  de cebos y trampas. Mis libros son novelas negras pero sin policías que discurren  en un ambiente civil normal.

 "Creo en este libro y quiero seguir escribiendo no para ganarme la vida con ello y si porque tengo muchas historias que contar “

L.P: Llevas una trayectoria bastante prolifera como escritor pero con esta nueva novela te he visto una ilusión como si fuera el primer libro que publicas. Te pregunto, estas aun aprendiendo cómo funciona este mundo.

S.N: Sigo aprendiendo y espero continuar aprendiendo y no perder nunca esa chispa. Soy una persona muy responsable, que empecé con veintitrés años y he ido creciendo como escritor cada vez en una editorial mejor y ahora que estoy con Algaida debo ser agradecido a una empresa como ella que confié e invierta en mí,  realizando todo ese trabajo ese  despliegue de medios a la hora de editar mi libro. Por todo ello,  tengo que  responder con mi agradecimiento  y esforzarme al máximo devolviéndoles  con trabajo esa apuesta que han hecho por El hombre que ya no soy. Creo en este libro y quiero seguir escribiendo no para ganarme la vida con ello y si porque tengo muchas historias que contar. Me siento en deuda con quien ha confiado en mí y en todas esas personas que me mandan mensajes desde distintos puntos de España mostrándome su entusiasmo por haberse leído mi novela y eso me llena tanto que espero no perder esa inocencia de permanecer cerca de un lector o no hacer caso a una crítica sea buena o mala pero por el simple hecho de leerse mi libro a mí eso me emociona.

L.P: Me ha sorprendido mucho de El hombre que ya no soy  la fuerza a partes iguales que poseen los personajes y la trama, tan potentes los dos que al final no sabe uno si está enganchado al libro por  los personajes o por la trama. Te ha costado mucho trabajo crearlos, porque pienso que cada uno tiene tanta fuerza de forma individual que se podría hacer una novela distinta para cada uno de ellos.

S.N: En mis comienzos fui a muchas escuelas de escritura y yo me salto todas las normas que aprendí porque allí te vienen a decir que tienes que crear un héroe con el que tiene que empatizar el lector y ese tiene que llevar el peso de la novela y que sus secundarios tienen que estar simplemente trazados pero no con muchos detalles porque difuminan la historia y pueden distraer al lector y yo nada de eso. Yo sé que tengo un estilo y es muy personal y cada vez más gente afortunadamente lo reconoce en mis libros y yo eso no lo quiero perder. Admito a veces con dolor las críticas y aunque me pueda dejar influenciar por ellas corrigiéndome  no quiero perder mi sello. He  terminado mi siguiente novela y también es una cantidad enorme de personajes, con muchas líneas cruzadas y aunque no tiene nada que ver en el ritmo y el tono creo que sigue llevando mi estilo. Coger una novela de John Irving o de Murakami y sentir que estas dentro de un ambiente típico de ellos es fabuloso. Te puede gustar más o menos pero es su mundo y sabes que estas en un escenario creado por ellos.

L.P: Creo sinceramente que lo consigues porque al principio con esta novela me recordaba tanto a la anterior que me sentí confundido pero a medida que avanzaba en su lectura me di cuenta que no era la historia ni los personajes, era la huella que dejas en tus novelas lo que me resultaba familiar.

S.N: Me alegra escucharte decir eso.

L.P: Bueno Salva, esa era la última y como siempre ha sido un placer conversar contigo.

S.N: Ya era hora que  tuviéramos este encuentro.





Bajo cielos lejanos es la última novela de Sarah Lark y mi reencuentro como lector con la autora alemana tras un largo paréntesis, después de leer la Trilogía del Kauri casi de forma continuada sus tres ejemplares.


Una lectura muy grata que ha cumplido todas las expectativas de disfrutar leyendo y que se ha visto coronada con el gran privilegio de poder charlar con la autora y cuyo momento os dejé hace unos días en una entrada que puedes leer aquí.



Título: Bajo cielos lejanos.
Título original: Under fermen Himmeln.
Autora: Sarah Lark.
Traducción: Susana Andrés.
Editorial: Ediciones B.
Año: 2018.
Género: Landscape. 
Páginas: 654 páginas. 
ISBN: 9788466661164.



Sinopsis:


Hamburgo, en la actualidad: la periodista alemana Stephanie nació y creció en Nueva Zelanda. Pero ha perdido cualquier recuerdo sobre sus primeros años de vida ahí. Ahora deberá volver al país de su infancia y recuperar su pasado.
Ahí descubre la existencia del diario de una joven maorí del siglo pasado, cuya dramática historia tiene una profunda influencia sobre los hechos del presente.
En su viaje por Nueva Zelanda la acompañará el carismático y atractivo maorí Weru, que la ayudará no solo a descubrir secretos familiares escondidos durante mucho tiempo, sino también emociones que Stephanie nunca se había atrevido a conocer.

                                                             

Impresiones:


Stephanie Martens es una periodista que desarrolla su labor de investigación para el periódico de Hamburgo, Die Lupe. Se encuentra trabajando en unos artículos sobre crímenes que no se resolvieron. Un día, su jefe Florian Sölder le encarga un trabajo algo peculiar, someterse a una sesión de hipnosis para un reportaje sobre el hipnotizador Rupert Helbrich, con la intención de comprobar si sus números de regresión son una falsa.  Este es el comienzo que llevará a Stephanie una vez realizada la sesión con Helbrich a viajar a Nueva Zelanda de donde emigro cuando apenas tenía unos pocos años en busca de descubrir su pasado, en concreto un pasaje que ella tiene olvidado y que la hipnosis ha sacado a relucir.

Allí encontrará restos de una vida que no recordaba que había tenido y se verá envuelta en la investigación de un crimen de los que estaba estudiando que está más directamente relacionado con ella de lo que podía imaginarse. En el centro de todo este misterio encontramos la existencia de un diario, el de Marama, la hija de un jefe tribal que tras la desaparición de sus padres y su familia en pleno conflicto con los ingleses es adoptada por una familia acomodada de un oficial del ejército británico.

En líneas generales este es el argumento de la novela, dos historias que transcurren alternándose en el tiempo para su mejor disfrute y que narraran el viaje de Stephanie a Nueva Zelanda y lo que allí va descubriendo y por otra la lectura del diario de Marama Clavell  y su dura vida dentro de la sociedad Pakeha.

Esta es una de las novedades que introduce Sarah Lark por primera vez en sus novelas que transcurren en Oceanía, la narración de una historia en el presente que convive con las que ya nos tiene acostumbrados en el pasado, concretamente esta de 1866 en adelante.

Otra de las novedades que he podido comprobar con respecto a sus anteriores novelas es la inclusión de algunos toques de novela negra, thriller o misterio en la trama, aunque  no sabría cómo denominarlo pues en realidad son unas pinceladas. Por lo demás es una obra landscape como a las que nos tiene acostumbrados la autora salvo las innovaciones reseñadas.

En esta ocasión los personajes principales no son tantos como en otras novelas, podríamos decir que el protagonismo lo comparten Stephanie y Marama aunque Weru, Frank y Leonard son secundarios de gran nivel que van a dar mucho juego a la novela y resultan imprescindibles en ella. Me ha parecido perfecto el equilibro entre personajes e historia que hace la autora, nos entrega unos personajes moldeados en su justa medida pero sin que falte nada para echen a perder la trama. Os puedo asegurar que no da tiempo a aburrirnos porque aunque el fin que persigue Sarah es mostrar la vida de los niños maorís que se criaron en el seno de familiar pakeha, encontraremos temas tan interesantes como la lucha por la identidad cultural maorí, los matrimonios mixtos entre ingleses y maorís, las leyes discriminatorias, el papel de la mujer en la sociedad de la época y algo de las guerras entre nativos y británicos.

Me ha gustado mucho Bajo cielos lejanos, me ha encantado las novedades de estilo que la autora ha introducido, creo que han evitado que esta historia cobre más interés y ha evitado que caiga en la monotonía de seguir con la trama de lo que son sus últimos libros. A pesar del volumen de páginas al que nos tiene acostumbrado Lark, es una novela con un ritmo ágil puesto que los cambios temporales, de escenarios y todo lo que ocurre en ella, la convierten en una novela muy entretenida e interesante.

Mención especial a la parte final de la historia donde la autora ha logrado que mis sentimientos se pusieran a flor de piel por el dramatismo que llegan a tomar los sucesos que narra.

Un gran reencuentro con la pluma narrativa de Sarah Lark.

Autora:


Sarah Lark (Bochum, 1958), trabajó mucho tiempo como guía turística, gracias a lo cual recorrió el
mundo entero y descubrió su amor por Nueva Zelanda. Desde hace años vive en una granja en el sur de España. Es una autora superventas en más de veinte países gracias a sus grandes sagas familiares ambientadas en lugares exóticos.


Hace unos días tuvimos el gran privilegio de poder sentarnos cara a cara con una de las reinas del landscape, una autora que ha vendido millones de libros y que a pesar de ciertos problemas con el idioma supo compensar dicha barrera con la simpatía y la sonrisa de su talante. Una Sarah Lark que nos habló de algunos de los detalles de su última novela Bajo cielos lejanos respondiendo a nuestras preguntas con mucha sinceridad y sin pelos en la lengua. Supimos por ella de sus viajes, de su infancia con un padre comisario, de por qué escribe sobre todo novelas ambientadas en parajes exóticos, sobre su nuevo proyecto y algunas confesiones sobre Nueva Zelanda y sus moradores.



Una novela que a pesar de tener su desarrollo principal en Nueva Zelanda y en el pasado como otras obras anteriores suyas, ha significado un cambio en el registro de la autora, introduciendo novedades en su trama como algunos toques de novela negra, una trama dual que comparte pasado y presente y un tema de fondo tan interesante como los niños maorís que fueron criados por familias de pakehas (personas de origen no maorí). Un libro que sin duda recomiendo para transportarnos a tierras lejanas y una charla que sin duda puede aportar datos interesantes para los que gusten de la autora y sus novelas.






Libros en el petate: Buenas tardes Sarah. Nuevamente una novela ambientada en Oceanía. Qué tiene esta tierra para que te haya marcado tanto.

Sara Lark: El género es landscape y por lo tanto necesito un país exótico porque puedo plasmar en él experiencias pasadas y por Nueva Zelanda siento una fascinación especial porque es un país único, con una naturaleza especial  de animales muy pintorescos e increíbles y una vegetación con plantas endémicas y bosques húmedos que parecen lugares mágicos. Tras ver las películas de El señor de los anillos me dije que esta tierra tan maravillosa no podía ser la protagonista sólo de una historia mística sino de una real.

L.P: Esta novela tiene una serie de características diferentes a las anteriores. Parte de la historia se desarrolla en el presente. A qué se debe esta serie de cambios.

S.L: Solo queríamos hacer algo diferente porque hacer siempre lo mismo es un poco aburrido  y por eso hemos combinado presente con pasado, probar diferentes estilos. La historia de Stephanie está escrito en un estilo actual y el la de Marama es un diario.

L.P: Bajo cielos lejanos tiene algo de novela negra.

S.L: Un poco sí.

L.P: A mi particularmente me ha gustado mucho esas pinceladas que da usted en la historia. No sé si antes había tenido experiencias con este género.

S.L: No, solo de lectura. Yo leo novela negra e incluso fantástica pero la novela negra es un género del que no me considero buena escritora. No creo que tenga esa imaginación malévola para escribir historias es ese tipo. En este caso he tomado las ideas de casos criminales famosos  que he buscado en Nueva Zelanda y he cogido algunos ejemplos de ellos.

L.P: Y cómo ha sido la experiencia, te has sentido cómoda.

S.L: Si, siempre me siento cómoda sobre lo que escribo pero tengo que admitir que yo no soy una persona que le resulte fácil escribir sobre crímenes y pueda crear personajes policiales y puede ser porque mi padre fue comisario de la policía y la vida de un agente de la ley no tiene nada mágico y para mí no tenía nada de interesante, al contrario era muy estresante. De casa al trabajo, del trabajo a casa e incluso algunos fines de semana tenía que trabajar y no podía jugar conmigo y eso era una diferencia que yo notaba entre los demás niños y yo. Nunca he comprendido la fascinación que siente la gente por esos comisarios de las novelas suecas o islandesas donde ellos sufren y viven una vida con tantos tormentos. La vida de un maestro creo que es más dura (risas).

L.P: Esta historia tiene parte de ficción y otras partes reales. Cómo llegas a estar partes de tu novela que son reales.



S.L: Es algo que hago siempre en estas novelas que se desarrollan en Nueva Zelanda introduzco partes de ficción pero otras reales. Normalmente los eventos como catástrofes naturales, guerras, etc es lo que yo busco real para introducir mis personajes ficticios en esas partes reales. En esta ocasión encontré un crimen muy parecido al que hay en la historia de Marama de niños maorís perdidos y crecieron en familias inglesas. Son historias reales que ocurrieron en realidad y a partir de ahí hago una mezcla con la ficción y creo que eso es lo que hace que las historias parezcan auténticas que tengan esas partes de realidad.

L.P: Stephanie es una de las protagonistas. Quién es Stephanie y puedo preguntarte si comparte algo de Sarah.

S.L: No mucho aunque como Stephanie yo he sido periodista aunque no en la sección de noticias sino para una revista del mundo del caballo. Si hablamos del carácter no nos parecemos en nada (risas).

L.P: En este libro y en anteriores  mencionas cierta colonia alemana en Nueva Zelanda con personajes de origen alemán que vivían en aquellas tierras. Realmente existieron esas personas o es un guiño a tus orígenes alemanes.

S.L: Claro que sí. En la última trilogía escribí sobre un pueblo alemán que prácticamente todos sus habitantes emigraron a Nueva Zelanda, aunque si es verdad que su porcentaje no era tan elevado como los ingleses. Hay dos o tres ejemplos datados de comunidades alemanas que juntas fueron hasta aquellas tierras.
En Hamburgo hay un museo en la zona del puerto dedicado a los  colonos alemanes que partieron a América y a Oceanía  y es muy interesante todas las historias que de aquellas personas se cuenta.

L.P: Lo comenté en las redes sociales que mi conocimiento sobre Nueva Zelanda es sobre todo gracias al rugby y a ti. Por eso te doy las gracias por descubrirnos tanta información de tierras tan lejanas.

S.L: (risas) Gracias, aunque tengo que decir lo mismo porque he descubierto un montón de cosas que desconocía.

L.P: Bajos cielos lejanos es una historia fascinante y refleja mucho la personalidad y la historia de Nueva Zelanda. Hay mucha historia aún por descubrir de aquel país.

S.L: No mucha porque la historia de este país es muy corta y yo ya he escrito sobre casi todo. Actualmente estoy escribiendo sobre una tribu que vivía en las islas Chatham al este de Nueva Zelanda y que no son maorís aunque tienen las mismas raíces porque vienen de polinesia pero su cultura es completamente diferente y vivían en esas islas completamente aislados hasta que 1835. En ese año fueron invadidos por una tribu maorí que casi les hizo desaparecer y es una historia muy interesante y poco conocida.

L.P: Se puede decir que sería tu próximo libro.

S.L: Se puede decir que es sobre lo que estoy escribiendo ahora (risas).

L.P: Narras en este libro pasajes muy duros. Cuesta ser objetiva cuando uno escribe sobre hechos como los que aparecen en tu libro.

S.L: No puedo ser objetiva porque para mí es difícil entender como alguien puede maltratar a otra persona. Forma parte de la profesión de escritor algunas veces escribir sobre estas cosas y uno debe ser capaz de hacerlo poniéndose en la piel de los personajes que viven esas experiencias aunque tengo que reconocer que para mí hay fronteras y hay pasajes que tengo que pasar por alto e intento evitar reproducir esos pasajes de crímenes muy crueles en mis historias.

L.P: Las personas que como yo han leído tus libros y hemos sufrido con sus personajes nos hacemos la pregunta de cómo viven ahora esos maorís en la actualidad. Están integrados o hay diferencias en la actualidad.

S.L: Es una pregunta algo difícil porque depende de cada persona, de cada zona o incluso la comunidad. Si miras las estadísticas hasta ahora son los peor educados, tiene una esperanza de vida más corta, sus índices de paro y alcoholismo son más elevados y ocupan los primeros puestos en las listas negativas de la sociedad. Son estadísticas muy duras aunque pienso que para integrarte en la sociedad, tienes que querer integrarte y si no estás por la labor tienes estos problemas porque la oportunidad para integrarse en Nueva Zelanda es bastante favorable porque la cultura maorí no está vetada en los colegios, se respetan y comparten ambos idiomas públicamente, la justicia publica defiende los derechos de los maorís. Las posibilidades para la integración de los maorís son muchas y si las cifras que he comentado antes son una realidad habrá que buscar de quien es realmente la responsabilidad.

L.P: Esta nueva novela tuya no es una trilogía verdad.

S.L: No, es una  novela única, desde el principio he querido que la historia de Marama y de Stephanie fuera contada en un solo libro y que se centrara y abarcara solo esas dos historias.

L.P: Lo que sí es una historia muy cinematográfica.

S.L: Pienso que lo son todas mis novelas.

L.P: A mi esta me lo ha parecido más, tienes alguna propuesta.

S.L: El problema es que hay muchas empresas de producción que se interesan por mis libros pero las posturas y los proyectos no están muy definidos. Creo que el verdadero escoyo para la realización es la falta de financiación más que de interés. Son muy caros porque si hablamos de las sagas familiares nos encontramos que en los rodajes hay niños, se sitúan en el siglo XIX  y eso supone vestuario, animales, hay que trasladarse hasta Nueva Zelanda y todo eso es difícil.

L.P: Tengo una observación que hacerte. Por qué eres tan mala con Rick, uno de los personajes masculinos de tu novela.

S.L: Yo no soy mala con él, lo es Stephanie y yo no soy ella. Si yo tuviera un Rick en mi vida lo cuidaría mucho porque él es todo un  caballero. (Risas)

L.P: Te reconozco que al principio llegué a odiar un poco a Stephanie.

S.L: Lo sé, pero hay que comprender también que la vida de ella no ha sido fácil y su carácter es de ese modo un poco debido a sus circunstancias.

L.P: De todas formas tus historias de amor son algo peligrosas porque no siempre salen bien paradas.

S.L: El amor en el fondo siempre tiene algo de peligro si no encuentras a alguien como Rick pero eso hace los libros interesantes (risas). Nadie quiere leer historias donde todo lo que ocurra sea normal.

L.P: Para terminar, crees que te será fácil cambiar de ubicación de país.

S.L: Para mí no sería un problema cambiar de registro pero mis lectoras solo quieren leer historias que se desarrollen en Nueva Zelanda y de momento nos quedamos en ese país, lo que ocurra más adelante no lo sabemos.

L.P: En Alemania se tiene muy en cuenta lo que quiere el lector.

S.L: Sí muy en cuenta, aunque al final elijo yo lo que quiero escribir y nadie me obliga pero  si es verdad que las ventas y los beneficios influyen mucho a la hora de decidir sobre lo que quiero escribir.

L.P: Sarah tengo que reconocer que ha sido un verdadero placer conocerte y poder charlar contigo sobre este mundo maravilloso al que nos trasladas con tus novelas.

S.L: Gracias, he estado encantada de estar aquí.